Líderes caribeños cambian de tono y apoyan una fuerza internacional para Haití

Los partidarios de desplegar una fuerza internacional especializada para ayudar a la Policía de Haití a erradicar a las pandillas armadas que aterrorizan al país se acercaron el miércoles a conseguir el apoyo de los líderes caribeños.

El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, quien preside la Comunidad del Caribe (CARICOM), integrada por 15 miembros, declaró el miércoles a los periodistas que el bloque regional opina ahora que es necesario reforzar la fuerza policial del país para crear “un corredor seguro que permita hacer llegar la ayuda humanitaria, que Haití necesita desesperadamente”.

Pero la ayuda debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU y debe ser financiada, según Skerrit, por Francia, Canadá, Estados Unidos y otros países.

En octubre de 2022 el primer ministro haitiano Ariel Henry pidió ayuda internacional para el despliegue de una fuerza especializada que ayude a la Policía Nacional de Haití a enfrentarse a las pandillas, que se habían tomado el control del puerto marítimo y la terminal de combustible más importantes del país. Aunque las pandillas ya no tienen el control, siguen bloqueando el acceso a las carreteras principales, cortando los viajes a las regiones del sur y el norte del país. Según la ONU, casi la mitad de los 12 millones de habitantes del país necesitan ayuda humanitaria y millones pasan hambre.

Skerrit citó que los haitianos “se van a la cama con hambre” como una razón para el “avance” en su pensamiento.

En febrero, los líderes caribeños, reunidos en Las Bahamas, optaron por no apoyar una misión especial de seguridad en Haití después que el primer ministro canadiense Justin Trudeau, quien asistió al evento, dijo que su gobierno planea centrar sus esfuerzos en financiar a la Policía y sancionar a miembros de la élite política y económica acusados de financiar actividades de pandillas e importar armas ilegales al país.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, voló a Puerto España, Trinidad, el miércoles 5 de julio de 2023 para asistir a la reunión anual de julio de la Comunidad del Caribe, CARICOM. Durante la reunión, reiteró el apoyo estadounidense a una fuerza multinacional que se desplegará en Haití, miembro del bloque regional.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, voló a Puerto España, Trinidad, el miércoles 5 de julio de 2023 para asistir a la reunión anual de julio de la Comunidad del Caribe, CARICOM. Durante la reunión, reiteró el apoyo estadounidense a una fuerza multinacional que se desplegará en Haití, miembro del bloque regional.

Estados Unidos, que envió una amplia delegación a la reunión de las Bahamas, esperaba que Canadá encabezara una misión de seguridad en Haití y que dicho despliegue contara con el apoyo de la CARICOM. Haití es miembro del bloque. Tras su decisión de febrero, los funcionarios de la administración de Biden, incluida la vicepresidenta Kamala Harris, han centrado sus esfuerzos en conseguir que el Caribe apoye una fuerza internacional y se comprometa a ayudar a los haitianos a encontrar una solución a su crisis política y de seguridad.

Estados Unidos incluso pagó un avión para trasladar a decenas de líderes políticos y cívicos haitianos a una reunión en Jamaica el mes pasado con la esperanza de negociar un acuerdo político. Aunque no se llegó a un acuerdo, el grupo acordó seguir dialogando, y se ha instado a Henry a que amplíe el consenso político para gobernar el país en ausencia de un presidente o un parlamento elegidos.

Durante la cumbre de tres días celebrada esta semana en Trinidad y Tobago, la situación en Haití ocupó un lugar destacado junto a las celebraciones del 50 aniversario del bloque regional y los debates sobre la crisis climática, la financiación de la deuda, la corresponsalía bancaria y el aumento del costo de los alimentos.

Skerrit abrió la conferencia de prensa del miércoles diciendo a los periodistas que los líderes habían pasado una hora y media reunidos con el secretario general de la ONU, António Guterres, y que toda la reunión había versado sobre Haití. Guterres, quien visitó Puerto Príncipe el sábado, ha incrementado sus llamamientos en favor de “una fuerza internacional vigorosa”, y durante la visita expresó su frustración por la falta de voluntad política de las naciones para ayudar mientras las pandillas estrechan su cerco y los niños y las mujeres se convierten cada vez más en víctimas de la violencia sexual.

“Haití fue tan crucial en esta conferencia que ocupó una parte importante de nuestro compromiso en la búsqueda de una solución para nuestros hermanos y hermanas de Haití”, declaró Skerrit.

