La monja que rescata a travestis de la calle en el sur argentino, elogiada por el Papa

<em>La monja Mónica Astorga junto a varias personas transgénero. (cortesía Lmneuquen)</em>
La monja Mónica Astorga junto a varias personas transgénero. (cortesía Lmneuquen)

Mario Cippitelli – Neuquén, Argentina – @Chipitelix

Cualquiera que la ve no imagina que esa mujer menuda, humilde y con aspecto frágil, tiene una fuerza inconmensurable, un corazón gigante, tan grande que es capaz de desprenderse de lo poco que tiene y hacer cualquier sacrificio con tal de ayudar al prójimo.

La mujer en cuestión se llama Mónica Astorga, una monja que habita en la Patagonia Argentina y que se hizo mundialmente conocida por ayudar para que decenas de mujeres transexuales salgan de la calle, abandonen la prostitución y aprendan un oficio para llevar adelante una vida digna.

Tal es el trabajo que realiza cotidianamente que hace pocos días recibió la felicitación de la máxima autoridad de la Iglesia Católica: el papa Francisco.

“A vos y al convento los tengo cercanos a mi corazón, como también a las personas con las que trabajan. Se lo podés decir”, le escribió por email el sumo Pontífice, al destacar los 11 años que viene ayudando a las personas de la calle que viven en la provincia de Neuquén.

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El Papa, quien está al tanto de la labor que viene realizando la religiosa, le escribió por correo electrónico desde el Vaticano al conocer el proyecto de construcción de 15 viviendas para mujeres trans en el barrio Confluencia de esta ciudad, como también la apertura de un hogar de ancianos que será llevado adelante por personas de este colectivo, tal como lo publicó el diario local Lmneuquen.

<em>Mónica Astorga. (cortesía)</em>
Mónica Astorga. (cortesía)

No es la primera vez que la monja recibe el reconocimiento de Francisco. Con anterioridad, el papa ya había elogiado la incansable labor que Astorga lleva adelante con las mujeres transgénero.

“En la época de Jesús, los leprosos eran rechazados así. Ellas son los leprosos de la actualidad. No dejes el trabajo de frontera que te tocó”, le dijo el Papa.

La hermana Mónica, como le llaman, centraliza su labor en el Monasterio de las Camelitas Descalzas, en Centenario, una localidad ubicada a pocos kilómetros de la capital neuquina.

No salgo del monasterio, este es mi lugar, desde aquí puedo sostener y empujar a quienes lo necesitan. Desde allí surge mi trabajo social”, dijo en varias oportunidades.

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La tarea de la religiosa comenzó cuando un grupo de mujeres trans acudió a ella para que las ayudara. Primero fue una, luego fueron dos, hasta que el grupo creció tanto en número como afecto y agradecimiento para ella.

“Les pedí que tengan fe porque, de lo contrario, estaban muertas. Después les consulté sobre qué querían hacer de sus vidas, qué sueños querían cumplir”, recordó la monja.

<em>La monjita Mónica Astorga. (cortesía)</em>
La monjita Mónica Astorga. (cortesía)

Fue así que como primera medida armó un proyecto para instalar una peluquería en un local ubicado frente a la parroquia. Allí comenzaron a trabajar tres mujeres trans. Luego organizó una cooperativa para realizar trabajos de costura donde recibió a varias personas más.

Y con el correr del tiempo, se fueron sumando otras mujeres que estaban cansadas de prostituirse y querían llevar adelante una vida con un trabajo digno. Y los pedidos de ayuda también cruzaron las fronteras de la provincia, ya que durante los últimos dos años recibió llamados de distintos puntos de Argentina.

No me piden trabajo, me piden que las ayude a tener paz y me cuentan de la soledad en la que viven”, aseguró la religiosa que está dispuesta a seguir adelante con su tarea solidaria y a rescatar a todas las mujeres que sean necesarias.

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