Foto de empleados de Dutch Bros Coffee rezando con una clienta que quedó viuda se vuelve viral

Cuando Barbara Danner se colocó al final de una breve fila de autos en el Dutch Bros Coffee al que suele ir cada mañana en busca de un buen café humeante, pensó que, como siempre, sería cosa de pocos minutos.

Pero el tiempo pasó y el auto que tenía delante no avanzaba. ¡Todo lo contrario! Se veía que el joven empleado no paraba de conversar con la persona al volante. Y es más: Danner también vio cómo, a través de la ventana por la que se despachan cafés, batidos y capuchinos, se sumaban otros dos de los empleados. Todos extendían sus brazos y tocaban el de la conductora.

Barbara no lo pensó dos veces, extrajo su teléfono y les hizo una foto, que ahora recorre medio planeta.

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Imagen de los jóvenes empleados apoyando a la cliente cuyo esposo había fallecido. Foto: página de Facebook de Barbara Danner.

¿Qué había ocurrido? ¿Por qué los trabajadores de aquel Dutch Bros Coffee de la localidad de Vancouver, en Washington, habían provocado semejante detención de la atención a los clientes? ¿Acaso era necesario quejarse a la administración?

Cuando el otro auto se hubo marchado, Barbara aceleró el suyo, se colocó frente a la ventanilla para hacer su pedido. Pero antes, preguntó.

Fue entonces que quedó impactada, conmovida.

Según ha trascendido en las redes sociales, los jóvenes Pierce Dunn y Evan Freeman se aprestaban a tomarle el pedido a aquella conductora, cuando vieron que no paraba de llorar. No, no podían pasar por alto aquella escena, tenían que hacer algo. Al preguntarle por qué lloraba, la señora les confesó que su esposo acababa de fallecer. Tenía solo 37 años.

Sin pensarlo dos veces, los jóvenes estiraron sus brazos para unirlos con el suyo y realizar una plegaria todos juntos. De ahí esa rara foto que Barbara Danner tomó y que de inmediato subió a Facebook, provocando una ola de solidaridad y conmiseración.

“Cuando los chicos de DB se dieron cuenta de que la mujer estaba destruida –apuntó Danner en su publicación-, lo dejaron todo y oraron con ella durante varios minutos; luego la invitaron a regresar más tarde para volver a orar y para apoyarla, así como para ofrecerle cualquier otro tipo de cosa”.

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Uno de los establecimientos de la franquicia Dutch Bros. Foto: Eater Portland

Uno de los empleados, Pierce Dunn, de 19 años, aseguró que tan solo habían correspondido a la emoción de la mujer, dándole mucho de las suyas. Como cristiano que es, aquello resultaba un deber.

“Ella unió la suya a nuestras manos, se limpió la cara y nos dio las gracias –abundó Evan Freeman, de 21 años, quien dice no ser creyente-. Creo que se trató de un acto de agradecimiento hacia alguien que se detuvo a decirle ‘lo siento’.”

“Fue un momento verdaderamente increíble”—apuntó Dunn, estudiante de primer año en la universidad de Clark, a otro medio de prensa.

“Le mostramos un poco de amor”, continuó Freeman. “Empezamos a hablar con ella, le hicimos saber que la apoyábamos y que le deseábamos lo mejor. Sólo queríamos que se sintiera lo mejor posible”.

“Ella podía haber pedido una manzana, que yo me hubiera ido a plantar un árbol, a esperar que creciera, para luego darle su manzana” –concluyó.

Entrevistada por la prensa, Jessica Chudek, la dueña de la franquicia, dijo haberse enterado gracias a la página de Facebook de Dutch Bros Coffee. “Al principio no me di cuenta de que era nuestra ubicación –dijo—. Solo pensé que era una historia hermosa”.

Sin embargo, Chudek, quien ya conversó con Barbara Danner y con la mujer afectada, aseguró que no le sorprendió el gesto de sus empleados. “Los alentamos a entregar amor a través de esa ventana –aseguró-. No se trataba de algo religioso, sino de lo que ella necesitaba en ese momento.”