Japón se prepara para la llegada de un nuevo primer ministro que suceda a Kishida
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció este miércoles por sorpresa que no se presentará a la próxima votación por el liderazgo del Partido Liberal Democrático, PLD, en septiembre, lo que allana el camino para que el país asiático tenga un nuevo primer ministro.
Kishida fue elegido presidente de su gobernante PLD en 2021 y su mandato de tres años expira apenas unas semanas. El candidato que gane la votación que tendrá lugar en la formación política le sucederá como primer ministro porque el PLD controla ambas cámaras del Parlamento nipón.
Contar con un nuevo rostro representa una oportunidad para que el partido muestre que está cambiando para mejor, señaló Fumio Kishida, añadiendo que apoyará al nuevo líder.
"Tenemos que mostrar claramente el renacimiento del Partido Liberal Democrático", declaró Kishida en una conferencia de prensa el miércoles. "Para mostrar un PLD cambiante, el primer paso obvio es que yo me retire", añadió.
Golpeado por el escándalo de corrupción de su partido, el vigente primer ministro japonés ha sufrido un descenso en los índices de apoyo, que han caído por debajo del 20%.
La mala conducta se centra en fondos políticos no declarados, recaudados a través de entradas vendidas para actos del partido. En el escándalo se vieron implicados más de 80 legisladores del PLD, en su mayoría pertenecientes a una importante facción del partido liderada anteriormente por el asesinado ex primer ministro Shinzo Abe.
El asesinato destapó un escándalo sobre los arraigados vínculos del PLD con la Iglesia de la Unificación, por los que Kishida también ha sido objeto de numerosas críticas.
Restablecer la confianza en el partido gobernante
Para lograr políticas que aborden situaciones difíciles dentro y fuera de Japón, es crucial recuperar la confianza de los ciudadanos en la política, afirmó Fumio Kishida. El político hizo un llamamiento a los aspirantes a diputados del partido para que den un paso al frente a la hora de presentarse como candidatos a la dirección y mantengan un debate político activo durante la campaña electoral.
"Una vez que quede clara la elección de un nuevo líder, espero ver a todos unidos y formando un equipo de ensueño para lograr una política capaz de ganarse la comprensión de la opinión pública", indicó Kishida.
Llevaba tiempo meditando su dimisión
El político japonés declaró que llevaba tiempo meditando su posible dimisión, pero que ha esperado hasta poder encarrilar sus principales políticas, entre ellas una política energética que aboga por el retorno a la energía nuclear, un drástico refuerzo militar para hacer frente a las amenazas a la seguridad en la región y la mejora de los lazos con Corea del Sur, así como reformas políticas.
Las especulaciones sobre posibles candidatos han recaído sobre varios altos cargos del PLD, como el secretario general del partido, Toshimitsu Motegi, el ministro de Asuntos Digitales, Taro Kono, la ministra de Seguridad Económica, Sanae Takaichi, y la ministra de Asuntos Exteriores, Yōko Kamikawa.
El ganador de las elecciones internas del PLD sustituirá a Kishida como presidente del partido y será refrendado como nuevo primer ministro, en una votación parlamentaria poco después. Se espera que los ejecutivos del PLD decidan la próxima semana la fecha de las elecciones del partido.
Escándalo de corrupción
Desde que estalló el escándalo de corrupción, Kishida ha destituido a varios ministros de su gabinete y a otras personas de los puestos ejecutivos del partido, ha disuelto facciones de la formación política que fueron criticadas por ser fuente de políticas de dinero a cambio de favores y ha endurecido la ley de control de los fondos políticos. Un total de 10 personas, entre legisladores y sus ayudantes, fueron acusadas de corrupción en el pasado mes de enero.
A pesar de los esfuerzos de Kishida por dar la vuelta a la situación, el apoyo a su Gobierno ha disminuido.
Las derrotas en las elecciones locales de principios de año mermaron su influencia, y los legisladores del PLD han expresado la necesidad de contar con un rostro nuevo antes de las próximas elecciones generales. Las importantes derrotas en las elecciones parciales a la Asamblea Metropolitana de Tokio, que tuvieron lugar en julio, también han contribuido a aumentar la presión sobre el partido gobernante.