El jobo la bebida ancestral de los huehues

SAN LUIS POTOSÍ, SLP., octubre 26 (EL UNIVERSAL).- La danza de los huehues da vida y color a las fiestas de Xantolo; las máscaras, los disfraces y el jobo son fundamentales en este ritual para quienes intentan, al ritmo de la música, burlar a la muerte.

El jobo es una fruta, también conocida como ciruela monta, y es la base de la bebida tradicional del mismo nombre. Por muchos años fue exclusiva de los huehues, por el respeto y la carga cultural que esta figura representa. Eran los únicos que bebían de este fermento para resistir el baile por dos o hasta tres días seguidos.

Juan Carlos Soni, antropólogo, médico tradicional e investigador de los pueblos originarios, así como de la cultura Tének y náhuatl en la huasteca potosina, detalla que desde tiempos inmemorables los huehues —que son la representación de todo lo que ha tenido vida—, se transforman al ponerse una máscara, y con ayuda del aguardiente, conviven con sus muertos, quienes llegan en estas fechas.

"Pedimos permiso de ponernos una máscara para representar a los difuntos, para que estén con nosotros y bailen, gocen disfruten, beban, lloren, rían, canten. Es una ocasión única que espera toda la familia todo el año, porque es el momento de reunirse vivos y muertos", explica.

"Los huehues son muy chistosos, se meten en el personaje. Cuando se ponen la máscara empiezan a bailar y junto con el jobo se transforman", relata.

La elaboración de la bebida. César Castro Otero tiene 23 años, es originario de San Vicente Tancuayalab, en el corazón de la huasteca potosina, y creció viendo esta tradición. Ahora es el productor más joven de esta bebida, y el más reconocido de la región.

Mientras pinta una de las tantas botellas que venderá durante el 1 y 2 de noviembre, explica la elaboración del jobo.

"Todo tiene sentido, desde nuestros antepasados se hacía así, porque son los tiempos justos. Desde agosto se empieza con la preparación, dejando fermentar hasta noviembre".

Explica que el preparado, además de jobo, lleva canela, azúcar, aguardiente blanco de 36 grados de alcohol, y se deja fermentar hasta por tres meses.

"Es una bebida a la que se le tiene respeto", asegura. El jobo se ha popularizado y ahora llega a los turistas.