Japón impone nuevas tasas a los escaladores del monte Fuji para limitar el número de turistas

FOTO DE ARCHIVO. Escaladores se reúnen en el primer día de la temporada de escalada en Fuji Yoshidaguchi Trail (Ruta Yoshida) en la quinta estación en las laderas del Monte Fuji, Japón

Por Tom Bateman

FUJIYOSHIDA, JAPÓN, 1 jul (Reuters) - El lunes, 90 minutos antes de la salida del sol, los guardas del parque del sagrado monte Fuji iniciaron oficialmente la temporada de escalada de este año, imponiendo nuevas tasas de acceso y limitando el número de excursionistas para frenar la masificación.

A las 3 de la madrugada, las autoridades abrieron una puerta recién instalada en una estación situada a poco más de la mitad de la ascensión al pico de 3.776 metros, símbolo de Japón e imán para los turistas, que ahora inundan el país a un ritmo récord.

Los escaladores deben pagar 2.000 yenes (12 dólares) y su número se limitará a 4.000 al día, después de que el año pasado se multiplicaran las quejas por la basura, la contaminación y los senderos peligrosamente abarrotados.

"Creo que el monte Fuji estará muy contento si todo el mundo es más consciente del medio ambiente y de cosas como llevarse la basura a casa", dijo Sachiko Kan, de 61 años, una de los 1.200 excursionistas que se reunieron el primer día de las nuevas medidas.

La caída del yen a su nivel más bajo en 38 años ha convertido a Japón en una ganga irresistible para los visitantes extranjeros.

Están inyectando sumas récord en las arcas nacionales, pero también están poniendo a prueba las instalaciones para viajes y hospitalidad, por no hablar de la paciencia de los lugareños.

Las hordas de turistas se convirtieron en un peligro para el tráfico en un punto fotográfico cercano donde el monte Fuji parecía flotar sobre una tienda de comestibles, lo que llevó a las autoridades a colocar una barrera de malla negra para obstruir la vista, que se había hecho viral en internet.

La temporada de escalada de este año en el monte Fuji, que se extiende entre las prefecturas de Yamanashi y Shizuoka, a unos 136 kilómetros de Tokio, dura hasta el 10 de septiembre, fecha a partir de la cual el tiempo se vuelve demasiado frío y nuboso.

Se calcula que unas 300.000 personas realizan la ascensión cada año, según cifras oficiales. Los excursionistas suelen empezar de madrugada para llegar a la cima a tiempo para el amanecer.

A cambio de su dinero, los escaladores reciben una pulsera que les da acceso al sendero entre las 3.00 y las 16.00 horas, excluyendo a los que tienen reserva en los refugios más cercanos a la cima, a los que no se aplicará el límite diario de visitantes, según las autoridades.

El gobernador de Yamanashi, Kotaro Nagasaki, dijo el mes pasado que las nuevas restricciones eran necesarias para evitar accidentes e incidentes de mal de altura, sobre todo entre los "escaladores bala" extranjeros, o aquellos que corren hacia la cima.

Japón debe centrarse en atraer a "visitantes que gasten más" que en atraer a un mayor número de personas, dijo en una rueda de prensa.

Geoffrey Kula, uno de los alpinistas extranjeros que esperaban para escalar el monte Fuji el día de la inauguración, se tomó las restricciones con calma.

"Esto no es Disneyland", dijo Kula, un visitante de Boston. "Tener algún tipo de sistema de control de acceso para limitar la cantidad de caos potencial es bueno".

(Información de Tom Bateman; redactado por Rocky Swift; editado por Clarence Fernandez; editado en español por Mireia Merino)