Cómo Iowa pudiera suponer el fin para DeSantis

En menos de dos semanas, los caucus de Iowa darán el pistoletazo de salida a las elecciones presidenciales de 2024.

Salvo un error sísmico en las encuestas, el resultado también pudiera poner fin a la postulación de Ron DeSantis a la Casa Blanca antes que cobre fuerza.

En ninguna parte ha invertido DeSantis más tiempo y recursos en el último año. Ha hecho campaña en los 99 condados, se ha asegurado el respaldo del gobernador de Iowa y de su líder evangélico más visible y cuenta con 30,000 compromisos para celebrar un caucus en su nombre.

Así que si el gobernador de la Florida no puede acercarse a Donald Trump y pasa apuros para mantener a raya a Nikki Haley en el estado que mejor lo conoce, es poco probable que consiga oro en ningún otro sitio, dicen veteranos operadores de campaña, observadores políticos y ex candidatos.

“Si DeSantis queda tercero, su candidatura está acabada”, dice Newt Gingrich, el ex presidente de la Cámara de Representantes, quien aspiró a la nominación del Partido Republicano en 2012. “Tiene que quedar por delante de Haley. Los medios están trabajando para convertirla en la alternativa real a Trump”.

Los aliados de Haley están intentando furiosamente dejar a DeSantis en tercer lugar en Iowa, con el fin de replantear la contienda como una clara competencia entre dos personas de cara a Nueva Hampshire, donde la ex gobernadora de Carolina del Sur está más fuertemente posicionada. La ventaja de Trump en Iowa sobre ambos es de más de 30 puntos, según encuestas recientes.

El superPAC de Haley ha invertido más de $10 millones en Iowa en las últimas tres semanas criticando a DeSantis y tiene otros $3 millones reservados para las dos últimas semanas previas al 15 de enero.

Sin embargo, incluso si DeSantis supera a Haley en Iowa por un puñado de puntos, también será medido por su esperado déficit en relación con el ex presidente.

Un republicano de Iowa con acceso a múltiples campañas dijo que DeSantis tiene que registrar más de 30 para mostrarse con vida, y que un total de entre 20 y 25 estaría cerca de una sentencia de muerte. Esa expectativa refleja el listón fijado por el partidario de DeSantis representante Thomas Massie de Kentucky, quien ha estado haciendo campaña con el gobernador en los primeros estados.

La gobernadora de Iowa, Kim Reynolds (izquierda), y el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, asisten a un partido de football en el Jack Trice Stadium, en Ames, Iowa, el 9 de septiembre de 2023.
La gobernadora de Iowa, Kim Reynolds (izquierda), y el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, asisten a un partido de football en el Jack Trice Stadium, en Ames, Iowa, el 9 de septiembre de 2023.

“Si es completamente aplastado en Iowa, desde el punto de vista de su longevidad y legado tendría sentido revaluar seguir adelante”, dijo Alice Stewart, quien trabajó en las dos campañas presidenciales del ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee.

Parte de la intensa presión sobre Iowa se deriva de la pésima posición de DeSantis en Nueva Hampshire, donde no está haciendo anuncios de televisión y coquetea con un cuarto puesto, en competencia con el candidato antiTrump Chris Christie.

“Ha apostado toda su campaña a Iowa. No suele haber mucho efecto colateral entre Iowa y Nueva Hampshire. Y luego vamos a Carolina del Sur”, dijo Mark Harris, asesor del superPAC de Haley. “Si no gana en Iowa o empata con Trump, no sé cuál es el camino. Necesita reajustar fundamentalmente la dinámica de la contienda... No tiene oxígeno hasta el Super Martes”.

Un portavoz de DeSantis se refirió a los propios comentarios del candidato de que está en una contienda a largo plazo para acumular una mayoría de delegados. Pero el jefe de campaña de DeSantis, James Uthmeier, escribió en un memorando de noviembre que si Trump gana Iowa a lo grande, será difícil pararlo.

Incluso los aliados de Haley siguen viendo a DeSantis como el favorito para un segundo puesto en el estado del caucus de apertura. Pero el hecho de que no se hable de él como una amenaza para Trump allí en la recta final es producto de un entorno político singularmente alterado y de la estabilidad de la candidatura del ex presidente entre los electores republicanos.

Los sueños de DeSantis en Iowa

Los republicanos de Iowa dicen que DeSantis y su superPAC, Never Back Down, inicialmente hicieron muchas de las cosas correctas para colocarse en una posición para una victoria.

Josie Albrecht, una activista republicana que es públicamente neutral debido a su trabajo para el partido estatal, dijo que la campaña de DeSantis ha golpeado su puerta cinco veces, mucho más que Haley o incluso Trump. Ella ha escuchado anécdotas sobre su aparato y el personal de Never Back Down apareciendo en casas apartadas por caminos de grava largos y apenas transitados.

Pero dijo que un juego de campo sobrecargado es insuficiente si el producto que están lanzando es inestable.

