Israel no ha acudido a las negociaciones que se iban a celebrar con Hamás en Egipto

Una delegación de Hamás llegó a El Cairo para participar el domingo en una nueva ronda de negociaciones, con el propósito de alcanzar un alto el fuego antes de que comience el mes sagrado musulmán del Ramadán la próxima semana, pero no hizo comentarios sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo.

Israel, por su parte, no envió una delegación porque se mantiene a la espera de respuestas de Hamás a dos preguntas, según fuentes del Gobierno israelí citadas por la agencia AP, que hablaron bajo condición de anonimato. Los medios israelíes informaron a su vez de que el Gobierno está esperando saber qué rehenes están vivos y cuántos prisioneros palestinos busca obtener Hamás a cambio de cada uno.

Estados Unidos señala que corresponde a Hamás aceptar la propuesta formulada

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, dijo además el domingo que ahora le corresponde a Hamás aceptar la propuesta sobre la mesa. "Dada la inmensa escala del sufrimiento en Gaza, debe haber un alto el fuego inmediato durante al menos las próximas seis semanas, que es lo que está actualmente sobre la mesa", dijo Harris.

Estados Unidos comenzó a lanzar ayuda desde el aire a Gaza el sábado, después de que la semana pasada decenas de palestinos murieran cuando se apresuraban a recoger alimentos de un convoy organizado por Israel. El Ejército israelí sostiene que la mayoría murieron a causa de una estampida, pero fuentes sanitarias gazatíes han indicado que la mayor parte de las muertes se produjeron por los disparos israelíes.

Los lanzamientos aéreos de ayuda humanitaria, mucho menos efectivos que las entregas por camión, ponen de manifiesto los obstáculos que enfrenta el sistema de asistencia por las restricciones israelíes, los problemas logísticos y los combates en Gaza.

Los ataques israelíes han matado a más de 30.000 palestinos desde que comenzó la guerra, alrededor de dos tercios de ellos mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. En torno al 80% de la población de 2,3 millones de habitantes ha huido de sus hogares, y las agencias de la ONU dicen que cientos de miles están al borde de la hambruna.