Kelly Clarkson vivirá una Navidad 'muy dura' tras su separación de Brandon Blackstock

Kelly Clarkson credit:Bang Showbiz
Kelly Clarkson credit:Bang Showbiz

Fiel a su carácter sincero y transparente, la cantante Kelly Clarkson ha admitido que se dispone a vivir una de las Navidades "más duras" de los últimos tiempos, pasado ya un año y medio desde su mediática separación del empresario Brandon Blackstock, padre de sus hijos River y Remington.

Tanto es así, que la estrella de la música no pudo evitar derramar un sinfín de lágrimas mientras componía su última canción navideña, 'Merry Christmas (To the One I Used to Know)', que aborda precisamente la soledad y el dolor de tener que atravesar este período festivo sin compañía amorosa. La letra representa fielmente el momento tan difícil que ha padecido la artista, y está dedicada además a todos aquellos que padecen situaciones parecidas.

"Las fiestas siempre traen consigo un amplio abanico de emociones. Voy a ser muy real con todos vosotros... Cuando escribí esta canción, tenía el rostro empapado en lágrimas. Acababa de llevar a mis hijos a la cama y simplemente decidí meterme de lleno en este asunto. Es que estaba pasando por un momento difícil, creo que ha sido un año muy duro para todos nosotros. Escribí esta canción para mí y para aquellos que se sienten solos en Navidad. No hay muchas canciones que hablen de ello", ha explicado Kelly en un extracto de su nuevo especial navideño para la cadena NBC.

Hay que recordar que, aunque ambos han tratado de proyectar cordialidad tanto hacia la opinión pública como en el marco de sus responsabilidades paternales, lo cierto es que su proceso de divorcio ha sido uno de los más conflictivos de la historia reciente de Hollywood.

Brandon exigía a la intérprete una elevada suma en concepto de manutención, tanto en lo referente a las necesidades de sus niños como a las suyas propias, mientras que Kelly no dudó en demandar a su firma de representantes, dirigida por el padre de Brandon, por haberla supuestamente estafado durante más de diez años. Por el momento, ya se sabe que Kelly ha tenido que abonar unos 300.000 dólares a su exmarido y que, por otro lado, se ha quedado con la propiedad del rancho de Montana que ambos compartían.