La polémica del aborto en EEUU: el cerco conservador a los derechos reproductivos de las mujeres

Protesters hold signs as they rally in support of Planned Parenthood and pro-choice and to protest a state decision that would effectively halt abortions by revoking the center's license to perform the procedure, near the Gateway Arch in St. Louis, Missouri, May 30, 2019. (Photo by SAUL LOEB / AFP)        (Photo credit should read SAUL LOEB/AFP/Getty Images)
Manifestantes respaldaron a la organización Planned Parenthood y rechazaron una decisión estatal que frenará los abortos al revocar el permiso del centro para realizar el procedimiento. La protesta se realizó cerca del icónico arco Gateway Arch en St. Louis, Missouri, el 30 de mayo de 2019 (SAUL LOEB/AFP/Getty Images)

El debate sobre el aborto en Estados Unidos enfrenta de nuevo a conservadores y liberales, a pesar de que desde hace casi medio siglo las estadounidenses tienen el derecho a terminar con un embarazo en las primeras 24 semanas de gestación.

1973 se convirtió en un año histórico para Estados Unidos: la Corte Suprema derogó las legislaciones estatales que prohibían el aborto y el Senado aprobó investigar la vinculación del republicano Richard Nixon con el caso Watergate que culminó con su salida de la presidencia.

En 2019, grupos religiosos y tradicionalistas han recuperado el ímpetu y han decidido dar la pelea hasta revertir la decisión del alto tribunal que protegió el derecho de la mujer a tomar decisiones sobre su salud reproductiva.

En medio de la polémica, 28 estados de los 50 de la federación han propuesto o aprobado proyectos de ley que restringen o penalizan a las mujeres y médicos que soliciten o practiquen un aborto.

El pecado de ser pobre

Una investigación realizada por The Intercept aseguró que ya el derecho a abortar ha sido menoscabado con las trabas burocráticas y su alto costo, porque los programas de asistencia estatal no cubren los abortos espontáneos ni voluntarios.

La seguridad social sólo cubre los costos de las intervenciones si la vida de la madre corre un grave peligro.

Para miles de adolescentes y mujeres pobres abortar ya es un lujo. Primero deben sortear los complicados sistemas estatales de cuestionarios y citas.

Luego tienen que conseguir el dinero para pagar unos 450 dólares por los servicios médicos, y una cifra aún mayor en boletos aéreos o de autobús, hotel y comida porque los centros de control de la natalidad no le quedan a la vuelta de la esquina.

Además de los obstáculos burocráticos y económicas, las mujeres tienen que soportar el acoso de activistas de se instalan con pancartas y megáfonos frente a las clínicas para disuadirlas a continuar con el embarazo.

Aumentan las restricciones

Los proyectos de ley contra el aborto abarcan todos los frentes. En caso más extremo ocurrió en Alabama, donde los legisladores prohibieron el aborto aún en casos de violación.

Algunas restricciones obligarían a las embarazadas a ver un ultrasonido y escuchar los latidos del corazón aunque el embrión aún no tenga actividad cardíaca.

Otros estados buscan prohibir los abortos después de la sexta semana, fecha en que muchas mujeres ni si siquiera saben que están gestando. Los esfuerzos de los conservadores ya dieron resultados en Georgia, donde lograron la aprobación de la propuesta.

Hay medidas que, en teoría, estarían diseñadas para garantizar la sobrevivencia de las pacientes en caso de emergencias. Pero en la práctica dificultarán el funcionamiento de las clínicas y la actividad de los médicos, al exigir instalaciones con quirófanos de primera línea y tratos especiales de los doctores con hospitales grandes para admitir a sus pacientes si ocurre una complicación.

Los que apoyan el derecho al aborto dicen que casi todos los proyectos de ley han sido frenados por los tribunales locales. Pero advierten que si continúa la presión, unas 25 millones de mujeres en edad fértil se verían afectadas, principalmente pobres y pertenecientes a grupos minoritarios.

