Jesse Treviño, artista chicano cuya musa fue la ciudad de San Antonio, fallece a los 76 años

El cuadro autobiográfico de 1972 “Mi Vida” de Jesse Treviño cuelga en una exposición de 2019 en el Museo Smithsoniano de Arte Americano, “Artists Respond: American Art and the Vietnam War, 1965-1975”. (Justin T. Gellerson/The New York Times).
El cuadro autobiográfico de 1972 “Mi Vida” de Jesse Treviño cuelga en una exposición de 2019 en el Museo Smithsoniano de Arte Americano, “Artists Respond: American Art and the Vietnam War, 1965-1975”. (Justin T. Gellerson/The New York Times).

Jesse Treviño, elogiado artista mexicanoestadounidense que perdió el uso de su brazo derecho dominante en la explosión de una mina terrestre cuando era soldado en la guerra de Vietnam, pero que continuó creando grandes murales y dramáticas pinturas con su brazo izquierdo, los cuales se expusieron en tres bibliotecas presidenciales y en el Instituto Smithsoniano, murió el 13 de febrero en San Antonio. Tenía 76 años.

La muerte, en un centro de cuidados paliativos, fue confirmada por Anthony Head, autor del libro de 2019 “Spirit: The Life and Art of Jesse Treviño”. Head declaró que la causa aún no se determinaba, pero que en los últimos meses Treviño había sido hospitalizado por neumonía y había tenido cáncer, pero estaba en remisión

Treviño se hizo famoso en San Antonio y otros lugares por sus pinturas a gran escala que retrataban las duras realidades y aspiraciones elevadas de la cultura chicana de la ciudad donde creció. Aunque eran de estilo fotorrealista, no dejaban de ser exuberantes, incluso oníricas.

Es difícil pasar por alto su arte. Por ejemplo, “Spirit of Healing”, que representa a un niño que sostiene una paloma mientras un ángel vela por él, es un mural de nueve pisos de altura realizado con azulejos cortados a mano que adorna el exterior del Hospital Infantil de San Antonio.

“San Antonio era su musa y su lienzo”, dijo Head en una llamada telefónica. “La población hispana del lado oeste, y los artistas que eran de ahí, nunca habían presentado su obra en museos y galerías, así que él se propuso hacer justo eso”.

Pero la reputación de Treviño se extendió mucho más allá de su estado natal. En 1987, presentó un cuadro de El Álamo al presidente Ronald Reagan en el Despacho Oval. En 1998, Hillary Clinton, entonces primera dama, lo invitó a una exposición internacional en Santiago de Chile como representante de los artistas estadounidenses. Su obra forma parte de las colecciones de las bibliotecas presidenciales de Lyndon B. Johnson, George H.W. Bush y Reagan.

“Los Piscasoros” (1986). (vía familia Treviño vía The New York Times).
“Los Piscasoros” (1986). (vía familia Treviño vía The New York Times).

Una de sus obras más celebradas fue “Mi Vida”, un evocador mural autobiográfico de 4 por 2 metros que pintó en una pared negra de su dormitorio en 1972, cuando aún estaba sumido en la depresión y la ira por sus horribles lesiones de guerra.

El cuadro, un remolino de objetos que incluye una medalla del Corazón Púrpura, una pastilla, una lata de cerveza Budweiser, un paquete de cigarrillos y una imagen del artista en uniforme de combate, apareció en una exposición de 2019 en el Museo Smithsoniano de Arte Americano titulada “Artists Respond: American Art and the Vietnam War, 1965-1975”. (La muestra también presentaba obras de Yoko Ono, Edward Kienholz, Claes Oldenburg y otros).

“Aquí ves que lo personal y lo politico se encuentran”, escribió el crítico Holland Cotter de The New York Times sobre “Mi Vida”.

Jesús Treviño nació el 24 de diciembre de 1946 en Monterrey, México, el noveno de los doce hijos de Juan Treviño, mecánico y camionero, y Dolores (Campos) Treviño, ama de casa. Adoptó el nombre de Jesse cuando entró a la primaria.

La familia se trasladó a San Antonio cuando él tenía 4 años, y dos años más tarde su dibujo de una paloma ganó un concurso patrocinado por el Museo Witte de San Antonio. Siguió ganando premios de arte durante la preparatoria y, tras graduarse, obtuvo una beca para la Liga de Estudiantes de Arte de Nueva York. Estaba estudiando allí cuando fue reclutado al Ejército en 1966. Participó en el servicio militar en Vietnam.

En febrero de 1967, durante una misión en el delta del Mekong, Treviño se apresuraba a subir a un helicóptero que estaba siendo tiroteado por francotiradores cuando pisó una mina. La metralla le atravesó el torso y las extremidades y lo lanzó por los aires para aterrizar boca abajo en un arrozal.

“Él creyó que moriría”, afirmó Head. “Comenzó a negociar con Dios para que lo dejara vivir, y cuando estaba en el helicóptero recibió morfina y empezó a ver en su mente imágenes de San Antonio y su familia. Con esta mezcla de trauma, conmoción y el medicamento, se preguntó a sí mismo: ‘Si tuviera una segunda oportunidad, ¿qué haría? Y la respuesta fue: ‘Voy a pintar a la gente y lugares de San Antonio, mi hogar’”.

El concepto pareció mucho más abrumador después de que Treviño fue ingresado a un hospital militar de Fort Sam Houston, en San Antonio, y su brazo derecho, ya paralizado por un nervio seccionado, fue amputado por debajo del codo.

Al principio, amargado y atormentado por la ansiedad, Treviño no tenía ningún interés en pintar. Según contó a Head, se sentía castigado: “Creía que Dios me había dado la capacidad de pintar y todo eso. Pero ahora no puedo hacer nada”.

Con el tiempo, un compañero de armas, Armando Albarran, que también era de San Antonio y estaba en rehabilitación tras perder las piernas, empezó a insistirle a Treviño para que recuperara su talento artístico, aunque no pudiera usar la mano derecha.

Con el tiempo, Treviño empezó a redescubrir sus habilidades y en 1968 se matriculó en el San Antonio College. Allí se puso bajo la tutela del artista Mel Casas, que lo introdujo en un colectivo chicano con objetivos activistas llamado Con Safo. En 1974, se licenció en Arte por parte del instituto Our Lady of the Lake College (ahora universidad), donde se especializó en Arte y Español.

A Treviño le sobreviven sus hijos de varios matrimonios, Carolina Treviño, Jessica Treviño Brodman, y Jesse y David Treviño; una hijastra, Joanna Deleon Colonna; dos nietos; una hermana, Alicia Treviño Rodríguez; y sus hermanos, Ramiro, John, Robert y Ernest.

c.2023 The New York Times Company