“Puedes tener un millón de personas llamando a las puertas por las que pagas, pero si el candidato no atrae la atención...”, dijo Albrecht antes de dejar que su pensamiento se desvaneciera. “Eso es en cualquier contienda: desde alcalde hasta presidente”.

Otros republicanos de Iowa señalan que los puntos de referencia tradicionales que la campaña de DeSantis está promocionando importan más a los medios que a los electores que pueden esperar ver a cada candidato en persona e incluso conocerlos y estrecharles la mano. Llegar a los 99 condados da buenos titulares, pero llegar a pequeños enclaves con pocos asistentes a los caucus consume un tiempo de viaje precioso. Bob Vander Plaats, de The Family Leader, que apoyó a DeSantis en noviembre, es un recurso natural para los periodistas que buscan ideas sobre los conservadores cristianos, pero algunos argumentan que ejerce menos influencia que hace una década debido a la competencia de voces conservadoras con megáfonos más grandes.

Los aliados de Trump en el estado también trabajaron para restringir el alcance de Never Back Down, prohibiéndoles hablar en ciertas reuniones del Partido Republicano y restringiendo su acceso a los eventos del partido. Algunos dicen que esas tácticas crearon la ilusión de que el superPAC estaba actuando nefastamente, pero también es una consecuencia de lo mucho que la campaña de DeSantis dependía de un grupo externo que está obligado a jugar con reglas diferentes.

Un cartel del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, con el nombre de su superPAC, Never Back Down, se ve durante una recepción del Partido Republicano de Iowa, el sábado 13 de mayo de 2023, en The Hotel at Kirkwood Center, en Cedar Rapids, Iowa.
Un cartel del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, con el nombre de su superPAC, Never Back Down, se ve durante una recepción del Partido Republicano de Iowa, el sábado 13 de mayo de 2023, en The Hotel at Kirkwood Center, en Cedar Rapids, Iowa.

Y, quizá lo más significativo, está la perdurable fuerza política de Trump sobre DeSantis, quien tardó tiempo en sentirse cómodo como candidato.

En respuesta a una serie de procesos penales contra Trump, los republicanos no solo se unieron al ex presidente, sino que vieron que las encuestas para las elecciones generales lo mostraban como el favorito contra el presidente Joe Biden en noviembre próximo, socavando el argumento de DeSantis para una mayor elegibilidad.

“No hay un camino claro para que el gobernador DeSantis gane la nominación”, dijo Ed Brookover, que trabajó para las campañas presidenciales de Ben Carson y Trump. “Incluso si sorprende en Iowa, no está posicionado para derrotar al presidente Trump”.

Pudiera decirse que aún más difícil que la decisión de postularse para presidente es elegir cuándo detenerse.

Pero si DeSantis pierde tanto en Iowa como en Nueva Hampshire por porcentajes enormes, como indican las encuestas, enfrentará rápidamente la cuestión de qué tiene que ganar con nuevas palizas en un terreno político más difícil.

Es una decisión extremadamente personal en la que influirán su esposa, su encuestador y sus financieros.

13 de mayo de 2023; Cedar Rapids, IA, EEUU; Casey DeSantis, izquierda, habla de su marido, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, durante una recepción del Partido Republicano de Iowa, el sábado 13 de mayo de 2023, en The Hotel at Kirkwood Center, en Cedar Rapids, Iowa. Crédito obligatorio: Joseph Cress-USA TODAY NETWORK
13 de mayo de 2023; Cedar Rapids, IA, EEUU; Casey DeSantis, izquierda, habla de su marido, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, durante una recepción del Partido Republicano de Iowa, el sábado 13 de mayo de 2023, en The Hotel at Kirkwood Center, en Cedar Rapids, Iowa. Crédito obligatorio: Joseph Cress-USA TODAY NETWORK

Con solo 45 años, DeSantis es tres décadas más joven que Trump y seguirá siendo gobernador de la Florida hasta 2027. Aunque una candidatura de DeSantis en 2028 probablemente sería recibida con auténtico escepticismo y una mayor competencia, otro intento de llegar a la Casa Blanca cuando no haya un candidato en busca de la reelección no está descartado.

“Todos estos candidatos deberían pensar, ¿cómo va a afectar esto a mi legado? ¿Quiero ser el aguafiestas o quiero leer lo que está escrito en la pared?”, dijo Stewart.

Enmendar la relación con Trump parece descabellado en este momento, pero un acercamiento no sería inédito para un ex presidente que ahora cuenta a un puñado de sus rivales de 2016 como sus más fervientes aliados.

Para algunos, no es tanto una cuestión de si DeSantis se inclinará y se pondrá detrás de Trump como de cuándo.

“Las primarias presidenciales republicanas comenzarán oficialmente en Iowa dentro de dos semanas. Pero, extraoficialmente, también pueden terminar ahí”, escribió G. Elliot Morris, que realiza análisis sobre encuestas políticas, señalando que sus modelos han indicado aún con mayor seguridad una victoria de Trump ahí.