La inusual historia de una aspirante demócrata a la presidencia de EEUU y sus tenis favoritos
Esta es una historia inusual. Para que se diera fue necesaria la sucesión de una serie de decisiones improbables por parte de varias personas, conectadas en un hilo que duró más de 100 años y que culminaba en un acto electoral en el verano del 2019.
La historia comienza con un hombre llamado Marquis Mills Converse, que a sus 47 años tomó la inusual decisión de comenzar un negocio, nada menos que abrir una fábrica de zapatos allá por el año 1908. También fue inusual su decisión de comenzar, unos años después, a fabricar calzado deportivo. Ninguna otra compañía en Estados Unidos había pensado en hacerlo.
Años más tarde, una mujer tomaría otra decisión inusual, necesaria para que esta historia continuara. En lugar de regresar a su India natal para casarse con un hombre escogido por su familia en un matrimonio de conveniencia, decidió desafiar el rígido sistema de castas de su país y permanecer en Estados Unidos, donde conocería a un hombre nacido en Jamaica, con el que contraería matrimonio.
De ese matrimonio nacerían dos niñas. Una de las cuales recuerda todavía asistir de pequeña a demostraciones políticas, aunque su perspectiva era limitada, ya que iba en un carrito de bebé empujada por sus padres.
Esa niña es hoy una mujer llamada Kamala Harris, aspirante a la nominación para la presidencia del partido demócrata. Ella es la protagonista de ese acto electoral con el que empezaba esta historia y su calzado de elección son los tenis que hace más de 100 años comenzó a fabricar aquel hombre, de nombre Marquis y de apellido Converse.
Y es que, cuando el rígido protocolo de vestimenta de una senadora lo permite, Kamala Harris prefiere usar los tenis. A veces también aunque el protocolo no lo permita, como en una ocasión en la que tuvo que entrar en la Cámara por el guardarropa.
Kamala Harris tries to enter chamber, but apparently prevented bc she is wearing sneakers (Converse all stars). Gestures to them as she says she has to go through cloakroom instead
— Erica Werner (@ericawerner) July 22, 2019
Y al decir sus tenis en realidad queremos decir sus múltiples pares de zapatos deportivos. Tal y como relató a The Cut: “Atravieso los aeropuertos corriendo en mis Converse. Tengo una colección completa de Chuck Taylors: un par de piel negra, un par blanco, tengo las que tienen cordones, las que no tienen cordones, las que uso cuando hace calor y las que uso cuando hace frío y las de tipo plataforma cuando visto un pantalón de traje”.
Cualquiera que visite la cuenta de Instagram de la aspirante a la nominación demócrata, podrá comprobar la extensión de su colección:
En esta imagen, en la que aparece el día de la graduación del hijo de su esposo (que se refiere a ella con el cariñoso apelativo de Momala)
O en este evento con activistas...
O en este otro, defendiendo los derechos de los estadounidenses con discapacidades.
Aunque aún la nominación está lejos, y la elección a la presidencia más aún, Kamala Harris no sería la primera persona en usar las Converse en la Casa Blanca. Michelle Obama aparecía con frecuencia en público usándolas y también lo ha hecho la primera dama Melania Trump.
En un mercado saturado de estrellas del deporte y celebridades que ganan fortunas por recomendar, o prestar su nombre a una marca de tenis, Converse se mantiene como el zapato deportivo original, el que siempre estuvo al alcance de todo el mundo porque no era ni muy caro, ni muy barato. No se identificaba con un grupo ni con otro. No era excluyente ni incluyente. Ofrecen una alternativa diferente, y quizás sea ese el mensaje o la causa de la asociación de Kamala Harris con esta marca, y con su candidatura, en esta historia inusual, que todavía no ha concluido.