Internet: ¡Cuidado con los estafadores!

Claudia Ortiz es de Colombia. Vino a los Estados Unidos hace tres años con su marido y sus dos hijos. Tiene experiencia en la restauración y la hostelería, y una gran habilidad para la costura y el punto. Cuenta con permiso de trabajo, pero decidió hacerse ama de casa para poder cuidar de sus hijos. El año pasado el pequeño empezó a ir a la escuela, y Claudia quiso volver al mercado laboral. Estaba un poco asustada porque todavía su inglés era muy limitado y no sabía si sus credenciales profesionales serían lo suficientemente buenas como para conseguir un puesto digno.

Reunió sus datos educativos y laborales, y creó su perfil en diferentes portales de búsqueda de trabajo como LinkedIn, Glassdoor, Indeed, etc. Pasaba horas buscando una buena oportunidad laboral, tanto en el área en donde vivía como remotamente. ¡Imposible! Enviaba solicitud tras solicitud sin recibir respuesta alguna. Había varios inconvenientes que los empleadores podían encontrar en su currículum vitae: el hecho de no ser hablante nativo de inglés y el no poseer estudios a nivel universitario. Los fines de semana trabajaba como mesera en un restaurante mexicano local, pero eso no era suficiente: necesitaba un trabajo semanal para contribuir más a la economía familiar. Habían pasado dos meses y no hallaba nada que se ajustara a sus expectativas. Un día recibió un mensaje: sus conocimientos y habilidades encajaban con la descripción del puesto y querían entrevistarla. Claudia estaba inmensamente contenta. No recordaba ni siquiera de qué trabajo se trataba, había solicitado tantos y tan distintos que ni siquiera se acordaba que hubiera solicitado el que aparecía en el mensaje.

In this photo illustration, the LinkedIn logo is displayed on the screen of a laptop computer on Jan. 27, 2011, in San Anselmo, California.
In this photo illustration, the LinkedIn logo is displayed on the screen of a laptop computer on Jan. 27, 2011, in San Anselmo, California.

Se extrañó al ver que la entrevista tenía que ser por chat en lugar de videocámara, pero estaba tan emocionada que no le dedicó un segundo pensamiento. El trabajo era para ser administrativa online, por lo que podría trabajar desde casa. ¡Ideal! No estaba muy segura si realmente cualificaba por su nivel de inglés, pero pensó que tal vez la empresa quería a personas que hablasen también español para atender a la clientela hispana.

En el chat le hicieron muchas preguntas, pero sobre todo no dejaban de alabar su impresionante currículum, experiencia, conocimientos y habilidades para el puesto de administrativa, algo que extrañó a Claudia. La entrevista estaba saliendo bien, pero aun así no se sentía cómoda, había algo raro en todas aquellas alabanzas, y además no le gustaba la idea de ocultar que su nivel de inglés tal vez no fuera el adecuado para el puesto. Decidió lanzarse y exponer su inseguridad lingüística. El entrevistador la reconfortó diciéndole que no era un problema, sin entrar en más detalles. Claudia no quedó conforme con la escueta respuesta y siguió adelante con la entrevista.

Ofreció datos personales como su nombre completo, dirección, fecha de nacimiento, etc., y llegó el momento en el que le preguntaron por sus datos bancarios. Claudia no los tenía en ese momento. Había algo extraño en esa entrevista y se le ocurrió de repente si no estaba siendo víctima de una posible estafa. Le confirmó al entrevistador que no contaba con dicha información, que se la mandaría por correo electrónico en cuanto la tuviese. El entrevistador no dejaba de insistirle en que se la tenía que enviar inmediatamente, que había mucha gente cualificada que había solicitado el puesto, y que se lo concederían al primero que enviara toda la información requerida.

Stock photo
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Efectivamente, se trataba de una estafa. Por suerte, Claudia no llegó nunca a enviarle los datos bancarios y todo se quedó en una anécdota, pero a partir de ahí decidió ser más cauta en sus búsquedas de trabajo internautas.

Cada día son más los casos que se dan de fraudes y estafas por internet, tanto en portales de búsqueda de trabajo como en diferentes páginas y redes sociales. Según un informe de Consumer Fraud in America publicado por AARP se afirma que: “El 40% de los adultos latinos ha sido blanco de una estafa, mientras que el 20% ha perdido dinero por diversos tipos de fraudes”.

Si buscas un trabajo por internet ten en cuenta siempre estos puntos:

  • Investiga: busca el nombre, domicilio, email, número de teléfono junto a palabras como “scam/timo”, “fraud/engaño”, “review/comentario”, etc., tanto en inglés como en español para que aparezca la mayor información posible. Ten en cuenta que muchos estafadores van a usar el nombre de compañías reales, por lo que es aconsejable preguntar y exponer tus temores en el departamento de recursos humanos de tal compañía. A las empresas les interesa saber si su nombre se está usando de manera fraudulenta.

  • Consulta: si te salpica el menor atisbo de duda y sientes que algo no encaja del todo, no dudes en contactar a alguien de confianza para tener una opinión más objetiva. Esa pequeña interacción podrá ahorrarte muchos dolores de cabeza.

  • Huye de la presión: la táctica de los estafadores es que actúes de inmediato para que no te dé tiempo a reflexionar y a verificar la información y la legitimidad de la empresa. La presión es un gran indicador de que se puede tratar de una estafa.

  • Nunca des dinero: el hecho de que tengas que pagar por adelantado para conseguir un trabajo es sin lugar a duda un signo clave de estafa, ya se trate de una membresía, el pago del material, del uniforme, etc. Las empresas honestas nunca pedirán que pagues por adelantado por el motivo que sea.

Hoy día Claudia trabaja de costurera para una pequeña empresa local de corte y confección de su zona. Le encanta su trabajo y tiene una estrecha relación laboral tanto con su jefa como con sus compañeras. Hoy en día todavía se le pone la piel de gallina cuando recuerda esa conversación por chat, y todos los problemas que podría haber desencadenado ofrecerle por completo todos los datos. En palabras de Claudia: “Cada vez que lo pienso siento que he hablado con el diablo. He aprendido una gran lección y cuando sé que alguien está buscando trabajo le cuento mi experiencia para que tenga cuidado”. Como ven los estafadores están por todas partes, y tratan de atrapar a todo aquel que puede. El proceso de búsqueda de trabajo puede ser emocionante, pero hay que navegar con cautela entre las aguas turbias del internet para no acabar enredado en una red atiborrada de tiburones hambrientos.

This article originally appeared on Savannah Morning News: Internet: ¡Cuidado con los estafadores!