Israel ataca el cuartel general de Hezbolá en Beirut, en un intento de matar al líder de la milicia Hassan Nasrallah
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron este viernes que realizaron un ataque contra el cuartel general de la milicia libanesa Hezbolá en Beirut.
Al menos seis personas murieron y unas 91 han resultado heridas, de acuerdo con las autoridades libanesas.
Un funcionario estadounidense le dijo a la cadena CBS, socia de la BBC, que el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, era el objetivo del ataque.
Sin embargo, aún no se sabe si él se encontraba en las edificaciones golpeadas, ubicadas en un suburbio del sur de la capital libanesa.
El portavoz de las FDI, contraalmirante Daniel Hagari, dijo en una declaración que aún no conocen cuál es la situación de Nasrallah.
Aseguró que el ataque sobre el cuartel de Hezbolá había sido "muy preciso" y que están verificando los resultados de la operación.
En Nueva York, el embajador de Israel ante Naciones Unidas, Danny Danon, dijo que en el lugar objeto de los ataques aéreos en Beirut se estaba desarrollando una "reunión de gente mala".
El diplomático no confirmó si Nasrallah se encontraba en el sitio o si era el objetivo de los ataques, y lo calificó de "terrorista".
Fuentes de Hezbolá les han dicho a varios medios de comunicación que Nasrallah está sano y salvo. Sin embargo, esa organización no ha emitido aún ninguna comunicación oficial.
Hezbolá es un grupo armado islamista que forma parte del llamado “eje de la resistencia”, conformado por varias organizaciones aliadas de Irán en Medio Oriente que han estado atacando a Israel desde distintos frentes.
Estas organizaciones, entre las cuales se encuentra el grupo palestino Hamás, reciben armas, entrenamiento y dinero de Teherán.
La Embajada de Irán en Beirut condenó el ataque de este viernes y dijo que se trata de una “peligrosa escalada que cambia el juego”.
Posteriormente, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, calificó el ataque como un crimen de guerra.
El ataque tuvo como objetivo un complejo de seis edificios, de los cuales fueron destruidos cuatro, según informó el ministro de Salud de Líbano, Firass Abiad.
El funcionario advirtió que el número de personas hospitalizadas es mucho menor que el que los que, probablemente, se encuentren bajo los escombros.
“Estos son edificios residenciales. Estaban llenos de gente. Quien haya estado en esos edificios, se encuentra ahora bajo los escombros”, dijo Abiad en una entrevista de acuerdo con The New York Times.
Entrada la noche, las FDI anunciaron que estaban realizando "ataques precisos" sobre edificios en el sur de Líbano, donde aseguran que Hezbolá tiene depósitos de armas. La milicia libanesa emitió un comunicado negando que tuviera armas en esas instalaciones.
"Crece la preocupación por una guerra más amplia en Medio Oriente"
Análisis de Jeremy Bowen, editor internacional de la BBC desde Jerusalén
Se avecinan grandes decisiones.
En primer lugar, desde el punto de vista de Hezbolá y de su líder, Hassan Nasrallah, que presumiblemente era el objetivo hoy y que ha perdido a casi todos sus principales lugartenientes.
Tendrá que decidir qué hacer con el arsenal que le queda a su organización. ¿Lo utilizarán contra Israel de la manera que muchos israelíes temen?
Y los israelíes tienen que decidir qué va a pasar a continuación. Ya han hablado de una operación terrestre contra el Líbano y, aunque todavía no han movilizado todas las reservas que podrían necesitar, es algo que está absolutamente en su agenda.
Por eso, creo que los diplomáticos occidentales que se encuentran entre los aliados de Israel y que esperan intentar calmar las cosas ahora mirarán los acontecimientos con mucha consternación y también con una sensación de impotencia.
Y todas esas preocupaciones sobre la posibilidad de que esta guerra se extienda por todo Medio Oriente estarán presentes en los ministerios de Asuntos Exteriores, no sólo de aquí, sino de todo el mundo. Israel cree que tiene las de ganar y quiere aprovechar esa ventaja.
¿Quién es Hassan Nasrallah?
Hassan Nasrallah es un personaje con muchos seguidores y enemigos. Por ello, desde hace años evita hacer apariciones públicas por miedo a ser asesinado por Israel.
Este clérigo chiita, líder de Hezbolá, tiene una relación especial tanto con la República Islámica de Irán como con su líder, el ayatolá Alí Jamenei.
