El líder británico llega a Ucrania para mantener conversaciones de seguridad con Zelensky antes de la investidura de Trump

El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, sale de Downing Street hacia la Cámara de los Comunes el 15 de enero de 2025 en Londres.

El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, llegó este jueves a Ucrania con la promesa de ayudar a garantizar la seguridad del país durante un siglo, días antes de que Donald Trump jure como presidente de Estados Unidos.

Según el Gobierno británico, Starmer y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, firmarán en Kyiv un tratado de “Asociación de 100 años” que abarca ámbitos como la defensa, la ciencia, la energía y el comercio.

La visita no anunciada de Starmer es su primer viaje a Ucrania desde que asumió el cargo en julio. Visitó el país en 2023, cuando era líder de la oposición, y mantuvo dos conversaciones con Zelensky en el número 10 de Downing Street desde que es primer ministro.

El Reino Unido, uno de los mayores apoyos militares de Ucrania, ha prometido 12.800 millones de libras (US$ 16.000 millones) en ayuda militar y civil a Ucrania desde la invasión a gran escala de Rusia hace tres años, y ha entrenado a más de 50.000 soldados ucranianos en suelo británico. Starmer tiene previsto anunciar otros 40 millones de libras (US$ 49 millones) para la recuperación económica de Ucrania tras la guerra.

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Pero el papel del Reino Unido se ve empequeñecido por el de Estados Unidos, y existe una profunda incertidumbre sobre el destino del apoyo estadounidense a Ucrania una vez que Trump asuma el cargo el 20 de enero. El presidente electo se mostró reticente al costo de la ayuda estadounidense a Kyiv, afirma que quiere poner fin rápidamente a la guerra y tiene previsto reunirse con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, por quien siente admiración desde hace tiempo.

Los aliados de Kyiv se apresuraron a inundar Ucrania con todo el apoyo posible antes de la toma de posesión de Trump, con el objetivo de situar a Ucrania en la posición más fuerte posible para cualquier futura negociación que ponga fin a la guerra. Zelensky dijo que en cualquier negociación de paz, Ucrania necesitaría garantías sobre su futura protección frente a su vecino mucho más grande.

Gran Bretaña dice que su compromiso de 100 años es parte de esa garantía, y ayudará a asegurar que Ucrania “nunca vuelva a ser vulnerable al tipo de brutalidad infligida por Rusia”, que arrebató Crimea a Ucrania en 2014 e intentó una invasión a gran escala en febrero de 2022.

El acuerdo compromete a ambas partes a cooperar en defensa –especialmente en seguridad marítima contra la actividad rusa en el mar Báltico, el mar Negro y el mar de Azov– y en proyectos tecnológicos, incluidos los drones, que se convertieron en armas vitales para ambos bandos en la guerra. El tratado también incluye un sistema para ayudar a rastrear el grano ucraniano robado y exportado por Rusia desde las zonas ocupadas del país.

“La ambición de Putin de apartar a Ucrania de sus socios más cercanos fue un monumental fracaso estratégico. Por el contrario, estamos más cerca que nunca, y esta asociación llevará esa amistad al siguiente nivel”, declaró Starmer antes de la visita.

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“No se trata solo del aquí y ahora, se trata también de una inversión en nuestros dos países para el próximo siglo, aunando desarrollo tecnológico, avances científicos e intercambios culturales, y aprovechando la fenomenal innovación mostrada por Ucrania en los últimos años para las generaciones venideras”.

Zelensky dice que él y Starmer también discutirán un plan propuesto por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que vería soldados de Francia y otros países occidentales estacionadas en Ucrania para supervisar un acuerdo de alto el fuego.

Zelensky dijo que cualquier propuesta de este tipo debería ir acompañada de un calendario para que Ucrania se una a la OTAN. Los 32 países miembros de la alianza dicen que Ucrania se unirá algún día, pero no hasta después de la guerra. Trump parece simpatizar con la postura de Putin de que Ucrania no debe formar parte de la OTAN.

A medida que la guerra se acerca a la marca de tres años, tanto Rusia como Ucrania están presionando para obtener ganancias en el campo de batalla antes de posibles conversaciones de paz. Ucrania inició una segunda ofensiva en la región rusa de Kursk, donde lucha por conservar una parte del territorio que capturó el año pasado, y ha intensificado los ataques con aviones no tripulados y misiles contra emplazamientos de armamento y depósitos de combustible dentro de Rusia.

Moscú está ganando territorio lentamente, a costa de muchas bajas, a lo largo de la línea del frente de 1.000 kilómetros en el este de Ucrania y lanzando intensos ataques contra el sistema energético ucraniano, con el fin de privar a los ucranianos de luz y calor en pleno invierno. Rusia lanzó un importante ataque con misiles balísticos y de crucero sobre regiones de toda Ucrania este miércoles, y obligó a las autoridades a cortar la red eléctrica en algunas zonas.

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