El juicio contra Keiko Fujimori pasa desapercibido por la ciudadanía peruana

Tras seis años de investigación, comenzó esta semana en Perú el juicio por presunto lavado de activos a la excandidata presidencial Keiko Fujimori. La hija del exmandatario peruano está acusada de haber financiado sus campañas de 2011 y 2016 con dinero no declarado de la constructora brasileña Odebrecht y podría ser condenada a 30 años de prisión.

Por tercer día consecutivo, Keiko Fujimori se sentó en el banquillo de acusados.

La líder de la conservadora Fuerza Popular está imputada por lavado de activos, crimen organizado, obstrucción a la justicia, falsedad y declaración falsa en un procedimiento administrativo en el marco del escándalo Odebrecht.

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Un juicio contra el partido "más estable" de Perú

Según la Fiscalía peruana, la constructora brasileña habría pagado 1,2 millones de dólares a Fujimori para financiar sus campañas de 2011 y 2016, un dinero que no habría declarado. Y, por ello, podría ser condenada a 30 años y 10 meses de cárcel.

Este juicio es seguido de cerca en el país. El politólogo peruano Mirko Lauer explica su relevancia: "Primero, por la importancia de la enjuiciada, que ha sido candidata a la presidencia tres veces. Segundo, porque el partido, que está implícitamente enjuiciado, es hoy el más estable y sólido del país. Y en tercer lugar, porque lo sucedido con los cócteles, el financiamiento de la campaña... es muy importante para el futuro inmediato del sistema electoral peruano".