La incredulidad y el pánico inundan París por segunda vez en un año

Por Geert De Clercq y Marine Pennetier PARÍS (Reuters) - Debería haber sido una noche de viernes como cualquier otra en el centro de París, con residentes y visitantes viendo un concierto, disfrutando una cena o evadiéndose de las preocupaciones de la semana con una bebida. Pero por segunda vez en menos de un año, Francia y el mundo están preguntándose cómo el centro de una ciudad como París se puede convertir en una carnicería, incluyendo una sala de conciertos a pocos pasos del lugar donde se produjo el ataque contra la revista satírica Charlie Hebdo. "De camino a nuestro coche vimos a decenas de personas salir corriendo del Bataclan", dijo la residente Caterina Giardino, de nacionalidad italiana, sobre el ataque contra el antiguo teatro convertido en sala de conciertos de unos hombres armados que mataron sistemáticamente a cerca de 100 personas. "Muchos de ellos estaban cubiertos de sangre, la gente gritaba", añade, mientras recuerda cómo un joven salió del edifico con una huella de sangre procedente de una mano en su camiseta. La secuencia de ataques con armas y bombas contra la sala de conciertos, el estadio nacional y restaurantes en la capital francesa que ha dejado al menos 127 muertos todavía no está clara. La primera explosión fue oída a las 9.17, hora local, fuera del estadio Stade de France, donde Francia y Alemania jugaban un partido amistoso con la presencia del presidente, François Hollande. Los espectadores escucharon una segunda detonación unos dos minutos después. El grupo radical Estado Islámico reivindicó el ataque el sábado y dijo que los atentados fueron en respuesta a la campaña de Francia contra sus combatientes y a insultos al profeta del Islam. En la sala, la banda californiana Eagles of Death Metal actuaban en un concierto de promoción de su cuarto álbum cuando el público notó que algo no iba bien. "Me giré y vi a uno de los atacantes, parecía muy, muy joven de escasamente 20 años y con una pequeña barba", dijo Julien Pearce, un reportero de la radio Europe 1 que se encontraba en el teatro. "Al principio pensamos que era parte del espectáculo, pirotécnica o algo. Pero me giré y le vi con un fusil de asalto y vi llamas saliendo del cañón, entendí que no era una broma", añadió. "La gente caía como piezas de dominó", dijo un testigo de 22 años, que declaró bajo el nombre de Toon. Salió por las puertas cuando tres hombres armados comenzaron a disparar indiscriminadamente contra el público. "Uno de los atacantes llevaba un sombrero grande, todos estaban vestidos de negro", dijo. Todo indica que los miembros de la banda estaban bien. Según informó la madre de uno de los componentes a Reuters, ha hablado con su hijo tras el ataque y estaban a salvo pero "muy preocupados y temblorosos". Fuera de la sala cundía el pánico. El jefe de policía de París, Michel Cadot, dijo la televisión que un hombre armado disparó contra terrazas cercanas al teatro antes de entrar en el mismo. Un testigo vio a un hombre correr la calle gritando "La guerra ha comenzado". Un joven parisino dice que estuvo junto a otras 60 personas encerrados durante una hora en el sótano de un bar cercano a la sala de conciertos. Poco después de medianoche, se oyeron explosiones y disparos dentro del teatro, poco después de que Hollande confirmara que se había iniciado una operación para liberar a los rehenes. "El asalto policial ha sido extremadamente difícil. Los terroristas se encerraron en una de las plantas y tenían explosivos adosados al cuerpo que detonaron. Cuatro de ellos murieron durante el asalto", dijo Cadot.