Jada Pinkett Smith se sincera sobre sus adicciones: “Beber vino tinto para mí era como beber agua”

Jada Pinklett Smith tocó fondo y no solo se redefinió sino que logró mejorar su matrimonio
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En los últimos años, la actriz Jada Pinkett Smith se hizo más famosa por su faceta como entrevistadora que por sus papeles en cine y televisión, ya sea delante o detrás de las cámaras. Ahora tiene un programa de entrevistas que se emite en Facebook llamado Red Table Talk por el que han pasado desde Salma Hayek a Kevin Hart o Paris Jackson, pero también psicólogos, doctores, sexólogos o coaches para tratar asuntos de interés general. Fue en uno de los últimos capítulos en donde habló de sus adicciones. “Beber vino tinto para mí era como beber agua”, lanzó la presentadora, quien además contó que podía tomarse una botella en una hora y media y que lo mezclaba con éxtasis y marihuana.

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Y sumó frente a su madre, Adrienne Banfield-Joes, y Willow Smith, su hija de 20 años, quienes también forman parte del ciclo: “Me acostumbré a lo fuerte. Bebí mucho alcohol en el instituto y cuando salí de él, pasé a mezclarlo todo: éxtasis, alcohol, marihuana... Déjame decirte que la estaba pasando bastante bien”. Las adicciones no son nuevas en su familia. De hecho, su madre también pasó por una época de adicciones, cuando consumía heroína, y su padre murió a causa de una sobredosis en 2010. La propia Jada Pinkett ya había contado en el espacio que en su adolescencia sufrió “una especie de adicción” a la masturbación y también que fue adicta a la pornografía.

El tema de las adicciones surgió luego de que leyeran una noticia de que las mujeres consumían tanto alcohol como los hombres. “No estaba haciendo nada que pensara que fuera adictivo, pero mezclaba esas tres cosas juntas, ese era mi cóctel. Tu umbral se vuelve tan alto que lo que tenés que tomar para llegar hasta donde querés llegar... a mí me costaba dos botellas. Y era como: ‘Ok, si tomo éxtasis, marihuana y alcohol a la vez, voy a lograr llegar antes y a mantenerme en este estado”, sumó. También reconoció que era una bebedora “de atracones”, ya que no consumía durante la semana, pero que pasaba los fines de semana en fiestas eternas. “Del jueves hasta la mañana del lunes, era un no parar”, relató.

En 1996, durante el rodaje de El profesor chiflado, la remake del film Jerry Lewis que realizó Eddie Murphy tuvo una revelación. Fue “de golpe”, dijo en el ciclo. “Fui a trabajar colocada y con una tanda mala de éxtasis. Me desmayé y le conté a todo el mundo que debía haber sido una medicación caducada. Pero te diré lo qué hice: saqué fuerzas y me planté en el set de rodaje. Fue la última vez”, detalló.

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Ahora todavía tiene en casa sustancias que le generan esas fuertes adicciones, como los licores de alta graduación, pero sabe controlarlo y solo toma, ocasionalmente, alguna copa de vino. Hacia el final de sus revelaciones, Pinkett reflexionó: “Si miro hacia atrás en mi vida, soy un milagro andante, no hay duda, aunque la gente no se lo crea”.

Esta no es la primera confesión que hace en el espacio que presenta. El año pasado contó ante su esposo, Will Smith, que le había sido infiel, al mantener una relación con el cantante August en un momento en que pasaban por una crisis matrimonial. Ya en anteriores ocasiones ambos habían hablado sobre el amor: él sobre su primer divorcio y, entre lágrimas, del hijo que nació de aquella relación; ella sobre el amor y el miedo a las relaciones. Al respecto le decía a su hija Willow en 2019: “He hecho algunas cosas muy desagradables a las personas que amo por mi miedo y a causa de mi ego. Una vez que mi ego entra en acción, empiezan los problemas. Esa Jada, cariño, no es buena”.