La ilustre dama española que creó la primera estafa piramidal de la Historia

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Conocemos como estafa piramidal aquel negocio fraudulento que consiste en ir convenciendo a un grupo de personas para que inviertan un pequeño capital por el que recibirán un suculento beneficio, pero a la vez éstos deberán captar a otros para que también inviertan y hagan lo propio.

Un esquema de negocio que a simple vista parece productivo para todo el mundo, pero que realmente solo lo es para aquellos que lo inician o, dicho de otro modo, están en lo más alto de esa pirámide.

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Para encontrar el primer caso (documentado) de una estafa piramidal hemos de situarnos en el Madrid del último cuarto del siglo XIX en el que una ilustre mujer, llamada Doña Baldomera Larra, fundó lo que se conocía como ‘Caja de Imposiciones’ y a través de cual realizó un lucrativo negocio que le hizo ganar una impresionante suma de dinero, a la vez que se la hizo perder a cientos de pequeños inversionistas.

Para poneros en antecedentes sobre la figura de esta astuta mujer, cabe destacar que fue hija de uno de los más célebres escritores de principios del siglo XIX: Mariano José de Larra, quien se quitó la vida cuando Baldomera apenas tenía cuatro años de edad.

A pesar del trágico suicidio de su padre, la joven Baldomera y su hermana, un año mayor, Adela, crecieron en un entorno confortable y su madre Josefa Wetoret les procuró un buen y próspero futuro, relacionándolas desde bien jovencitas con lo más selecto de la Corte y Villa.

De Adela poco se sabe, aunque hay constancia de que durante un tiempo fue amante del efímero rey (elegido democráticamente) Amadeo de Saboya.

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Por su parte Baldomera contrajo matrimonio con Carlos de Montemayor, quien estuvo muy bien posicionado en el Madrid de la época donde ejercía como médico (lo fue incluso de la Casa Real de Saboya) pero en 1874 con fin del periodo conocido como ‘Sexenio Democrático’ y retornó la monarquía a España con Alfonso XII el esposo decidió marcharse del país dejándola aquí al cargo de sus hijos.

Según indican las crónicas, tras ser abandonada por su marido, Baldomera Larra quedó en una difícil situación de precariedad, teniendo que recurrir a pedir dinero prestado a un usurero prestamista que le cobraba un alto interés a la hora de devolverlo.

Parece ser que eso fue lo que hizo que en su cabeza surgiera la idea de montar algún tipo de negocio con el que lucrarse rápida y fácilmente, tal y como hacían los prestamistas. Pero ella no disponía de capital, por lo que deberían ser los otros quienes pusieran el dinero.

Así fue cómo en 1876 se le ocurrió el tejer la red piramidal con la que pedía dinero a unos y le daba una parte a otros como pago de intereses. Evidentemente, aquellos que empezaron a confiar en este negocio fueron los que primero recibieron sus pingües beneficios (un 30 por ciento mensual), por lo que rápidamente animaron a otros a invertir.

Frente a la llamada Caja de Imposiciones de Baldomera Larra diariamente había docenas de personas que hacían cola para convertirse en socios inversores y dejar sus ahorros allí depositados.

A lo largo de medio años (entre mayo y octubre de 1876) estuvo cumpliendo con el compromiso de abonar los intereses pero, como suele ocurrir con estos tipos de fraudes, llegó un momento en el que las inversiones eran insuficientes para pagar los beneficios de un gran número de inversores y la estafa fue puesta al descubierto a inicios de diciembre de ese mismo año

Se calcula que en el momento de descubrirse el pastel eran alrededor de cinco mil las personas afectadas por la estafa piramidal de Doña Baldomera (como se le conocía comúnmente) y que la cantidad recaudada fue de 22 millones de reales, de los cuales 7 millones se los quedó ella y se fugó con ellos a Francia.

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Año y medio después (en julio de 1878) fue detenida y juzgada en mayo de 1879, siendo encontrada culpable y condenada a seis años de prisión por el delito de ‘alzamiento de bienes’.

Pero tan solo pasó en la cárcel poco más de un año, siendo puesta en libertad gracias al indulto concedido tras una campaña de recogida de firmas en la que se solicitaba la liberación de Doña Baldomera, uno de los personajes más famosos y mediáticos de su época que, a pesar de haber engañado y estafado a un gran número de ciudadanos, se había ganado las simpatías del pueblo llano.

Fuentes de consulta: alpoma / abc / elpais

Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons / captura Youtube