Jugar para olvidar: el difícil pero necesario cometido con los niños de Gaza

Jugar para olvidar: el difícil pero necesario cometido con los niños de Gaza

Bajo el incesante bombardeo que tiene lugar en Gaza, las escuelas gestionadas por la ONU, como la de Khan Younis, se han convertido en un lugar de refugio y alivio para miles de familias. Para los niños palestinos, la vida cotidiana se ha detenido de forma repentina y violenta. Pero incluso en medio de la destrucción y el caos de la guerra, algunos adultos luchan porque estos estén lo más cerca posible de la normalidad y lo más lejos posible de la realidad.

"Sabemos que el lenguaje más importante para los niños es el lenguaje del juego", explica el psicólogo infantil Mahmoud Al-Baraghiti. "Y se les ha privado de estos juegos les han privado de las escuelas y de todos sus derechos humanos. Los sonidos de los bombardeos, día y noche, provocan estados de miedo y pánico, especialmente entre los niños".

"Incluso intentar llegar hasta aquí y estar con los niños también es peligroso", explica Ammar Shaat, trabajador juvenil. "Pero nuestro papel como líderes juveniles es proporcionar sonrisas a los niños y jugar con ellos, y este es un trabajo continuo."

Con el telón de fondo de las explosiones, y a pesar de los riesgos, que son constantes, los niños consiguen encontrar momentos de respiro jugando con sus amigos.

"Me encanta jugar con los niños", confiesa el joven Yassim. "Y tal vez pueda olvidar la guerra y el sonido de los proyectiles por un rato".

"Bombardearon la casa de mi tío, lo vi y tuve mucho miedo y huimos a la escuela", nos relata Aseel. "Hoy estoy muy contenta porque han jugado a nuestros juegos en la escuela".

"No hay agua potable ni comida, los derechos humanos más básicos", denuncia por su parte otra alumna, Jenan. "No podemos dormir por los fuertes sonidos que hacen los aviones israelíes."

La guerra entre Israel y Hamás se ha cobrado un precio devastador entre los jóvenes de la región. La ONU calcula que ya han muerto entre 2000 y 3000 niños palestinos, además de al menos otros 30 niños israelíes a manos de Hamás.