La leche de ornitorrinco se puede convertir en el próximo medicamento

La lucha contra las bacterias resistentes a los antibióticos ha encontrado un nuevo e inesperado aliado: el ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus). En la leche materna de este mamífero se puede encontrar una proteína con una fuerte capacidad antibacteriana que puede ser muy relevante en medicina.

Aunque probablemente no haga falta, hay que recordar que los ornitorrincos son, de hecho, mamíferos. A pesar de su curioso aspecto –cola de castor, morro similar a un pato, espolones venenosos– y a que ponen huevos, son mamíferos. Lo que implica que producen leche para dar de comer a sus crías.

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Los científicos han encontrado una proteína que puede salvar vidas en la leche de ornitorrinco. (AFP Photo/Greg Wood)
Los científicos han encontrado una proteína que puede salvar vidas en la leche de ornitorrinco. (AFP Photo/Greg Wood)

Pero, y aquí viene un dato que tal vez no todo el mundo conozca, las hembras de ornitorrinco no tienen pezones. Segregan la leche sobre su torso, y de ahí la toman las crías. Pero claro, esto es un problema muy serio. En el resto de mamíferos la leche pasa de las mamas a la cavidad bucal de la cría sin salir al exterior, con lo que se minimiza la posible contaminación.

Como en el ornitorrinco no es así, a lo largo de la evolución han encontrado una solución. Que es donde entra en juego la proteína con propiedades antibacterianas. Gracias a ella, la leche queda protegida de contaminaciones, y sigue siendo segura para las crías.

Uno de los autores del artículo lo expresa de una manera muy directa: “como el ornitorrinco es un animal tan extraño, su bioquímica también lo es”. Y de esto es de lo que se quieren aprovechar los investigadores.

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De momento han conseguido analizar la proteína, reproducirla en el laboratorio y poder investigarla con detenimiento. Que no es poca cosa, todo sea dicho. Conseguir fabricar la proteína en laboratorio evita tener que molestar a los ornitorrincos para “ordeñarles”, al mismo tiempo que asegura que la cantidad de material con el que trabajar sea el adecuado.

Así que estamos un paso más de cerca de poder emplear un producto sacado de uno de nuestros primos evolutivos más bizarros en medicina. Aún queda trabajo por realizar hasta que sea una realidad, pero de momento es prometedora.