Johnson y Corbyn quedaron a mano en un debate sin precedente

PARÍS.- Aunque Boris Johnson parece haber superado a su adversario Jeremy Corbyn por dos puntos, no es seguro que alguno de ellos haya ganado ayer el debate televisado que debería convertirlo, el 12 de diciembre, en el futuro primer ministro de Gran Bretaña.

"Boris Johnson no cometió errores. Jeremy Corbyn tampoco logró imponerse. Me animaría a decir que nada cambió", analizó el politólogo Philip Turtle.

Un "nada cambió" que, sin embargo, había sido precedido pocas horas antes por la dramática publicación de una encuesta del instituto Kantar, que mostraba que, con el 45% de intenciones de voto -18 puntos más que el laborismo de Corbyn-, el Partido Conservador, del actual primer ministro británico, debería obtener un holgado triunfo en los próximos comicios.

"Teniendo en cuenta el casi empate del debate, se podría decir que estamos ante un fracaso de Jeremy Corbyn", precisa Turtle.

Fue la primera vez en la historia de Gran Bretaña que dos candidatos a primer ministro debatieron frente a frente en televisión durante una campaña. Poco antes, la Justicia había desestimado la demanda de las líderes de los liberales demócratas y del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), Jo Swinson y Nicola Sturgeon, que solicitaron ser incluidas en el programa.

Según los jueces, ITV, cadena privada de televisión que organizó la transmisión, no tenía obligación de respetar las reglas que rigen para el servicio público.

Durante la primera parte de ese cara a cara de 60 minutos dedicado a la salida británica de la Unión Europea (UE), Johnson acusó a Corbyn de su "absurda" manía de "obstaculizar" el camino hacia el Brexit. El primer ministro insistió en su intención de "dejar el bloque de una vez por todas" y advirtió que lo único que el laborismo tiene para ofrecer es "tergiversación y postergación, parálisis y división" con más referéndums.

"Nadie sabe además de qué lado está el señor Corbyn. ¿Es pro o anti-Brexit?", preguntó una y otra vez.

Corbyn respondió que, por el contrario, su partido ofrecerá la posibilidad de "un auténtico cambio" a los británicos. El laborismo negociará un nuevo acuerdo, con un referéndum organizado en los seis meses posteriores a los comicios y cuyos resultados serán respetados al pie de la letra. "El pueblo británico podrá tomar una genuina decisión, que nosotros aplicaremos", insistió.

La segunda media hora de debate debía estar consagrada a aquellos temas de política interior que interesan a los británicos, como salud pública, inversión y mercado laboral. Pero los asesores del premier parecen haberle aconsejado insistir en el Brexit. Mucho más expresivo que su adversario, Johnson volvió sobre la cuestión una y otra vez, al punto de hacerse llamar la atención en varias ocasiones por los moderadores.

Al término de la emisión, una encuesta publicada por YouGov confirmó la primera impresión de un casi empate entre ambos hombres: Boris Johnson, 51%, y Jeremy Corbyn, 49%.

De ese modo, las esperanzas de Johnson de conservar las llaves de Downing Street después del 12 de diciembre parecieron confirmarse. Sobre todo después de que, por la tarde, se conocieron los resultados de una primera encuesta que le otorgaba al Partido Conservador 18 puntos de ventaja sobre el Laborista. Según el instituto Kantar, con el 45% de los votos, los tories dejan muy atrás a sus adversarios laboristas, que solo obtendrían el 27%. Un masivo apoyo que aseguraría al actual premier una mayoría en el Parlamento.

Ese sondeo demuestra asimismo que el sensible avance de los conservadores se debe al desmoronamiento del apoyo al eurófobo Nigel Farage. El ultraderechista líder del Brexit Party perdió brutalmente la adhesión popular después de que anunció su intención de no presentar candidatos en 317 circunscripciones controladas por los tories. Una magra cifra del 2% de intenciones de voto permite pensar que el fanático pro-Brexit tendría escasas posibilidades de pesar en la decisión de las urnas el mes que viene.