La peligrosa 'victoria' de AMLO sobre el órgano que destapó sus fallas: ¿tanto miedo le tienen todos?

Mexican President Andrés Manuel López Obrador gives his daily morning press conference following a two-week absence after he tested positive for coronavirus, at the presidential palace, Palacio Nacional, in Mexico City, Monday, Feb. 8, 2021. (AP Photo/Marco Ugarte)
(AP Photo/Marco Ugarte)

La Auditoria Superior de la Federación (ASF) presentó el sábado pasado, a la Cámara de Diputados, el Informe General de la Cuenta Pública 2019, que audita el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Destacan dos observaciones, una sobre probables irregularidades, de diversas dependencias, por 67 mil 498 millones de pesos y otra por 331 mil 996 millones 517.6 mil pesos, por los costos de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que significa 232% más de lo originalmente previsto.

Cuestionado sobre los resultados de la auditoria a su gobierno, referentes a la cancelación del NAIM, el presidente López Obrador los descalificó con la frase que utiliza para casos incómodos, dijo “Exageran y no solo eso, están mal sus datos, yo tengo otros datos y se va a informar aquí y ojalá lo hagan ellos, los de la Auditoría Superior de la Federación”.

La vigencia y dominio del presidencialismo mexicano, implica que los deseos del presidente son órdenes, así lo interpretan otros poderes, lo que incluye a la ASF que, mediante un comunicado de prensa, horas después de la expresión de López Obrador, reconoció que había inconsistencias en la metodología que aplicó para determinar el costo de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la cual fue menor a lo reportado.

Que la ASF reconozca inconsistencias en su metodología solo implica que cuando proporcione el dato definitivo, sobre el costo de la cancelación del NAIM, no habrá grandes variaciones pues el “otro dato” de López Obrador, podría referirse a lo ya pagado y la observación de la ASF se relaciona con las erogaciones futuras, como el pago de Bonos en Circulación, la terminación anticipada de los contratos suscritos; el pago de intereses de vencimientos futuros, que se contabilizarán si dichos bonos no son rescatados.

El informe presentado por la ASF a la Cámara de Diputados está integrado por mil 358 auditorías sobre la Cuenta Pública 2019. La realizaron contadores y auditores encabezados por David Colmenares Páramo, propuesto por Morena en 2018 para desempeñar esa función, cumplieron con los principios que norman su actividad profesional, además de acatar los ordenamientos para realizar con la revisión del manejo de los recursos públicos.

Para el país es un riesgo alto que los resultados que presenta la ASF sean cuestionados por el presidente López Obrador porque su credibilidad es importante para que esa institución verifique la eficacia, productividad y honestidad en el manejo de los recursos públicos, así como para estimular la transparencia y rendición de cuentas del gobierno federal en su conjunto.

Es preocupante que el presidente López Obrador no acepte los resultados y además solicite a la ASF que aclare los datos que le son incómodos. Pero es más preocupante que una institución con autonomía técnica y de gestión, fundamental para garantizar el Estado de Derecho en el delicado tema de la administración de los recursos públicos, reconozca de manera apresurada sus “inconsistencias metodológicas”, porque con ello auto descalifica su trabajo, con tal de complacer al poderoso de Palacio.

Los resultados de la ASF sirven para que las instituciones rectifiquen sus errores. En el pasado reciente los datos aportados por la auditoria revelaron la llamada “Estafa Maestra”, por medio de la cual se defraudaron miles de millones de pesos, por lo que hoy se encuentra en prisión Rosario Robles Berlanga, exsecretaria en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Que el presidente López Obrador desacredite los resultados de la ASF implica abrir, aún más, la puerta a la opacidad que ya caracteriza a la 4T, como se detalla en el informe que recibieron los diputados.

La realidad del momento indica que el gobierno de presidente López Obrador debe esmerarse en su eficacia en el manejo del dinero público para resolver problemas ancestrales y los de coyuntura que afectan la salud, la economía y la seguridad de los mexicanos.

Todos los días el presidente sale a decir que los de antes eran corruptos, desmantelaron instituciones y robaron a manos llenas. Por contraste, se ubica en el lado opuesto de la ecuación. Su mensaje es que no es igual que los anteriores, sus adversarios, los neoliberales. Por ello, es imperativo no desperdiciar recursos y utilizarlos para salvar vidas, recuperar empleos y la seguridad.

Los datos de la ASF revelan que no hay trasparencia, que no hay eficacia en la administración pública, que el dinero se maneja y entrega a discreción, y que hoy podrían estar en gestación diversos actos de corrupción, como pasó antes.

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