La Corte Suprema en acción

Los que se oponen al aborto celebraron la juramentación del conservador Brett Kavanaugh como magistrado de la Corte Suprema en octubre de 2018 porque estaban seguros que apoyaría su causa

Pero la analista Robin Marty dijo en Think las expectativas de los conservadores no quedaron del todo satisfechas esta semana, cuando la Corte anunció sus decisiones sobre dos polémicos proyectos de ley.

El primero pedía criminalizar todos los abortos realizados por razones de sexo, género, nacionalidad o diagnósticos prenatales de enfermedades congénitas. Y el segundo pedía la obligación de enterrar o cremar todos los embriones o fetos abortados de manera espontánea o inducida y prohibir el método tradicional de desecharlos en contenedores especiales junto a otros restos biológicos.

"En una decisión algo sorpresiva, la corte no aprobó el llamado veto a la discriminación, pero sí revirtió una decisión de un tribunal menor y permitió que en indiana se exija de manera obligatoria la cremación o el entierro de embriones o fetos", explicó Marty

Los activistas alegaron que la orden de entierro confiere "dignidad" a los embriones que no se desarrollaron por la interrupción del embarazo, al asegurar que van a recibir un lugar de descanso "respetuoso después de la muerte", independientemente que la persona que decidió abortar lo desee o no.

Marty opinó que la medida ayuda a los que rechazan el aborto en dos planos. Les permitirá alegar ante un tribunal que no hay diferencia entre un embrión y un niño pequeño. Y aumentará la presión sobre los cementerios y crematorios que ofrezcan estos servicios, al igual que hacen los activistas con las clínicas que practican aborto

Pero lo peor para los que rechazan la decisión de la Corte Suprema es que les quita a las personas el poder de decidir cómo lidiar con el aborto y con los restos de un embarazo que no llegó a término.

En Indiana, una mujer con una pérdida espontánea tendrá que pasar por el trago amargo de decidir sobre los restos de feto, mientras que las mujeres de Misisipi y Carolina del Sur no estarán obligadas a hacerlo porque los tribunales regionales rechazaron medidas similares.

"Como persona que tuve un aborto espontáneo de un muy deseado embarazo a las 12 semanas de gestación, sé que el ya doloroso proceso hubiera sido más horroroso para mi esposo y para mi si me hubieran dicho que tenía que aprobar un entierro o una cremación de los restos de esa pérdida", escribió Marty.

El límite de la ciencia y la ley

Según a decisión de 1973 en el caso Roe vs Wade, la Corte Suprema de Estados Unidos estableció que el aborto es legal mientras el feto no pueda vivir fuera del útero de la madre. Si la gestación está suficientemente avanzada como para que el feto sobreviva ya no es posible abortar..

Pero todo indica que ese fallo será revisado. El magistrado Clarence Thomas anticipó que la Corte Suprema deberá revisar las bases legales del aborto para todos los estados al escribir los motivos del rechazo de la petición de restituir "el veto a la discriminación" que estuvo vigente en Indiana hasta el 2016.

"Debido al potencial del aborto de convertirse en una herramienta de manipulación eugénica, la corte pronto necesitará confrontar la constitucionalidad de leyes como la de Indiana “, escribió Thomas.

El comentarista conservador Rush Limbaugh aseguró que Thomas puso el dedo en la llaga porque las personas que ahora rechazan el aborto pudieran cambiar de opinión si se descubre un gen que pruebe la homosexualidad.

Los conservadores recuerdan que los Nazis en Alemania promulgaron una ley para evitar descendencia con enfermedades hereditarias y así garantizar la supremacía de la raza aria. Esa medida forzó miles de abortos y estilizaciones de mujeres con algún tipo de discapacidad.

Los liberales aseguran que esas acusaciones son potes de humo para desviar la atención sobre lo que consideran verdaderamente importante: el retroceso de las libertadas sobre la vida y la salud reproductiva de las mujeres estadounidenses en el siglo XXI.