La curiosa forma de hacer que los niños coman más manzanas en las escuelas de EEUU

Una pregunta intrigaba y presumiblemente irritaba a muchas personas en escuelas y oficinas públicas: ingentes cantidades de manzanas, servidas como parte de los almuerzos escolares a los niños de Estados Unidos, se iban a la basura, muchas veces con las frutas apenas tocadas por los menores. ¿Por qué el desperdicio tan grande, por qué a los niños no les atrae comer esa nutritiva, deliciosa y por demás icónica fruta?

La pregunta al parecer fue punzante para un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell, quienes se dieron a la tarea de explicarlo y darle una solución. Así, como narra el periódico The Washington Post, los investigadores suponían que la causa tenía que ver con mucho más que el gusto de los niños, sino algo quizá diferente.

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Las manzanas son una fruta icónica, nutritiva y deliciosa. (AP)

El problema, así, pareció no ser de fondo, por decirlo así, sino de forma: la manera como las manzanas le eran presentadas a los estudiantes en sus almuerzos escolares. La fruta les era dada entera, y los investigadores se preguntaron si presentárselas en rebanadas cambiaría los patrones de consumo.

Para averiguarlo realizaron dos estudios, el primero en ocho escuelas estadounidenses y el segundo en seis. En unas escuelas se sirvieron manzanas enteras y en otras rebanadas y se observó que el consumo de la fruta creció en más del 60% en los casos en los que se ofreció cortada.

De acuerdo al Post, una de las razones de esta diferencia es que incentivar al niño a dar la primera mordida resulta más arduo cuando la manzana estaba entera (hay que hincarle el diente a fin de cuentas, y muchos niños de cierta edad están mudando de dentadura o tienen frenos), en cambio la fruta rebanada ofrece una forma que elude esa primera dificultad. Así, una vez rota esa primera dificultad, las manzanas son consumidas mucho más.

Y no es algo exclusivo de los menores. En general, la facilidad y el menor esfuerzo en muchos casos contribuyen a una mayor aceptación de un alimento o producto. El confort vende.

Y, en realidad, las manzanas rebanadas llevan ya algunos años en auge en Estados Unidos, aunque el descubrimiento de su popularidad en las escuelas sea relativamente reciente. Por ejemplo, como comenta el citado periódico, entre 2004 y 2014 el consumo de manzanas rebanadas en el país pasó de 114 millones de manzanas a 511 millones (el 5% de las ventas totales de manzana en la actualidad), y la fruta así presentada es un elemento común en los menús de, incluso, cadenas de comida rápida como McDonald’s.

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Los niños en las escuelas consumen mucho más manzanas rebanadas que enteras, y el mercado de esa fruta cortada está en auge. (My Recipes)

En este caso específico, como relata el periódico Business Insider, si bien ofrecer manzanas cortadas es algo que las madres y padres han hecho por sus hijos desde siempre, la influencia de McDonald’s en el mercado ha sido inmensa, pues esa cadena vende en sus restaurantes más del 10% de todas las manzanas rebanadas en Estados Unidos, y eso en cierto modo ha influenciado su mayor consumo en otros contextos, entre ellos la casa y la escuela.

Con todo, el hallazgo no implica que en automático todas las escuelas del país deban servir manzanas rebanadas, si bien el Departamento de Agricultura, que opera el Programa Nacional de Almuerzos Escolares de Estados Unidos, una instancia federal, ha hecho recomendaciones al respecto. Y un documento con lineamientos elaborado en la Universidad de Mississippi, recomienda presentar a los niños rebanadas de manzana (entre otras frutas en platillos tipo ensalada), si bien señala que no debe cortárseles en porciones muy pequeñas para evitar una mayor pérdida de vitamina C por una mayor exposición de su superficie.

El Post alerta que una consecuencia indeseable del mayor consumo de manzana debida a su presentación en rebanadas es que se genera una mayor contaminación por desechos de plástico, sobre todo por las bolsas en las que el producto se empaca para su comercialización. Pero si la fruta se adquiere entera y luego se corta en casa o en la escuela, esa circunstancia puede reducirse.

Digamos que, cortada, esa fruta en las escuelas se ha vuelto la manzana de la concordia.

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