Innovadora ordenanza de protección contra el calor de Miami-Dade es rechazada. Qué pena | Opinión

¡Qué Calor! ¿A quién le importa?

Ese no debería ser el mensaje que los comisionados de Miami-Dade envíen el martes a las legiones de trabajadores al aire libre del condado que se afanan bajo un sol abrasador. Pero si fue

El Comisión de Miami-Dade rechazo aprobación final a una propuesta que pondría en los libros medidas legalmente obligatorias para proteger a los trabajadores de la agricultura y la construcción, garantizando a los trabajadores agua y descansos a la sombra en los días calurosos.

Los comisionados votaron el martes 8 a 2 para aplazar el proyecto de ley, por segunda vez. Según las reglas de Miami-Dade, si se aplaza de nuevo cuando regrese en marzo, moriría y tendría que ser presentado de nuevo desde cero.

El rechazo de las poderosas industrias afectadas y una propuesta de reglamento que no está del todo cocinada al fin chocaron. Perdieron los trabajadores y ganaron las industrias.

Que pena. Dado el calor récord que abrasó a Miami-Dade durante el verano –julio de este año fue el mes más caluroso jamás registrado en Miami–, es necesario que todos lo hagan bien, y rápido. El tiempo ya refrescó, pero los trabajadores no deben trabajar durante otro verano sin un alivio obligatorio. No es demasiado dramático decir que es una asunto de vida o muerte.

Ahora, el teme esta casi muerto y el comisionado de condodo

Esperábamos que los comisionados se pusieran del lado de los trabajadores, pero parece que la campaña “¡Qué calor!” organizada por WeCount, un grupo que representa a los trabajadores al aire libre y que lleva dos años cabildeando a favor del estándar sobre el calor, perdio los votos necesarios necesarios en la comision. Que pena

Cuando se presentó en julio, se consideró que la ordenanza establecía un alto estándar para garantizar la seguridad de los trabajadores al aire libre.

Las cosas han cambiado desde que los cinco comisionados de Miami-Dade en el Comité de Salud Comunitaria votaron 4-1 a favor del muy popular proyecto de ley de protección contra el calor, preparándolo para una votación final el martes.

Si se aprueba en su forma actual, el proyecto de ley, encabezado por el comisionado Kionne McGhee, exigiría a las empresas de construcción y agricultura con cinco o más empleados que garanticen descansos de 10 minutos a la sombra cada dos horas cuando el índice de calor alcance los 90 grados.

También obligaría a los empleadores a capacitar a los trabajadores para que sepan reconocer los síntomas de las enfermedades causadas por el calor, administrar primeros auxilios y pedir ayuda en caso de emergencia.

Y las empresas que incumplan repetidamente los estándares pudieran enfrentar multas de hasta $3,000 por infracción por día.

Pero McGhee advirtió que el proyecto de ley cambiaría en respuesta a la presión de cabilderos de las industrias de la construcción y la agricultura, que se oponen a la medida. No es de extrañar.

“Todos quieren hacer esto, pero necesitamos hacer un estudio de viabilidad, y ambas partes: los trabajadores y las industrias, necesitan sentarse y negociar cómo funcionarían estas medidas”, dijo a la Junta Editorial la comisionada Raquel Regalado, quien apoya la medida con correcciones.

El proyecto de ley deja demasiadas preguntas sin respuesta, dijo Regalado, quien cree que se necesitan más datos para comprender el impacto que la medida tendrá en las industrias.

Es justo, pero es una pena que esos estudios no fueran lo primero. Ahora solo vemos retrasos.

Uno de los principales puntos conflictivos es quién sería responsable de pagar las multas. Una empresa de construcción, por ejemplo, puede contratar a contratistas que a su vez contratan a subcontratistas que a su vez contratan a trabajadores individuales para hacer un trabajo.

Si uno de esos obreros no tiene acceso al agua en un día caluroso, ¿quién paga la multa? Buena pregunta. Según McGhee, la respuesta aún está por dilucidarse. Es decepcionante que no se hayan abordado ya estas incógnitas.

“Lo que he oído en este momento es que todas las partes necesitan un poco más de tiempo para elaborar esta pieza legislativa”, declaró McGhee al Herald. McGhee dijo en todo momento que dejaría en manos de los grupos industriales y sindicales la negociación de un acuerdo antes de la votación final.

Durante todo este tiempo, los cabilderos de un conglomerado de grupos de la industria de la construcción y la agricultura han pedido a los comisionados que retrasen o rechacen la medida.

Argumentaron que el proyecto de ley sobre el estándar de calor es innecesario porque la Administración Federal de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) ya regula la seguridad en el lugar de trabajo.

“Este reglamento crearía una versión del Condado Miami-Dade de la OSHA”, dijo al Herald Grant Archer, director de asuntos gubernamentales del capítulo de la Costa Este de la Florida de Associated Builders and Contractors. “Esta ordenanza es una duplicación. La OSHA ya regula a las industrias de la construcción y de la agricultura en cuanto a agua, descanso y sombra”.

Pero las normas de la OSHA ya no bastan. El calor en el sur de la Florida durante los meses de verano ya no es lo que era. Se necesitan medidas más estrictas para proteger a los trabajadores. Sus vidas están en juego con este calor tan intenso.

Esperemos que la comisión pueda ofrecer orientación para negociar un reglamento justo y viable con el objetivo de proteger a los trabajadores del calor.

Sí, somos el Estado del Sol, pero no siempre en el buen sentido.