Japón extiende la cacería de ballenas a los rorcuales comunes

Un rorcual común, la segunda mayor especie de ballena del mundo, nada en aguas del oceáno Pacífico a unos 9 km de la costa de Long Beach (California), el 19 de enero del año 2012 al oeste de EEUU (Frederic J. Brown)
Un rorcual común, la segunda mayor especie de ballena del mundo, nada en aguas del oceáno Pacífico a unos 9 km de la costa de Long Beach (California), el 19 de enero del año 2012 al oeste de EEUU (Frederic J. Brown)

Japón extendió la cacería comercial de ballenas a los rorcuales comunes, los segundos mayores mamíferos del planeta, una decisión que fue ampliamente criticada por el gobierno australiano este jueves.

Junto a Noruega e Islandia, Japón es uno de los tres últimos países del mundo que siguen practicando la caza comercial de ballenas.

Entre los cetáceos que el ejecutivo autoriza cazar figuraban ya el rorcual aliblanco, el rorcual tropical y el rorcual boreal.

"Nuestra principal justificación" es que hay suficientes rorcuales comunes, declaró un responsable de la agencia de pesca a AFP, en referencia al programa que autoriza cazar 59 ejemplares este año.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera a los rorcuales comunes como "vulnerables" y la decisión de Japón, oficializada el miércoles, alarmó los defensores de derechos de los animales.

Australia está "profundamente decepcionada", declaró su ministra del Medioambiente, Tanya Plibersek, en un comunicado el jueves.

El anuncio de las autoridades niponas se produce poco después de la detención el 21 de julio de Paul Watson, un conocido activista contra la caza de ballenas.

El militante canadiense-estadounidense, fundador del grupo Sea Shepherd, fue detenido el 21 de julio en Groenlandia, un territorio autónomo danés, en virtud de una orden de arresto internacional emitida por Japón.

El Ministerio de Justicia danés indicó este jueves que Tokio había pedido oficialmente su extradición.

La caza de ballenas se ha practicado durante siglos en Japón, donde la carne de los cetáceos fue una fuente clave de proteínas para la población tras la Segunda Guerra Mundial.

Tras una moratoria de la Comisión Ballenera Internacional sobre la caza comercial, el país siguió matando a estos animales para fines "científicos".

Tokio se retiró de la comisión en 2019 para liberarse de la moratoria y reanudó la caza comercial de ballenas en sus aguas territoriales y su zona económica exclusiva. En 2023 mató a 294 ballenas.

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