Juan Guaidó, el líder venezolano opositor que se ha convertido en una amenaza para el poder de Maduro

Tiene solo 35 años y hasta hace unos días solo era un diputado más en la Asamblea Nacional de Venezuela. Juan Guaidó es ahora la principal alternativa a Nicolás Maduro. Un líder joven y prominente que parece capaz de unir a la oposición, algo que no ha sido muy fácil hasta ahora.

Guaidó es el presidente de la Asamblea Nacional, el último bastión controlado por los opositores que ha ido cayendo en desuso debido a varias decisiones del Tribunal Supremo y al impulso de la Asamblea Nacional Constituyente. Maduro le ha otorgado plenos poderes a esta nueva cámara ya que en ella tiene una amplia mayoría, una decisión muy criticada por la comunidad internacional.

 Juan Guaidó saluda a algunos de sus seguidores (AFP | Yuri Cortez)
Juan Guaidó saluda a algunos de sus seguidores (AFP | Yuri Cortez)

Según diversas organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional, la situación en el país es dramática. Venezuela continúa en estado de excepción, no hay participación política por parte de los opositores, las detenciones son arbitrarias y las fuerzas de seguridad emplean la violencia con demasiado frecuencia para dispersar las protestas. Además, la crisis alimentaria y el acceso a la salud han empeorado y afectan fundamentalmente a niños y niñas, personas con enfermedades crónicas y mujeres embarazadas.

En medio de este desconcierto, Guaidó ha aparecido como un alternativa al poder actual. A principios de enero, fue elegido el presidente más joven de la Asamblea Nacional gracias al sistema de turnos implantado por las fuerzas opositoras. Era el momento para que su partido, Voluntad Popular, tomase el mando de la Cámara.

Desde sus inicios, Guaidó ha estado ligado al activismo como cuenta BBC Mundo. Siempre ha pertenecido a Voluntad Popular donde ha avanzado hacia la primera fila política, especialmente tras el encarcelamiento de Leopoldo López y el exilio de otros destacados miembros.

Su llegada a la presidencia de la Asamblea Nacional se produjo en un momento cuando el desánimo y la desunión empezaban a hacer mella en la oposición. Su popularidad ha aumentado considerablemente en el país y además cuenta con el respaldo de apoyos internacionales.

El pasado 10 de enero, con el inicio del segundo mandato de Nicolás Maduro tras unos comicios en las que la oposición no quiso participar, Guaidó convocó a los venezolanos a una gran marcha de protesta.

Un cartel crítico con Nicolás Maduro (AP Foto/Fernando Llano)
Un cartel crítico con Nicolás Maduro (AP Foto/Fernando Llano)

El joven político apeló a la Constitución en una comparecencia que muchos medios de comunicación y cargos políticos entendieron como una declaración para ejercer de presidente interino. Su llamamiento al Ejército para que cese su apoyo a Maduro fue otra prueba más de esta intención. Fue la propia Asamblea Nacional la que en una nueva versión del comunicado eliminó cualquier alusión a la asunción de funciones.

“Ya te acomodé la celda con tu respectivo uniforme”, escribió en redes sociales la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela antes de que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional detuviese al político que, sin embargo, fue puesto en libertad poco después.

El Gobierno venezolano defendió que los agentes implicados habían actuado de forma “unilateral y arbitraria” y que habían sido destituidos en un proceso disciplinario.

Juan Guaidó ya ha convocado una gran marcha nacional para el próximo 23 de enero en una fecha que coincide con el aniversario de la caída del gobierno del general Marcos Pérez Jiménez en 1958. Será una nueva oportunidad para que el opositor a Maduro ponga a prueba su influencia en la sociedad venezolana y se defina el futuro político a corto plazo del país.