Descubren en Pompeya una inquietante panadería-prisión donde se explotaba a esclavos y burros
Los arqueólogos que trabajan en las excavaciones en curso en la Región IX, ínsula 10, cerca de las laderas de la antigua ciudad de Pompeya, han descubierto un sitio inquietante: una panadería-prisión, donde los trabajadores esclavizados y los burros vendados fueron confinados y explotados para producir pan. El reducido espacio de trabajo, equipado con pequeñas ventanas altas en las paredes aseguradas por barras de hierro, se reveló durante el proyecto más amplio destinado a asegurar y consolidar las áreas no excavadas de Pompeya.
Se presume que la residencia que contenía la panadería estaba en proceso de renovación, cuando la erupción del Monte Vesubio, en el año 79 d.C., llevó a su destrucción. Sin embargo, el descubrimiento de tres víctimas en una de las habitaciones de la panadería en los últimos meses sugiere que la propiedad todavía albergaba personas en el momento de la erupción.
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Sin puertas ni comunicación exterior, el área de producción solo tenía una salida que conducía al atrio de la casa, restringiendo el movimiento de los individuos dentro. "Es, en otras palabras, un espacio en el que tenemos que imaginar la presencia de personas de estatus servil, cuya libertad de movimiento el propietario sintió la necesidad de restringir", señala Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, en un artículo coautor publicado hoy en E-Journal de las excavaciones de Pompeya.
"Es el lado más impactante de la esclavitud antigua, el que carece de relaciones de confianza y promesas de manumisión, donde nos redujimos a la violencia bruta, una impresión que se confirma totalmente por la seguridad de las pocas ventanas con barras de hierro", agrega.
Adyacente al establo, el área de molienda mostraba hendiduras semicirculares en losas de pavimento de basalto volcánico, posiblemente tallas deliberadas para coordinar el movimiento de los animales y evitar que se deslizaran y formaran un ‘surco circular’, como lo describe el escritor del siglo II d.C., Apuleius. El desgaste de estas muescas sugería los ciclos sincronizados realizados alrededor de las piedras de molino, similares a los engranajes de un mecanismo de relojería.
La cruda realidad de la vida cotidiana en este espacio complementa la narrativa presentada en la próxima exposición: "Las otras pompeyas: vidas ordinarias a la sombra del Vesubio", que se inaugurará el 15 de diciembre en la Palestra Grande de Pompeya. La exposición arroja luz sobre los individuos olvidados, como los esclavos, que, aunque a menudo ignorados por fuentes históricas, constituían la mayoría de la población, contribuyendo significativamente a la economía, la cultura y el tejido social de la civilización romana.