En el este de Líbano, miles de desplazados por los bombardeos israelíes se preguntan "adónde ir"
En la ciudad cristiana de Deir al Ahmar, Hasan Noun ha montado su tienda de campaña en el patio de una iglesia tras huir de los bombardeos israelíes en la región oriental libanesa de Baalbek.
"Necesitamos refugio. Pronto nevará y lloverá. ¿Dónde encontrarán refugio estos niños?", se pregunta este hombre de barba gris y padre de cinco hijos.
Noun es una de las cerca de 30.000 personas que buscan seguridad en la ciudad cristiana de Deir al Ahmar y sus alrededores, que hasta ahora se libró de los bombardeos israelíes contra los bastiones de Hezbolá, localizados especialmente en zonas tradicionalmente musulmanas chiitas.
"Nos reunimos frente a iglesias y escuelas, que ya no tienen capacidad para albergarnos", explica Noun. Detrás de él, en un viejo banco de iglesia, su familia colocó la tetera y los utensilios de cocina, y en el suelo de piedra una esterilla de plástico.
Los finos colchones de espuma utilizados por los desplazados inundan esta iglesia, situada en lo alto de una colina con vistas a las granjas del valle de Becá, y entre cuyas columnas cuelgan cuerdas para secar la ropa.
En el interior de un minibús, las pocas pertenencias de una familia se amontonan en asientos de cuero desgastado: más colchones, botellas de agua y mochilas repletas de pertenencias.
- "No hay calefacción" -
Fátima, de 17 años, huyó de su pueblo, Chaath, "a causa de los bombardeos". En la escuela de Bechouat, cerca de Deir al Ahmar, su familia acampa bajo una tienda improvisada, que consiste en varios pupitres apiñados y cubiertos con mantas para dar una apariencia de intimidad.
"No hay calefacción, no tenemos ropa de abrigo", cuenta la adolescente, con el rostro enmarcado por un pañuelo negro. "Estamos perdiendo el año escolar. No podemos estudiar por culpa de la guerra".
Randa Amhaz agradece a la escuela por abrir sus puertas, pero también tiene sus preocupaciones. "Los niños necesitan ropa de abrigo y los ancianos medicinas", afirma.
Desde el 23 de septiembre, cuando Israel intensificó su ofensiva contra Hezbolá en Líbano, más de 1.900 personas han muerto por los bombardeos israelíes, según un balance de AFP basado en datos del Ministerio de Salud libanés.
Sólo el viernes, 52 personas murieron en ataques israelíes contra la región de Baalbek-Hermel, en el este del Líbano, según el ministerio.
Más de 78.000 personas han sido desplazadas de sus hogares en el distrito, según la Organización Internacional para las Migraciones.
- "No sabemos adónde ir" -
Deir al Ahmar y los pueblos de los alrededores acogieron inicialmente a 12.000 desplazados, asentados principalmente "en casas, anexos de iglesias y algunos todavía en las carreteras", cuenta Rabih Saade, miembro del comité de emergencia local.
Esta semana, cuando Israel intensificó sus ataques en Baalbek, llegó una "segunda oleada de desplazados" de 20.000 personas, "la mayoría de las cuales durmieron en lugares públicos", afirma.
Saade pide al Estado que siga apoyándolos. "No sabemos si la crisis acabará en una semana o dos, o en tres o cuatro meses".
En el patio de un colegio, mujeres vestidas en su mayoría de negro y niños toman el sol, mientras los gritos de los jóvenes resuenan en los pasillos.
"Dejamos nuestras casas. No sabemos adónde ir, no sabemos qué hacer", dice una mujer que quiso permanecer en el anonimato, sentada en el suelo junto a la cama de su anciana madre, un colchón de espuma encajonado entre dos puertas.
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