La nueva estafa maestra se llama la Megafarmacia de AMLO y sus 67 recetas surtidas

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México | Foto Archivo Luis Barron / Eyepix Group/Future Publishing via Getty Images
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México | Foto Archivo Luis Barron / Eyepix Group/Future Publishing via Getty Images

La política de salud del gobierno de López Obrador, en su última etapa de ocurrencias, creó una “Megafarmacia”, la inauguró el pasado 29 de diciembre, con el objetivo de acabar con el desabasto de medicamentos que afecta al país, problema generado por él cuando, al iniciar el sexenio, acusó a la industria farmacéutica que opera en México, de estar involucrada en acciones de corrupción, sin que hubiera pruebas y procedió a cancelar la compra de medicamentos.

La no compra de medicamentos creó desabasto y simultáneamente el surgimiento de un mercado negro que se encargó de importar las medicinas imprescindibles para enfermos terminales, pero también creó las condiciones para la falsificación de otros que fueron ofertados y, por necesidad, los adquirieron a precio alzado con riesgos, en ocasiones, fatales para sus enfermos.

El problema del desabasto de medicamentos se le ha manifestado en diferentes ocasiones a López Obrador. Ha intentado resolverlo de diferentes maneras. Primero cambió la Ley Orgánica del Ejecutivo Federal para que la Oficialía Mayor de la secretaría de Hacienda hiciera las compras de medicamentos en el país. En un segundo intento encargó a la secretaria de Salud la compra de medicinas, pero también falló. En su tercer intento delegó en el Insabi las licitaciones de medicamentos, otro fracaso.

El cuarto intento fue contratar a la Oficina de las Naciones Unidas para Proyectos, para compras internacionales, con lo cual hubo un gran retraso en las entregas e insuficiencia de claves de medicamentos. Canceló el contrato. En el quinto intento encargó a las secretarias de la Función Pública y de Salud realizar las compras. En el sexto y último intento Birmex, empresa propiedad del gobierno Federal, dedicada “desarrollar, producir, importar y comercializar vacunas, faboterápicos y productos de diagnóstico clínico”, comprará los medicamentos y estará a cargo de la Megafarmacia.

Cuando inauguró la Megafarmacia López Obrador dijo que se entregarían las medicinas de forma gratuita, en cualquier lugar del país, a los pacientes que las requieran, en un plazo de entre 24 y 48 horas. Aseguró que en ese lugar se tendrá todos los medicamentos y será resuelto el problema del desabastecimiento, pues se distribuirán medicinas de todo tipo en más de 20 mil unidades médicas que integran el sistema de salud público.

“Que a nadie le falte una medicina, aunque no tenga dinero, porque al igual que la alimentación es una necesidad básica y que no importe si los medicinas son caras o son raras, o que no se consiguen o que incluso no se fabrican en laboratorios de México, pero sí en laboratorios de la India, Francia o cualquier otro país”.

Nada es más preciado para el ser humano que la preservación de la salud. Es obligación básica del Estado proporcionar a los ciudadanos los medios para cuidarla y conservarla.

El tema de la Salud es de los que más llaman la atención de los ciudadanos y por ello se expresa frecuentemente en las redes sociales que el abasto de medicinas sigue siendo un problema no resuelto durante ya más de cinco años de gobierno, las medicinas siguen sin llegar a los pacientes en México y la enorme farmacia recién inaugurada se dirige a ser un fracaso más para atender la demanda de los enfermos.

En su conferencia mañanera ayer, 17 de enero, un reportero mostró al presidente un audio en el que un usuario del sistema, vía telefónica, solicitó a la megafarmacia un medicamento y le informaron que no había. López Obrador negó que hubiera desabasto de medicinas y, siguiendo su práctica, denostó al mensajero. Afirmó que los medios de comunicación son los que llaman a la megafarmacia para ver si funciona bien, tienen una campaña “están tratando de opacar al gobierno” porque tiene en marcha la transformación.

En redes sociales se han hecho virales diversos testimonios de ciudadanos que, en su intento por obtener sus medicamentos, fueron rechazados y lo han exhibido en medios, demostrando así que la operación de la megafarmacia es un proceso complicado que, por haberse originado en una ocurrencia, se saltó el paso fundamental de la planeación para la conservación y distribución de los medicamentos.

El desabasto de medicamentos fue generado por decisión de López Obrador. Con su argumento mágico de combatir la corrupción creó un problema que afecta a gran parte de la población. Los desvalidos fueron los más perjudicados, cuando no recibieron los medicamentos importados que les significaba la esperanza de vida y salud, o la amenaza de muerte o el intento de la familia por obtener el medicamento, aunque le significara la ruina económica.

Terminar con el sistema de compras y distribución de medicinas en México fue una determinación tomada sin medir las consecuencias sociales. Su reconstrucción será una asignatura pendiente en el siguiente sexenio. La megafarmacia está más cerca del fraude y el fracaso que de la solución, sobre todo al conocerse la cifra oficial del total de recetas surtidas en todo el país en los 20 días que lleva de operación: 67 de 523 solicitudes. Es decir, la megarfarmacia que tiene 'todos los medicamentos del mundo' no ha podido surtir ni el 15% de las escasas solicitudes en un país con más de 120 millones de habitantes. Y ese dato no lo inventaron los medios, lo dio el mismo gobierno de AMLO en vivo en su mañanera.

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