Los jonrones de este slugger cubano crecen tanto como su liderazgo en el clubhouse de los Marlins

Skip Schumaker es el primero en reconocerlo: un poder así no se ve todos los días en las Grandes Ligas.

Pero al manager de los Marlins lo que más le gusta de Jorge Soler es la capacidad de liderazgo que ha mostrado en esta contienda, algo que quizá no era tan visible en el pasado.

Después un ponche, Soler hizo los ajustes correspondientes. Bolas rápidas y adentro, al parecer esa era la receta contra el poder del cubano, que en la madrugada del martes supo sacar las manos de manera rápida y potente para pegar dos cuadrangulares.

Y cuando Soler la saca del parque lo hace con autoridad porque esos dos batazos cayeron bien profundo entre los jardines izquierdo y central para que los Marlins vencieran 6-2 a los Diamondbacks de Arizona, el martes en el Chase Field en Phoenix.

“Después del ponche en la primera ida a la caja de bateo, en los turnos siguientes me preparé para la recta y le pude conectar’’, comentó el antillano.

“He trabajado muy fuerte con el coach de bateo para darle en el centro a la bola porque estaba conectando muchos roletazos. He hecho los cambios y se han visto los resultados’’.

En medio de un momento complicado y ante las ausencias de otros pilares ofensivos como Avisail García y Garrett Cooper, la producción de Soler -al menos la de largo metraje- adquiere una importancia superior porque ya en el 2022 quedaron recuerdos amargos de lo que significa su ausencia en la alineación.

Esta fue la segunda vez que Soler ha tenido un juego de más de un cuadrangular esta temporada porque el otro fue el 5 de abril contra los Mellizos de Minnesota, de modo que ahora se reafirma como el líder de los peces con nueve jonrones y 20 carreras impulsadas en lo que va de contienda.

El primer jonrón de Soler en el partido, un cañonazo de tres carreras en la segunda entrada, alcanzó una distancia de 468 pies para empatar con su vuelacercas más largo rastreado por Statcast (desde el inicio de la temporada 2015) y es el 12do más largo para un jugador de Miami en ese lapso.

Si algo es innegable es el poder del cubano -su segundo palo de vuelta entera se produjo en el quinto y fue a caer a 433 pies de distancia-, y no por gusto Soler y el inovidable Giancarlo Stanton son los únicos con jonrones múltiples de al menos 468 pies con el uniforme de los Marlins.

“Jorge Soler siempre está trabajando, siempre llega temprano y uno lo ve tomando prácticas de bateo’’, indicó Skip Schumaker, manager del equipo.

“Esa es la importancia de poner la bola en en juego. Obviamente, los jonrones de Soler son para resaltar, pero antes de ir tuvimos buenos turnos y colocamos hombres en base para que él aprovechara esos turnos’’.

Esos dos enormes batazos que trajeron para el plato cinco carreras respaldaron una sólida actuación de Jesús Luzardo, quien mantuvo a los Diamondbacks en una carrera en seis entradas mientras ponchaba a cinco para redondear una excelente faena.

“Es impresionante ver cómo batea Soler’’, indicó Luzardo. “Obviamente, estoy muy contento con lo que está pasando con él, de la manera en que le está sucediendo la temporada. Esperamos que pueda continuar así en lo que nos queda’’.

Huascar Brazobán (séptima entrada sin anotaciones, dos ponches), Matt Barnes (una carrera permitida en la octava entrada) y Dylan Floro (noveno capítulo sin anotaciones) completaron la labor en el bullpen y aseguraron la victoria de Miami, que este miércoles tratará de volver a la marca de .500 y regresar a casa para un día de descanso el jueves.

Por supuesto que Soler no conectará dos jonrones todos los días, pero el hecho de mantenerse saludable, a diferencia del año pasado, y de manifestarse cada vez más en el clubhouse es algo que Schumaker no pasa por alto en estos momentos.

“Soler es un tipo que trabaja muy duro, que habla en las reuniones y expresa su opinión’’, agregó Schumaker.

“Es un líder. No había tenido la oportunidad de verlo en esta faceta, pero es algo que es muy bueno para el equipo’’.