Esto incluyó conversaciones con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien llegó el miércoles con una delegación del Congreso encabezada por el representante demócrata Hakeem Jeffries, de Nueva York, y el presidente de Ruanda, Paul Kagame.

Haciéndose eco del llamamiento de Guterres en materia de seguridad, Blinken dijo a los líderes caribeños que “Estados Unidos comparte el compromiso sentido en toda la región de ayudar al pueblo haitiano a forjar su futuro y restaurar el orden democrático del país mediante elecciones libres y justas”.

“Los haitianos no pueden alcanzar estos objetivos críticos sin seguridad”, dijo. “Por eso hemos sido y seguimos siendo el mayor donante de la policía nacional de Haití, por eso apoyamos el llamamiento del gobierno haitiano para que una fuerza multinacional ayude a su policía a restablecer la seguridad”.

En una reunión con Henry, Blinken habló de la urgencia de ampliar el consenso político y alcanzar un acuerdo ampliamente respaldado que permita el retorno al orden democrático lo antes posible. Los líderes, según el Departamento de Estado, también estuvieron de acuerdo en la urgencia de desplegar una fuerza multinacional autorizada por la ONU o una operación de mantenimiento de la paz para permitir a la Policía Nacional Haitiana restaurar la paz y la seguridad y aliviar la crisis humanitaria en Haití.

Kagame también incluyó la crisis haitiana en su propio discurso a los líderes, reiterando su voluntad de ayudar. Kagame cuenta con una de las unidades de policía mejor entrenadas de África y anteriormente había desplegado a sus uniformados en Haití como parte de la última “misión de estabilización” de la ONU, que estuvo dirigida por Brasil.

“Ruanda indicó desde el pasado septiembre su voluntad de proporcionar personal de mantenimiento de la paz y de seguridad para ayudar a reforzar la policía nacional de Haití”, declaró Skerrit, quien añadió que los líderes caribeños esperan colaborar con el líder africano en Haití. “Hay una serie de pasos o acciones que tomaremos en el futuro y, por supuesto, el primer ministro de Haití ha dejado muy claro en numerosas declaraciones... que no se postulará a las elecciones en Haití, y que solo está dispuesto a liderar un gobierno hasta la celebración de elecciones creíbles, libres y justas”.

Además de Haití, los líderes caribeños también dedicaron su cumbre a debatir asuntos de importancia regional y mundial, como la libre circulación de personas en la mayoría de los países miembros, los viajes aéreos y la falta de compromiso de los líderes mundiales a la hora de abordar el cambio climático.

“Esta conferencia ha reflejado un ambiente de optimismo y capacidad de acción”, declaró la primera ministra de Barbados, Mia Mottley. “Pero una ejecución realista nos hará encallar”.

En su reunión con Blinken y miembros del Congreso de Estados Unidos, los líderes también plantearon su preocupación por la afluencia de armas y municiones fabricadas en Estados Unidos, que han provocado un aumento de los índices de delincuencia en sus pequeñas naciones, así como por el encarecimiento de la importación de alimentos.

“Han tomado ciertas medidas, sobre todo con la creación de una oficina especial para ocuparse de la persecución”, dijo Skerrit sobre la respuesta de Estados Unidos al problema de las armas ilegales. “Pero seguimos creyendo que hay cosas adicionales que Estados Unidos puede hacer, debería hacer, para frenar el flujo de armas dentro de nuestra región”.

Blinken dijo que la administración de Biden está trabajando para avanzar en las prioridades regionales y globales, incluyendo el tema del alto costo de los alimentos.

Anunció que Estados Unidos dedicará $5.5 millones adicionales para ayudar a los pequeños agricultores del Caribe a aumentar su productividad, incrementar su acceso a la tecnología y los mercados, y adoptar prácticas climáticas más inteligentes.

En cuanto a otros asuntos planteados por los líderes, como su petición habitual del fin del embargo estadounidense a Cuba y el levantamiento de las sanciones estadounidenses a Venezuela, los líderes caribeños afirmaron que la delegación estadounidense les escuchó. Reconocieron, sin embargo, que tras años de quejas por ser ignorados por Estados Unidos, la relación con el Caribe ha adquirido un nuevo tono.

“En este momento estamos comprometidos con Estados Unidos como no lo habíamos estado antes”, declaró el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley.

Skerrit añadió: “Estamos viendo un cambio práctico en todo el enfoque hacia el Caribe y acogemos con satisfacción esos compromisos”.