La Liga MX y sus nuevos filtros para extranjeros: que tengan más calidad y justificar su presencia

Liga MX: el eterno debate sobre si los extranjeros quitan oportunidades a los nacionales. (Jaime López/Jam Media/Getty Images)
Liga MX: el eterno debate sobre si los extranjeros quitan oportunidades a los nacionales. (Jaime López/Jam Media/Getty Images)

El debate ha estado sobre la mesa desde que el futbol mexicano entró en el nuevo milenio: ¿los extranjeros afectan el desarrollo del talento nacional? La Liga MX, una de las más potentes de América, es un destino recurrente para jugadores del continente y, de hecho, en los últimos años también de otros destinos. Hay buenos sueldos, un nivel competitivo alto para la región y cierta comodidad: en México, los resultados que importan son los finales, los de la Liguilla, y no tanto el camino para llegar hasta ahí (a diferencia de Europa o Sudamérica, donde se pide mayor consistencia).

Ha habido tantos debates, pero una noción siempre se ha tenido presente: deben existir filtros para que los extranjeros que fichen por clubes nacionales tengan algún candado de calidad que asegure que su participación sea de valor. Es decir, no fichar por fichar, sino hacerlo con un sentido competitivo: que así los extranjeros aporten con su calidad y que si van a ocupar una plaza, sea de manera justificada. Hoy en día es imposible pensar en una reducción de jugadores extranjeros, ya que el espectáculo también se beneficia de su presencia: hay mayor nivel. Pero sí que puede haber una regulación; sobre todo, una garantía de que sean buenos jugadores y no sólo ocupen un lugar en la plantilla.

Y eso es lo que pretende La Liga MX en su planeación más reciente. Los cambios se implementarán a partir de 2025. Al estilo de ligas como la inglesa, el futbol mexicano blindará las contrataciones para asegurar el nivel de quien proviene de otro país. Entre los nuevos requerimientos estarán los siguientes: haber tenido un mínimo de minutos en México en otra etapa; contar con registro de ligas en Sudamérica; si proviene de una segunda división de Europa, tener determinada cantidad de minutos jugados en el último ciclo; un mínimo de partidos jugados con su selección nacional; haber disputado competencias continentales con su selección y haber formado parte de un proceso en selecciones menores de su país.

El esfuerzo, por fin, estará ahí. Luego, desde luego, viene el facto humano: un fichaje puede fallar por más pruebas y expectativas altas que hayan. Eso puede pasar en muchos casos. Se ve hasta en las mejores ligas del mundo con jugadores que no se adaptan y terminan por fracasar. Nadie tiene una bola de cristal para asegurar que un fichaje será enteramente exitoso. Lo que se quiere, primordialmente, es que el nivel crezca a nivel colectivo. Entre más filtros haya, el nivel de la competencia, vista como un todo, será superior.

No faltarán las críticas. Dirán que los extranjeros no son un problema y que mejor hay que procurar la formación de jugadores jóvenes. Pero se pueden hacer ambas cosas: los extranjeros son importantes, el sustento del campeonato nacional, y al mismo tiempo darle importancia a las fuerzas básicas. Así, cuando un jugador novato llegue a la Primera División, se encontrará con un entorno competitivo mucho más alto al que deberá adaptarse rápido para tener cabida y no ser descartado. Es una forma de entenderlo: reducir extranjeros por mandato sólo generaría que hubiera más jugadores mexicanos, sin importar que su nivel fuera incluso más bajo que ahora.

La paradoja seguirá ahí: los extranjeros, aunque sean objeto de críticas, mantienen un gran aporte al futbol nacional. El problema no son ellos. Es más bien la falta de control que ha existido durante tanto tiempo para garantizar que su aporte sea sustancial. Nadie puede estar en contra de aquellos elementos que han marcado gran diferencia y durante muchos años. Su valor como jugadores incrementa también el de la Liga MX y el de sus colegas mexicanos: a mejor cantidad de compañeros y rivales, también hay mayor mejora propia.