Cuando Jazz pegó el jonrón dije que ya ganamos. Los Marlins apelan al batazo largo para conseguir victorias

Jazz Chisholm no debe preocuparse, los jonrones van a llegar. Con esta frase Skip Schumaker había definido horas antes del inicio del juego contra los Gigantes la situación ofensiva del bahamés, quien no había comenzado de la manera en que acostumbra cuando está en perfecto estado de salud.

Al menos uno muy importante salió del bate del jardinero central para asegurar el martes por la noche un triunfo 4-2, donde también tuvo mucho que ver la actuación monticular de Edward Cabrera, quien se apuntó su primera victoria de la temporada en lo que fue su mejor apertura.

“Cuando vi el jonrón de Jazz me dije: ‘ganamos’’’, recordó el lanzador dominicano.

“Tenía que salir a darlo todo, a mantener esa ventaja que el batazo de Jazz nos estaba dando. Y luego del bullpen, qué te digo, hizo un trabajo buenísimo’’.

Con un pitcheo que está respondiendo en toda la línea, desde la rotación hasta el bullpen, la diferencia la están haciendo los hombres de poder porque si el lunes Jorge Soler -pegó tres indiscutibles, incluido un doble- cambió la decoración del partido con un cuadrangular de dos carreras, ahora resultó Chisholm el hombre grande con un palo de dos anotaciones.

En ambos casos, las conexiones sirvieron para revertir marcadores adversos de los Gigantes y apuntalar un momento bastante dulce de los peces que este miércoles en la tarde buscarán pasar la escoba por encima de San Francisco antes de salir de viaje a Cleveland.

“La noche anterior dije que Soler era uno de esos jugadores que podía llevar a un equipo en los hombros durante un mes’’, expresó el manager Schumaker. “Jazz también es de esos. Si esos dos se mantienen produciendo, vamos a estar bien’’.

Chisholm había emitido una buena señal cuando el lunes pegó dos imparables e impulsó una carrera, pero su jonrón -que se perdió en lo profundo del jardín derecho- en la cuarta entrada sirvió para cambiar una pizarra de 2-1 en contra y decantar el juego de manera definitiva para los de casa.

Los Gigantes, que viven un dudoso inicio de contienda, pisaron la goma en par de ocasiones luego de que Mike Yastrzemski le sacara una bola del parque en la misma primera entrada a Cabrera, pero luego el dominicano se reagrupó en la lomita y la historia fue diferente.

Cabrera, que inició el choque con un promedio de carreras limpias de 4,63 y sin ninguna victoria en su hoja de servicios, recordó al lanzador que terminó a todo tren el 2022 al ponchar a ocho hombres, aunque con dos pasaportes y seis imparables a su cuenta.