Itaewon trata de recobrar aliento 6 meses después de la tragedia de Halloween

Seúl, 29 abr (EFE).- Seis meses después de la trágica avalancha humana que costó la vida de 156 personas el barrio de Itaewon trata de recuperar el pulso con apoyo de comerciantes y gobiernos y de sobreponerse una vez más a los estigmas que pesan sobre una de las comunidades más diversas y singulares de Seúl.

Es sábado y al declinar la tarde las temperaturas de abril ya invitan al paseo tras el frío invierno coreano.

Aunque las calles de Itaewon, célebres por su animada vida nocturna, no han recuperado la vivacidad de antaño, la colorida performance de un artista hace que un nutrido grupo de gente se arremoline en torno a él para verlo bailar.

La actuación forma parte de un proyecto llamado "Hey Itaewon" impulsado por el Ministerio de Pymes y Empresas Emergentes que expone además en la calle fotos y pinturas firmadas por artistas urbanos o músicos como Hwang Chang-sung, de la banda de K-Pop 2pm, la rapera Cheetah o la legendaria Kim Wan-sun, a la que en su día apodaron la "Madonna coreana".

Hay incluso instantáneas tomadas por diplomáticos, como el actual embajador de República Dominicana en Corea del Sur, Federico Cuello, o el exembajador mexicano Bruno Figueroa, que han querido contribuir a la revitalización del barrio.

"Dentro de Seúl, Itaewon ha sido históricamente un área importante (de ocio nocturno), sin embargo desde la tragedia el año pasado la gente ha desarrollado la idea de que Itaewon no es el lugar al que ir", cuenta a Efe Gwak Beom-jo, dueño del bar restaurante Sector 118.

A menos de un centenar de metros de donde se levanta la exposición, se encuentra el estrecho callejón en el que cientos de personas quedaron atrapadas la noche del 29 de octubre de 2022 durante las celebraciones de Halloween.

De sus paredes aún cuelgan mensajes de pésame por los 159 muertos y casi 200 heridos que dejó este suceso que durante meses ha convertido la barriada en una zona casi fantasmal, especialmente de noche.

"La tragedia no nos afectó de manera tan directa porque tenemos una clientela multinacional. Pero la mayoría de clientes coreanos dejaron de venir tras lo sucedido. La muerte, y sobre todo la muerte en circunstancias trágicas, genera un gran tabú en Corea", cuenta el dueño extranjero de una coctelería que prefiere no dar su nombre.

Para aliviar la situación que viven los comerciantes de la zona, la ministra de Pymes y Empresas Emergentes, Lee Young, visitó la inauguración de "Hey Itaewon" y presidió un encuentro con representantes del gremio del que nació la idea de iniciar una campaña en Instagram bajo la etiqueta "#eat_taewon".

La idea es que la gente se fotografíe cenando en Itaewon y añada esa inscripción junto al nombre de uno o varios conocidos instándoles a visitar también un barrio que suma ahora la tragedia de Halloween a otros estigmas con los que acarrea desde hace tiempo.

El vecindario alojó durante décadas la principal base militar estadounidense en el país -así como los locales de prostitución pensados para las tropas-, acoge la principal mezquita y la mayor comunidad musulmana de Corea del Sur y hasta hace poco servía como uno de los pocos refugios de la comunidad LGTBIQ+.

Un gran brote de covid que tuvo lugar al inicio de la pandemia en varios bares ligados a esta última comunidad asestó un golpe terrible a la zona que obligó a muchos empresarios de la noche a cerrar y que sumó el enésimo prejuicio a un barrio que los surcoreanos de más edad siguen asociando con lo foráneo y lo sórdido.

No es el caso de los más jóvenes, a los que el ayuntamiento del distrito de Yongsan, al que pertenece Itaewon, quiere volver a atraer con su oferta de ocio nocturno.

El consistorio, cuya exalcaldesa y otros altos cargos están imputados por su falta de previsión ante las muchedumbres que se preveían para Halloween, ha aprobado instalar en 70 puntos de barrio cámaras de circuito cerrado equipadas con programas de inteligencia artificial que alerten de aglomeraciones de manera anticipada.

Esperan que medidas así hagan sentirse más seguros a unos visitantes de los que el barrio sigue muy necesitado.

Andrés Sánchez Braun

(c) Agencia EFE