La inspiración de Valentín Barco y los suplentes que rinden mejor que los titulares ponen en carrera a la Argentina en el Preolímpico

Valentín Barco engancha frente a la marca de Wisdom y Noriega; el exjugador de Boca fue decisivo para encarar y generar desequilibrio frente a Perú
Valentín Barco engancha frente a la marca de Wisdom y Noriega; el exjugador de Boca fue decisivo para encarar y generar desequilibrio frente a Perú - Créditos: @JUAN CARLOS HERNANDEZ

De la habilidad de Valentín Barco salió una solución para remediar el pastoso juego del seleccionado argentino. El nuevo jugador de Brighton siempre cree en sus condiciones, nunca recorta su inspiración. Su capacidad técnica y de repentización son los mejores aliados para poner algo de luz donde hay sombras.

A veces se excede, puede hacer una de más, o su físico aun no del todo desarrollado no le da el sustento necesario contra defensores que le tiran todo el cuerpo encima. Pero el Colo siempre pone su inventiva para encontrar hendijas. Con la pelota entre los pies, los rivales muchas veces no adivinan lo que va a hacer. Le ocurrió a Álvaro Rojas, engañado por el enganche del N° 3 en la entrada al área; lo barrió abajo y le cometió penal. Una jugada de potrero para la responsabilidad profesional de este Sub 23 que busca la clasificación a los Juegos Olímpicos de París.

Iban cinco minutos del segundo tiempo y la acción de Barco ayudaba a destrabar un partido que la Argentina también empezaba a jugar contra su ansiedad. El empate ante Paraguay en el debut transformaba en prioritario e indispensable este triunfo por la segunda fecha.

Thiago Almada, autor del 1-0 con un penal, controla la pelota
Thiago Almada, autor del 1-0 con un penal, controla la pelota - Créditos: @Matias Delacroix

Atrevido para todo, Barco también agarró la pelota para ejecutar el penal, pero Thiago Almada le recordó que es el capitán y campeón del mundo, además del designado por Javier Mascherano. El ex-Vélez lo tiró con seguridad y trajo el alivio que el equipo necesitaba.

De la confirmación de la victoria se encargó Luciano Gondou, a quien, como ocurrió el domingo, le alcanzaron unos minutos desde que ingresó desde el banco para transformarse en el hombre-gol de un equipo al que justamente no le sobra eficacia ni hombres determinantes dentro del área.

En principio, Gondou no fue titular ante Perú porque no está en su mejor condición física, pero aun así es un valor diferencial. Lleva dos goles en 12 minutos -más los adicionados en cada cotejo- en el campo.

La Argentina está en carrera, pero futbolísticamente tiene mucho margen de mejora y evolución. La impresión es que necesitará más para asegurarse uno de los boletos a París. Tiene muchos pasajes grises y le pesa trabajar los resultados.

Javier Mascherano da indicaciones durante la victoria sobre Perú
Javier Mascherano da indicaciones durante la victoria sobre Perú - Créditos: @Matias Delacroix

Ahora tendrá seis días de descanso para preparar el próximo cotejo, ante Chile. Un período en el que Santiago Castro viajará mañana a Buenos Aires para completar su transferencia a Bologna y regresar a Venezuela el próximo viernes. Una evidencia más de lo condicionado que está el seleccionado -perdió a Julián Malatini a pocos días del comienzo por su pase a Werder Bremen- por el mercado europeo, que impone sus condiciones económicas sobre las urgencias de nuestro fútbol. Mascherano se refirió al caso: “Agradezco al presidente de la AFA (Claudio Tapia) que intercedió para que Santi pueda viajar y volver, porque corríamos el riesgo de perderlo”.

“Más allá de lo que digan los resultados, creo que fuimos superiores a nuestros dos rivales. Contra Perú era importante tener paciencia, no desesperarse. La definición del grupo será cerrada hasta la última fecha”, agregó Mascherano.

Lo más destacado de Argentina 2 - Perú 0

Movimientos demasiados lentos en el primer cuarto de hora para romper el conservador planteo peruano. Una cancha pesada, con césped desparejo, no alentaba mucho la búsqueda por abajo, sobre todo cuando el rival achicaba espacios en los últimos 30 metros. Los pelotazos fueron un recurso bastante frecuente, tanto como las proyecciones de Barco por la izquierda.

El desafío de la Argentina era desestabilizar el cauteloso esquema rival, siempre pendiente de que no quedar en inferioridad numérica para proteger su área.

El seleccionado arma un cuadrado en el medio campo, con Sforza y Equi Fernández en los vértices bajos, y Almada y Medina en funciones más creativas. Mucho juego interior, que requería de una precisión que no abundaba. Por las bandas, Barco se lanzaba mucho más que García.

Castro y Solari estaban obligados a mucha movilidad para escapar de las vigilancias peruanas. Hacía falta romper por sorpresa desde atrás. Por esa vía el seleccionado dispuso de un par oportunidades dentro del área con Medina, receptor de asistencias de Almada y Solari, pero las definiciones del volante de Boca encontraron la segura respuesta del arquero Diego Romero, ya de muy buen desempeño en la victoria sobre Chile.

Santiago Castro intenta pegarle de aire en un ataque argentino; el delantero acaba de ser transferido a Bologna
Santiago Castro intenta pegarle de aire en un ataque argentino; el delantero acaba de ser transferido a Bologna - Créditos: @Matias Delacroix

Chispa e ingenio le hacían falta a la Argentina. Mucho pase de seguridad y poca sorpresa. Algunos movimientos se hacían monótonos, reiterativos. Lo positivo era que Perú no inquietaba, la Argentina lo neutralizaba lejos de Brey, que pasó por menos sobresaltos que contra Paraguay.

Dentro de un desarrollo más bien tedioso, cualquier detalle podía adquirir significado. Y en este caso, la Argentina salió perjudicada por la falta de VAR en el Preolímpico. La tecnología hubiera corregido el grueso error del asistente N° 1, que marcó un off-side inexistente de Solari en una acción que terminaba con el gol de Castro. A esa altura, Mascherano se veía obligado a mover el banco por la lesión muscular del zaguero Di Césare, reemplazado por Luján.

La Argentina siguió yendo a la carga (64 por ciento de posesión en la primera etapa) con más inercia que variantes. El juego se le hacía pastoso y facilitaba la contención de Perú. Con la pelota detenida también le costaba: un cabezazo de Sforza salió por encima del travesaño.

Más allá de la variante obligada de Di Césare, la Argentina se fue al descanso con la sensación de que también necesitaba algún cambio de nombre por lo futbolístico. Frente a Paraguay, Mascherano había esperado más de la cuenta para conseguir un revulsivo con Echeverri, Gondou y Redondo. Por el apagado Sforza ingresó Nardoni, y Medina, de mejor rendimiento que en el debut, le dejó su lugar a Baltasar Rodríguez.

Costaba tomar desprevenido a Perú, y Solari casi lo consigue a los 10 segundos del comienzo de la segunda etapa, al encontrar libre un carril central para sacar un remate que neutralizó el siempre atento Romero. La Argentina se propuso ser más vertical y directa.

Barco abrió el cerrojo y los ingresos de Baltasar Rodríguez (cambio de ritmo y llegada), Juan Nardoni (un N° 5 que va al frente), Redondo (pase con cabeza levantada) y Gondou (selló el 2-0 tres minutos después de entrar, tras la asistencia de Almada), le dieron otro vuelo y frescura a la Argentina, que empieza a encontrarse.