La foto de un padre triste porque no logró vender nada en su primer día de trabajo desata una ola de solidaridad

Cuando Natália Cristina, de 16 años, compartió la foto de su padre triste por no haber podido vender ningún bocadillo en su primer día de trabajo en una plaza en Duque de Caxias, Río de Janeiro, jamás imaginó la ola de solidaridad que se desataría.

Foto tomada del Twitter de Natalia Cristina/@Na_telia
Foto tomada del Twitter de Natalia Cristina/@Na_telia

La imagen, que desató un sinfín de reacciones en Twitter, provocó que personas se acercaran hasta el puesto de comida ambulante y comenzaran a comprarle productos al vendedor, Agrinaldo dos Santos.

“Hoy fue nuestro primer día vendiendo en la plaza cercana a nuestra casa. En la foto, él está pensativo porque no vendimos nada. Pienso que todo tiene un propósito y que nada es en vano. Estamos luchando y sé que Dios es justo”, describe.

La segunda noche fue totalmente diferente a la primera: “Ayer vendió todo y tuvimos que hacer cuatro lotes más de pan. Incluso había fila y muchos esperando", describió Natália a Marie Claire. "La gente lo vio en Facebook, Twitter e Instagram. Me sorprendió que hayan venido de lejos", agregó.

Según Natália, no solo las ventas se dispararon al punto de agotar la disponibilidad, sino que muchas personas de otros países se ofrecieron a depositar dinero en su cuenta para que pudieran alimentar a las personas que viven en la calle.

“Vendimos todo y tuvimos que reabastecer los panes salados cada 30 minutos. Muchas gracias por la fuerza, amigos", escribió en Instagram.

La historia detrás del post

Con el sueldo de su último trabajo, del cual fue despedido, Agrinaldo, de 51 años, compró las máquinas para hacer comida. Antes de llevar sus panes a la plaza, había intentado de todo: trabajó como albañil, como vendedor ambulante y cobrador de autobús, trató de ser concejal y hasta quiso volverse famoso. Nada le había dado resultados.

"Mi padre está muy feliz. Realmente no esperaba todo esto. La intención era llamar la atención de aquellos que viven cerca, una forma de pedir ayuda", explicó Natália."Hay muchas personas que dicen que estaba tratando de usar esto como una forma de ganar seguidores. Nunca pensé en ser famosa por eso", aclaró.

La joven también aprovechó Twitter para invitar a los usuarios la comprar panes salados o pizza de su padre por Plaza del Sosiego.

"Espero que podamos lograr nuestros objetivos y que a través de esta publicación podamos ayudar a otras personas. Si alguien está desempleado y en necesidad, lo publicaré también", prometió Natália en Marie Claire.

El caso de Agrinaldo recuerda al de Don Abel, un vendedor de ‘hot dogs’ de Querétaro, cuyo esfuerzo conmocionó en las redes sociales y luego de tres días llevó a cientos de personas a congregarse en la Avenida Juárez para comprarle comida.

Un tiempo después, gracias a Saulin Gudi, un gerente en una tienda de inflables cercana, otro abuelito vendedor de ‘hot dogs’ llegó al corazón de los vecinos, quienes no solo se acercaron a comprar, sino también a ayudarle en la preparación de la comida y atención de los clientes.