Joven alianza de Macri busca funcionarios para gobernar Argentina contrarreloj

Por Nicolás Misculin BUENOS AIRES (Reuters) - La alianza del presidente electo Mauricio Macri enfrenta el complejo reto de armar gigantescos equipos de miles de personas para asumir el Gobierno en sólo dos semanas, luego de lograr el domingo una histórica victoria frente al peronismo de centroizquierda que gobernó Argentina los últimos 12 años. La coalición Cambiemos, liderada por el partido PRO de Macri, ya había conquistado hace un mes la provincia de Buenos Aires y en julio la capital, los principales distritos del país. Y el 10 de diciembre asumirán la gobernadora, el alcalde y el presidente. Entre las tres administraciones suman la abrumadora cifra de hasta 10.000 funcionarios, según diversas fuentes cercanas a Macri, que Cambiemos está intentando reclutar entre sus militantes pero también entre el sector privado y en ONGs. "En lo que hace al armado de equipos, claramente es un triple desafío (...) Se sorprenderán con mucha gente que no ha militado en política antes. Nosotros queremos que los más capaces nos acompañen", dijo Macri durante una conferencia de prensa que ofreció tras ganar el balotaje presidencial. Sus allegados adelantaron el miércoles que el economista Rogelio Frigerio, actual presidente del Banco Ciudad, será el ministro del Interior del mandatario electo, y que el coordinador de campaña, Marcos Peña, será el jefe de Gabinete. Macri ya había designado públicamente a la alta funcionaria de Naciones Unidas Susana Malcorra como canciller y una fuente de su equipo confirmó a Reuters que el ministro de Hacienda será Alfonso Prat-Gay, un ex jefe del Banco Central. A TODA MÁQUINA El presidente electo necesita que sus equipos estén funcionado a toda máquina cuando asuma, ya que deberá enfrentar adversidades como el estancamiento de la economía y una fuerte oposición que hará sentir todo su peso en un Congreso dividido. "Es un problema no contar con todos los cuadros que requiere el Estado para la conducción de un país. Va a ser gente joven, hay una renovación generacional, pero puede haber un problema de control. Se va a nombrar gente que no se conoce en distintos lugares", señaló el analista político Ricardo Rouvier. Macri, alcalde saliente de la ciudad de Buenos Aires, logró el domingo pasado una ajustada victoria en el balotaje presidencial frente al oficialista Daniel Scioli, luego de haber quedado segundo en la primera ronda electoral de octubre. A pesar de haber gobernado por ocho años la ciudad, el partido de centroderecha PRO cuenta con un número acotado de funcionarios, que lo obligará a recurrir a sus socios de la alianza Cambiemos, la Coalición Cívica y, sobre todo, la centenaria Unión Cívica Radical (UCR) para llenar vacantes. "A nosotros nos están llamando desde días antes de la elección. Se necesita cubrir muchísimos cargos en organismos descentralizados como Anses (seguridad social), PAMI (cobertura médica para jubilados), hasta embajadas", dijo una fuente de la UCR de la provincia de Buenos Aires. "El radicalismo está preparado para sumar gente en distintos lugares. Nosotros vamos a aportar nombres", añadió. Pero el problema puede convertirse en una oportunidad para mostrar un manejo transparente de la administración pública, en un país acostumbrado al nepotismo y el amiguismo, y darle mayor credibilidad a Macri ante la dividida opinión pública. "Está entre 7.000 y 10.000 la cantidad de puestos en la 'triple corona' (por los tres gobiernos a ejercer). Hay un aspecto favorable: como es una fuerza nueva (el PRO) no tiene los condicionantes que tienen los partidos tradicionales. No es tan problemático convocar a otra gente", explicó una fuente del partido de Macri. (Con reporte adicional de Jorge Otaola. Editado por Pablo Garibian)