Por qué Júpiter no tiene anillos tan magníficos como los de Saturno
Embelesados por sus colores, por sus franjas y capas, por su gran mancha roja o por sus hipnóticas corrientes, es fácil pasar por alto que Júpiter posee, al igual que Saturno o Urano, un sistema de anillos. También es cierto que no son fáciles de detectar, de hecho son tan débiles que hasta hace tan solo unos años ni siquiera sabíamos que el gigante Júpiter también los tenía. Cuando en marzo de 1979 la sonda espacial Voyager 1 de la NASA sobrevoló el gigante gaseoso y gracias a sus fotografías los astrónomos descubrieron las primeras evidencias de que el gran planeta gaseoso tenía un débil y sutil sistema de anillos.
Como suele pasar frecuentemente en ciencia, cuando un secreto se desvela también abre una puerta y ante nosotros se presentan otras tantas cuestiones sin resolver. Un descubrimiento nunca es el final del camino, tan solo el inicio de otras tantas investigaciones para dilucidar las nuevas preguntas que se plantean. Los anillos de Júpiter no representan un gran misterio como el Big Bang o qué hay dentro de un agujero negro, pero es una cuestión que ha tenido ocupados a algunos astrónomos que se preguntaban por qué Júpiter tiene unos anillos tan discretos o si alguna vez fueron mucho mayores, brillantes y espectaculares…
Esta semana un equipo de astrónomos de la Universidad californiana de Riverside, en Estados Unidos, han publicado un estudio en ArXiven el que arrojan luz a la cuestión de los débiles anillos de Júpiter. “Durante mucho tiempo me intrigó la razón por la que Júpiter no posee un sistema de anillos”, confiesa en el comunicado oficial el astrofísico Stephen Kane, autor principal del estudio. “De tenerlos nos parecerían aún más brillantes y magníficos porque Júpiter es mayor y está mucho más cerca de nosotros que Saturno”.
El estudio aparecerá este próximo mes de agosto en la revista Planetary Science, pero ya podemos adelantar que las principales lunas de Júpiter tienen gran parte de la culpa…
Para entender cómo evolución el planeta gaseoso, los investigadores de Riverside desarrollaron una simulación informática dinámica que incluía las órbitas de las lunas principales de Júpiter, la órbita del propio planeta y datos sobre la formación de anillos.
Si tomamos como referencia los anillos de Saturno debemos saber que se componen, principalmente, de hielo. Si las lunas que se forman alrededor del planeta son lo suficientemente masivas su gravedad puede arrojar el hielo fuera de la órbita del planeta, puede cambiar la órbita del hielo y deshacer la formación de un posible sistema de anillos.
En el caso de Júpiter los investigadores descubrieron que “el modelo informático muestra que los cuatro satélites galileanos (Ío, Europa, Ganimedes y Calisto) destruirían rápidamente cualquier gran anillo que pudiera formarse y, como resultado, es muy poco probable que Júpiter pudiera desarrollar grandes anillos en algún momento de su pasado”.
Hay que tener en cuenta que Ganimedes es la luna más grande de todo nuestro vecindario, tan grande que posee su propio campo magnético, y que las cuatro lunas galileanas se encuentran entre las siete lunas más grandes del sistema solar. Unas lunas tan masivas arrastrarían hacia ellas gran parte del material y “barrerían” a su paso la formación de los anillos.
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Referencias científicas y más información:
Kane, Stephen R., Zhexing Li. “The Dynamical Viability of an Extended Jupiter Ring System”. ArXiv:2207.06434, Julio 2022, DOI:arxiv.org/abs/2207.06434.
Jules Berstein “Why Jupiter doesn’t have rings like Saturn” UC Riverside