La actriz "gorda" que se ha atrevido a enseñar los pechos.

Me fliparía -y uso conscientemente este verbo festivo y luminoso- a mis 49 años tener los ovarios para enseñar las tetas, ser la mujer empoderada, valiente y sin complejos que es Florence Pugh a sus 26. He vivido casi el doble que ella, he luchado contra mis complejos y ni una sola vez me he atrevido a pensar -y obrar en consecuencia- que mis brazos gordos pueden lucirse con tirantes diminutos, que mis rodillas torcidas lucen bien en minifalda o que mi espalda demasiado ancha -demasiado, ¿para quién?- es una preciosidad.

Por eso me flipa -otra vez me flipa- que haya mujeres, sobre todo jóvenes, que manden a la mierda los complejos creados por cómo pensamos que debe ser nuestro cuerpo. Cuerpo para agradar, ser visto y admirado. Sí, claro. Ya sabéis por quién.

Mirad a esta belleza de actriz. Que si está gordísima -¡Dios, debe usar la misma talla que yo, una 36!-, que si tiene los pechos enanos para el cuerpo gigante -unos pechos turgentes y perfectos, madre mía-, que si cómo se atreve a lucirlos -es su cuerpo, ¿a quién tiene que pedir permiso?-. Evidentemente, todo esto se lo han dicho decenas de miles de personas -hombres, la mayoría-, no con las palabras que acabo de utilizar yo, sino vomitando mierda por la boca, y no por el ano.

Un pequeño -gran- detalle, fijaos en la descripción de la fotografía que hace la agencia Getty. Alerta, nota del editor, la imagen contiene desnudos. Espera, sí, que tengo que hablar con mi confesor antes de enseñarla.

Seguimos. La actriz de Mujercitas y el universo Marvel ha recibido una lluvia internacional de mierda por acudir al desfile de Valentino en Roma vestida así. Hombres orgullosos de destruir de arriba a abajo el cuerpo de una mujer. Hombres actuando en manada, sin esconderse, desde perfiles anónimos pero también desde perfiles con sus fotografías reales, con sus esposas e hijas. ¿El odio se extiende también a ellas? Porque si nos ponemos normativos -esos cuerpos femeninos que habéis dictaminado que son el ideal-, vuestras esposas e hijas no lo suelen cumplir. ¿También las odiáis a ellas, también les decís esas cosas a la cara, les dais permiso para lo que pueden o no pueden ponerse?

Desde su cuenta de Instagram, la actriz ha explicado que se puso ese vestido de forma totalmente consciente y a sabiendas que iba a recibir una lluvia de comentarios, pero que nunca se sintió nerviosa por ello. "Lo que ha sido interesante de presenciar es lo fácil que es para los hombres destruir de arriba a abajo el cuerpo de una mujer, públicamente, orgullosos de ello, para que cualquiera pueda verlo. ¿Cómo lo hacen incluso cuando tienen puestos sus títulos, sus trabajos y sus correos electrónicos en su biografía. Es preocupante lo vulgares que podéis ser algunos de los hombres", ha escrito en su cuenta de Instagram.

"Soy perfectamente consciente del tamaño de mis senos y no tengo miedo", continúa la actriz en el texto en sus stories, orgullosa de haberse criado en un hogar "lleno de mujeres fuertes, poderosas y con curvas". ¿Curvas? ¿De verdad creéis que esta mujer está gorda? ¿De verdad se lo habéis hecho creer a ella? Alguien tan empoderada como Florence Pugh habla de mujeres con curvas para referirse a ella.

¿La habéis mirado bien? ¿Habéis visto esos abdominales?

"Afortunadamente, yo me he reconciliado con esos complejos de mi cuerpo que me hacen ser yo. Estoy feliz de los 'defectos' que no soportaba mirar cuando tenía 14 años".

Ella sí, pero, ¿y el resto de niñas? ¿el resto de adolescentes, de jóvenes, de mujeres? Todas esas mujeres que ven como cada vez que se muestran en público en las redes sociales sus cuerpos son la diana perfecta para vomitar mierda sobre ellos. ¿Sois conscientes los que insultáis todo el daño que estáis haciendo? Daño que incluso puede llevar al suicidio.

¿Por qué parece amenazante para algunos hombres que las mujeres podamos amar nuestros cuerpos sin vuestro permiso?

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