Inmortalizado en Miami, Shohei Ohtani vuelve a hacer historia en el loanDepot park al inaugurar el club 50-50

Afortunados aquellos que han visto jugar en vivo a Shohei Ohtani.

Los casi 60,000 aficionados que han pasado por el loanDepot park para presenciar la soberbia temporada del jugador japonés han sido más que recompensados, especialmente los que asistieron este jueves.

Ohtani había dado muestras de su innegable talento en los dos primeros días de la serie particular, pero dejó lo mejor para el choque final con unos números monstruosos en el triunfo 20-4 de los Dodgers sobre los Marlins, para no hablar que fijó, además, un récord jamás logrado en la historia de Grandes Ligas: la inauguración del club 50-50 de jonrones y bases robadas.

Tal parece que Ohtani le encanta sacudir el béisbol hasta sus cimientos en Miami porque la última vez que le vimos por estos lares brilló al máximo con la escuadra japonesa para ponchar en el último out a Mike Trout y conquistar el trofeo de campeón del Clásico Mundial.

“He tenido momentos memorables aquí en mi carrera’‘, comentó Ohtani después del partido ante un nutrido contingente de prensa de Miami y medios japoneses que reportaban lo que es una hazaña que resuena en todos los sitios donde el béisbol es un deporte de referencia.

“Este estadio se ha convertido en uno de mis favoritos’’.

Tras llegar al sur de la Florida con 47 cuadrangulares y 48 bases robadas, Ohtani fue acercándose la marca histórica con un jonrón el martes y una estafa el miércoles, pero en esta ocasión sumó dos bases más a su colección y sacó tres bolas del parque para quedar como único inquilino de un espacio exclusivo, capaz de respirar un aire diferente y vivir en un cielo superior.

Si bien no estuvo dominante en esos dos juegos iniciales, ahora todo giró a su alrededor y el encuentro llevó su sello particular de principio a fin al conectar de 6-6 con un sencillo, dos dobles y tres cuadrangulares, que remolcaron 10 carreras y le permitieron pisar el plato en cuatro ocasiones, en el partido donde los Dodgers aseguraron su duodécimo boleto de playoffs en forma consecutiva.

“Me siento muy feliz por él porque he visto cuánto trabaja para lograr lo que ha logrado’’, indicó el exMarlin Miguel Rojas, quien conoció muy bien a otro grande de Japón, Ichiro Suzuki.

“Sin duda es un hito muy importante para este organización y para él’’.

El primer bambinazo de Ohtani (49) se produjo en la sexta entrada con un hombre en circulación y cayó a 438 pies por el jardín derecho y el segundo llegaría un capítulo más tarde, con un batazo por la pradera izquierda (50) que remolcaría a otro compañero en base -en ambas ocasiones el cubano Andy Pagés- y chocaría contra las gradas a 391 pies.

“Me siento orgulloso y afortunado de haber sido parte de un juego como este’’, apuntó Pagés, quien también aportó lo suyo con dos imparables, incluido un doble.

“Cuando alcanzó su marca con el segundo jonrón lo esperé y lo felicité. Le dije que no se detuviera, que siguiera adelante’’.

Y Ohtani le hizo todo el caso del mundo porque tarde en el encuentro, sobre el noveno inning y con Vidal Bruján actuando de lanzador, Ohtani repetiría una monstruosidad de batazo que se depositaría en la segunda sección de gradas en el bosque derecho (51), a unos 440 pies que redondearía una jornada inolvidable para él y para el béisbol.

Con su 50ta base robada, Ohtani superó al manager de los Dodgers, Dave Roberts, como el segundo jugador nacido en Japón con más almohadillas estafadas en la historia de Grandes Ligas, mientras que con la 51 quedó a cinco de igualar el récord de Suzuki establecido en 2001.

Hace unas semanas, Ohtani se había convertido en el sexto jugador integrante del club 40-40 y el primero desde Ronald Acuña Jr. en 2023, cuando la estrella de los Bravos de Atlanta logró su cuadrangular número 40 en la última semana de la temporada, además de 73 bases robadas.

No cabe duda de que esta gesta garantiza el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, que sería el tercero que suma a su vitrina y el primero con los Dodgers tras firmar un pacto de $700 millones con Los Angeles, el contrato más grande en la historia de los deportes profesionales.

Una temporada 50-50 ya es algo escrito en piedra para todos los tiempos, pero lo realmente increíble es que Ohtani ha brillado al más alto nivel mientras todavía se recupera de una cirugía Tommy John que le ha impedido ser el pelotero de dos vías de temporadas anteriores.

PÉSIMA JORNADA PARA CABRERA

Decir que Edward Cabrera vivió una tarde aciaga no describe al máximo la apertura del dominicano, quien no pudo completar siquiera tres episodios y se marchó con siete carreras permitidas y siete imparables, uno de ellos un doble en el primer turno de Ohtani que rechinó contra la cerca del bosque derecho y se convirtió en doble.

Una vez más, el gran problema del quisqueyano fueron los boletos porque en 2.1 capítulos de faena regaló cinco bases por bolas y forzó una carrera con uno de esos pasaportes, obligando al manager Skip Schumaker a extraerlo del montículo y darle paso a cinco relevistas contra los que Ohtani se dio festín ofensivo.

EURY VA POR BUEN CAMINO

Si el martes los Marlins contemplaron con agrado la primera sesión de pitcheo en vivo de Sandy Alcántara en su recuperación, ahora vieron al también dominicano Eury Pérez dar un paso adelante en la suya al realizar nueve lanzamientos desde 45 pies.

“Ha trabajado duro’’, dijo el manager Skip Schumaker.

“Él y Sandy estuvieron cerca uno del otro en todo el proceso de rehabilitación. Así que ha tenido el mejor ejemplo en ese proceso. Ellos han estado batallando y sufriendo por no poder lanzar’’.

Pérez, de 21 años, sintió por primera vez molestias en el codo derecho el 14 de marzo y alertó al equipo de entrenamiento tras abandonar su salida de la Liga de la Toronja el día anterior debido a molestias por una uña rota en el dedo corazón derecho.

Se espera que ambos estén listos para el inicio de la próxima temporada.

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