Líderes de Miami celebran a los migrantes y condenan la ley de inmigración de la Florida

Los inmigrantes son vitales para la economía y sociedad de la Florida y el condado de Miami-Dade, y las comunidades y los gobiernos locales deben apoyar y fomentar su desarrollo y contribuciones, dijo el martes un grupo de dueños de negocios, funcionarios del condado, proveedores de servicios sociales y líderes comunitarios.

“Vamos a realzar sus talentos y forjar el camino para que el condado de Miami-Dade sea más inclusivo y próspero”, dijo Vanessa Joseph, abogada de Catholic Legal Services y secretaria electa de la ciudad de North Miami, en el Miami Opportunity Summit.

El propósito de la conferencia en Downtown Miami era reunir a líderes del sector público y privado en conversaciones sobre las comunidades inmigrantes del condado, así como ayudar a llenar las vacantes laborales en la Florida y Estados Unidos, dijeron los organizadores. Por cada 100 puestos de trabajo vacantes en la Florida, hay 57 trabajadores disponibles para llenar esos puestos, según datos de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

El evento también se produce siete semanas después de que entrara en vigor una ley estatal de inmigración dirigida a que las compañías no contraten personas indocumentadas. Los dueños de negocios y los defensores de la inmigración han dicho que la legislación ha avivado el pánico incluso entre los inmigrantes con estatus legal y exacerbado la escasez de trabajo en varias industrias. La ley fue un tema central de las discusiones de la cumbre.

“Lo que estamos haciendo como estado es virar a la gente, y todos enfrentaremos las consecuencias”, dijo Samuel Vilchez, director estatal de la Florida para el American Business Immigration Coalition.

El grupo bipartidista de dueños de empresas y el proveedor de asistencia legal, Catholic Legal Services, organizaron la conferencia. Asistieron a la cumbre representantes y líderes de organizaciones religiosas, grupos sin fines de lucro, proveedores de servicios, dueños de negocios y gobiernos locales y del condado. Varios de los oradores eran inmigrantes o habían sido anteriormente indocumentados.

Los participantes del panel principal — que se enfocó en cambiar las narrativas negativas de los inmigrantes recién llegados al sur de la Florida — incluyeron a la alcaldesa del condado de Miami Dade, Daniella Levine Cava, el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, el director ejecutivo de Beacon Council, Rodrick Miller, y el empresario de Miami, Miguel “Mike” Fernandez. El presentador de CBS4, Eliott Rodríguez, moderó la conversación.

Los panelistas compartieron historias sobre sus propias raíces inmigrantes. La alcaldesa habló de cómo sus tatarabuelos emigraron a Estados Unidos desde Europa del Este para escapar de la violencia que enfrentaban las comunidades judías. Destacó el papel histórico de Miami como lugar que recibe inmigrantes y refugiados que buscan una vida mejor en Estados Unidos.

“Entendemos su sufrimiento y respondemos con compasión, porque sabemos que cuando las personas reciben una segunda oportunidad en la vida, lo dan todo para tener éxito, construir un legado para sus familias y contribuir a su comunidad”, dijo Levine Cava.

Añadió el arzobispo: “Somos una comunidad dinámica, próspera y resiliente aquí en el sur de la Florida, no a pesar de la inmigración sino gracias a ella”.

Mike Fernandez, el presidente de MBF Healthcare Partners, una firma de inversión privada enfocada en los servicios de salud, describió a los inmigrantes como personas que toman riesgos y están dispuestas a asumir nuevos negocios y desafíos.

“Los inmigrantes dejan su hogar, su tierra, sus amigos, idioma, dinero. Dejan todo atrás para tener un futuro mejor. Y en ese proceso, están dispuestos a hacer el trabajo que muchos de nosotros no estamos dispuestos a hacer”, dijo Fernández, quien nació en Cuba, “los inmigrantes son emprendedores. Construyen empresas y construyen comunidades”.

La conversación se movió rápidamente en la nueva ley estatal, que requiere que las empresas con 25 o más empleados verifiquen a través de una plataforma federal si sus trabajadores nuevos pueden trabajar legalmente. A partir de julio de 2024, entrarán en vigencia multas diarias de $1,000 para las empresas que no cumplan. Los empleadores también podrían ver suspendidas sus licencias “después de múltiples hallazgos de incumplimiento”, según la ley.

Cuando se le preguntó sobre la legislación, el economista Rodrick Miller, que dirige el Miami-Dade Beacon Council, dijo que ha escuchado historias de personas que abandonaron el estado por temores en torno a la ley.

“El hecho de no enfrentar esto de manera agresiva podría tener, tendrá, un impacto negativo en nuestra economía”, dijo Miller. “Grandes segmentos de nuestra economía se basan en cosas como la hospitalidad, la construcción y la agricultura, y tienen una gran cantidad de inmigrantes trabajando en ellos”.

Levine Cava condenó la legislación, describiéndola como punitiva y carente de sentido común. Dijo que el condado continúa brindando servicios esenciales a los recién llegados a través de sus colaboraciones con organizaciones locales, el gobierno federal y los sistemas escolares y de salud locales.

“Trabajamos lo mejor que podemos para ayudar a la gente a reconocer que estamos aquí para ellos, los apoyamos, queremos que sean legales, no queremos que operen bajo el radar. Y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para solicitar al gobierno y a nuestros funcionarios electos que nos apoyen”, dijo.

En un panel separado, Héctor Mujica, jefe de Oportunidades Económicas para las Américas de Google, y Jeff Lozama, director ejecutivo de la constructora CMS Group, destacaron las consecuencias negativas de la escasez de mano de obra en Estados Unidos y las contribuciones económicas de inmigrantes en los Estados Unidos.

Los inmigrantes contribuyeron casi $104 mil millones al PIB de Miami-Dade, según datos del 2021 de la Oficina de Nuevos Americanos del Condado de Miami-Dade. La agencia también informó que los inmigrantes constituían casi el 87% de las industrias manufactureras esenciales y agrícolas, así como más de las tres cuartas partes de todos los trabajadores en los servicios esenciales, la construcción y la fabricación de alimentos.

Lozama enfatizó el porcentaje sustancial de su industria que está compuesto por inmigrantes que trabajan en una variedad de proyectos, desde edificios comerciales hasta viviendas asequibles. También dijo que traen habilidades de sus propios países, citando a artesanos guatemaltecos que trabajan en carpintería cuando emigran. Agregó que los inmigrantes terminan estableciendo sus propios negocios que subcontratan en toda la industria.

“No hay forma de que la industria de la construcción pueda estar en el estado en el que se encuentra ahora sin la contribución de la población inmigrante”, dijo.

Durante el almuerzo de la cumbre, Oliver Gilbert, presidente de la Comisión del Condado de Miami-Dade, alentó a los participantes de la cumbre a impulsar soluciones de política pública y responsabilizar a los funcionarios electos. Llamó a Miami-Dade un “ancla económica para el estado de la Florida” y dijo que no tenía sentido que “los legisladores que enviamos a Tallahassee apoyen una legislación que sería desastrosa para nosotros”.

“No tenemos gente para hacer los trabajos. Y no podemos reemplazar el dinero que los inmigrantes ponen en nuestra economía”, dijo. “La economía básica de esto y la moralidad de esto te llevan al mismo punto. La pregunta es ¿podemos hacer que nos escuchen? Y eso comienza con nosotros”.