Nasrallah desempeñó un papel fundamental en el giro histórico que dio esa milicia para entrar en la política y ganar poder en la estructura del gobierno libanés,
A la edad de 15 años se convirtió en miembro de la organización político-militar chiita libanesa más importante de aquel momento: el Movimiento Amal.
Posteriormente emigró a Irak, dónde solamente estuvo dos años antes de volver a Líbano y unirse a la lucha en la guerra civil.
Un año después comenzó la revolución en Irán, un acontecimiento que cambió profundamente la relación entre los chiitas de Líbano e Irán.
En 1985, cuando Hezbolá anunció oficialmente su creación, Nasrallah, de 22 años, se unió al grupo.
A mediados de los 80, decidió trasladarse a Irán, para continuar sus estudios religiosos. Allí aprendió persa y forjó estrechas amistades con las élites político-militares iraníes.
En 19992 asumió la dirección de Hezbolá y, tras el fin de la guerra civil, decidió trabajar para que la rama política del grupo se convirtiera en un actor serio en el país, junto con su rama militar.
Como resultado de esta estrategia, el grupo logró ganar ocho escaños en el Parlamento libanés.
Pero Hezbolá seguía siendo acusado de planificar y ejecutar operaciones terroristas.
El apoyo financiero de Irán a Hezbolá también permitió a Nasrallah brindar bienestar y servicios sociales a muchos chiitas libaneses mediante la formación de una compleja red de escuelas, hospitales y asociaciones benéficas.
Esta política, que continúa hasta el día de hoy, se convirtió en uno de los aspectos importantes del movimiento político-social de los chiitas en Líbano.
Fuego cruzado en la frontera
El ataque de Israel de este viernes en Beirut ocurre en momentos en los cuales se realizaban esfuerzos diplomáticos por lograr un cese el fuego por 21 días entre Israel y Hezbolá.
La propuesta, sin embargo, no parecía tener mucha acogida.
Pocas horas antes del ataque, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunció un discurso ante la Asamblea General de la ONU en el que dijo que su país quiere la paz, pero aseguró que ahora no tenía otra opción que luchar contra "enemigos salvajes" que buscan su aniquilación.
El primer ministro interino del Líbano, Najib Mikati, quien se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU, dijo que estos últimos ataques contra Beirut demuestran que a Israel "no le importan" los esfuerzos por lograr un alto el fuego, según informó Reuters.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, dijo que el objetivo de Israel en el Líbano es "importante y legítimo".
"Israel tiene derecho a defenderse del terrorismo", apuntó al tiempo que subrayó que "la forma en que lo haga es importante".
Este viernes, después de los ataques en Beirut, sonaron las alarmas en el norte de Israel debido al lanzamiento de cohetes por parte de Hezbolá contra las ciudades israelíes de Nahariya y Safed.
Hezbolá dijo haber atacado Safed con cohetes "en defensa del Líbano y su pueblo, y en respuesta a la brutal violación israelí de ciudades, pueblos y civiles".
De acuerdo con las FDI, Hezbolá lanzó 65 misiles hacia territorio israelí, algunos de los cuales fueron interceptados.
La policía israelí dijo que no ha habido informes de víctimas, pero añadió que hubo "graves daños a la propiedad" en la ciudad.
Las fuerzas israelíes, por su parte, confirmaron la ejecución de otra serie de ataques en el Líbano, esta vez dirigidos contra lanzaderas y lugares de almacenamiento de armas de Hezbolá.
Los aviones de combate atacaron "en lo profundo del Líbano y en el sur del Líbano", según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), alcanzando objetivos de Hezbolá, incluidos lanzaderas que estaban "dirigidas contra civiles israelíes".
Desde que el grupo armado palestino Hamás lanzó contra Israel el sorpresivo y mortal ataque del pasado 7 de octubre, dando así inicio a la guerra en Gaza, la frontera de Líbano se ha convertido en una suerte de segundo frente, en el que el ejército de Israel ha estado intercambiando fuego con Hezbolá.
La milicia libanesa ha estado enviando cohetes y drones contra Israel. Debido a estas acciones, unos 60.000 israelíes que viven en localidades de norte del país, cerca de la frontera con Líbano, llevan meses viviendo fuera de sus residencias, las cuales tuvieron que evacuar.
Por su parte, la fuerza aérea israelí ha llevado a cabo frecuentes incursiones contra las posiciones y los miembros del grupo. Se han producido miles de ataques transfronterizos.
Hezbolá ha justificado sus acciones como una forma de apoyar a Hamás y en un comunicado publicado el martes reiteró su "apoyo y respaldo a la valiente resistencia palestina".