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La consejería reduce portación de armas en adolescentes que sufrieron lesiones

Por Anne Harding NUEVA YORK, 22 abr (Reuters Health) - Una intervención colaborativa orientada a los adolescentes internados después de sufrir una lesión reduce significativamente la posibilidad de que ellos porten armas un año después. Un tercio de los participantes de un estudio aleatorizado dijo que portaba un arma de fuego, un cuchillo o un palo cuando se los entrevistó mientras estaban internados por la lesión. Al año, el 7,3 por ciento de los que habían participado de la intervención dijo que portaba un arma, comparado con el 21,3 por ciento del grupo control. El trastorno de estrés postraumático (TEPT), la violencia, el consumo de drogas y las conductas de riesgo son "endémicos" en los adolescentes víctimas de una lesión física, según publica en JAMA Pediatrics el equipo del doctor Douglas Zatzick del Centro de Prevención e Investigación de Lesiones de Harborview, Seattle, Washington. Zatzick explicó que el modelo de atención colaborativa demostró ser exitoso para el tratamiento de pacientes con comorbilidades físicas y psicológicas, como la depresión y la diabetes, de modo que con su equipo investigó si también sería útil en esos adolescentes de alto riesgo. La intervención, que está a cargo de un trabajador social y un enfermero de un centro de trauma, incluye el manejo de la atención clínica y las entrevistas motivacionales orientadas a las conductas de riesgo y el consumo de drogas. "Los pediatras y los cirujanos se encargan de la lesión. Luego intervienen los especialistas en salud mental, que se ocupan de los problemas conductuales en equipo", detalló Zatzick. A cada participante se le destinaron 13,1 horas de atención en total. El riesgo relativo de portar un arma a los 12 meses de la lesión original era de 0,31 en los 59 pacientes tratados con la intervención, versus los 61 pacientes del grupo control. El consumo de alcohol y drogas y los niveles elevados de TEPT y de síntomas depresivos no eran tan comunes como el uso de un arma. Tampoco se observó un efecto significativo de la intervención en esos factores. "Nos sorprendió que un tercio portara un arma, ya sea de fuego, un cuchillo o un palo, el año previo a la lesión", dijo Zatzick. Por eso, según aclaró, el equipo no utilizó ese dato como resultado primario del estudio. La intervención podría implementarse fácilmente en cualquier centro especializado en trauma, según precisó Zatzick. La entrevista motivacional exige entrenamiento, pero la pueden realizar médicos con título de grado o una maestría. El próximo paso de la investigación será utilizar las historias clínicas digitales y otras herramientas tecnológicas para identificar a los adolescentes que podrían portar armas para mejorar la efectividad de la intervención. "Esta técnica general se puede aplicar a muchos problemas. Son estudios en el mundo real; no ensayos de efectividad en grupos pequeños", agregó el autor. Si otros estudios replican estos resultados, "pensamos que debería existir la pesquisa universal de los factores de riesgo de la violencia, como la portación de un arma, en la población adolescente", finalizó el especialista. FUENTE: JAMA Pediatrics, online 14 de abril del 2014.