‘Es inhumano’: Miami Beach intensifica aplicación de ley sobre pernocta contra indigentes

Eugene “Gino” Gordon lleva unos cuatro años sin techo en Miami Beach.

Cada tarde, Gordon, de 45 años, intenta reunir algo de dinero organizando una pequeña fiesta en la arena en South Beach, vendiendo pulseras a los turistas y ofreciendo música y bebidas. De medianoche a las 7 a.m., trabaja como vigilante informal en el restaurante de un hotel en Ocean Drive. A cambio, los trabajadores le dan de desayunar.

En las horas intermedias, Gordon, oriundo de Chicago, intenta dormir un poco.

El viernes 3 de mayo, Gordon dormitaba en una silla de playa cerca de Fifth Street, tapándose con un suéter y una sombrilla encima. Poco después de las 10 p.m., lo despertaron varios policías y negó ser indigente, según un informe policial, diciendo a los agentes que no quería que lo llevaran a un albergue.

Posteriormente, Gordon fue arrestado por dos infracciones de las ordenanzas municipales: estar en un parque o playa fuera de horario —la playa cierra al público a las 10 p.m.— y “acampar”, una ley que las autoridades de Miami Beach reforzaron en octubre para facilitar el arresto de personas sin hogar que duermen al aire libre y rechazan ser alojados en un albergue.

Eugene Gordon sostiene una sombrilla el miércoles 29 de mayo de 2024, en Miami Beach. D.A. Varela/dvarela@miamiherald.com
Eugene Gordon sostiene una sombrilla el miércoles 29 de mayo de 2024, en Miami Beach. D.A. Varela/dvarela@miamiherald.com

A finales del año pasado, la policía arrestó a unas 20 personas en virtud de la ley la nueva ley. Pero la aplicación de la ley fue escasa en los primeros meses de 2024 ya que defensores públicos y activistas cuestionaron su aplicación.

Ahora, en medio de la creciente presión de funcionarios electos para reducir la población de personas sin hogar en la ciudad, los arrestos por acampar han vuelto a ser habituales en las últimas semanas. Un total de 31 personas han sido acusadas de este delito desde el 26 de abril, según el portavoz de la Policía, Christopher Bess. Algunos dormían en la playa. Otros lo hacían en parques públicos. Otros estaban a la puerta de negocios.

“La aplicación de la ley se ha intensificado debido a que se completaron sesiones de capacitación adicionales”, dijo Bess. “Los agentes han adquirido un mayor nivel de comodidad en el uso de esta herramienta como resultado de los debates sobre la aplicación práctica de la ordenanza durante la capacitación”.

Bess dijo que ha habido “varios casos documentados de individuos que aceptan el refugio antes que un arresto por acampar”.

Pero Gordon, que ha sido arrestado alrededor de una docena de veces desde 2021, dijo que representa una intensificación del ya duro trato de la Policía de Miami Beach a las personas sin hogar. En 2019, el Miami Herald informó que dos tercios de los casos bajo un programa de fiscales municipales destinado a abordar delitos molestos involucraban a acusados indigentes. En lo que va de año, alrededor del 35% de los arrestos en la ciudad han sido a personas clasificadas de indigentes, según los registros de la ciudad.

“No creo que la falta de vivienda sea delito suficiente para arrestar a alguien y poner su vida patas arriba”, declaró Gordon en una entrevista. “Todos están a un paso de ser indigentes”.

El cambio a la ley de pernocta el año pasado fue en respuesta a las quejas de los habitantes sobre la población de indigentes y fue aprobada por un estrecho margen en la Comisión de Miami Beach a pesar de las preocupaciones de los activistas de que efectivamente convertiría la indigencia en un delito. El gobernador Ron DeSantis elogió la ley de la ciudad en una conferencia de prensa celebrada en marzo en Miami Beach al firmar la legislación que pretende evitar que se pernocte al aire libre en todo el estado.

El alcalde de Miami Beach, Steven Meiner, promovió la ordenanza como un enfoque “compasivo” y una forma de “amor duro”, dando a la gente la oportunidad de entrar en un refugio.

Pero Gordon —quien dijo que acabó en la calle después que le robaron una bolsa con todos sus documentos de identidad, lo que le impidió conseguir alojamiento— no lo ve así.

“Es inhumano”, dijo Gordon, y añadió que a la Policía de Miami Beach “le encanta arrestar a los indigentes. Los he visto pasar junto a turistas en la playa [fuera de horas] y venir tras de mí porque me conocen”.

En respuesta, Bess, el portavoz de la Policía, dijo que Gordon ha “desatendido repetidamente las advertencias de abstenerse de vender en zonas específicas de Miami Beach”.

Gordon de pie junto al océano el miércoles 29 de mayo de 2024, en Miami Beach. D.A. Varela/dvarela@miamiherald.com
Gordon de pie junto al océano el miércoles 29 de mayo de 2024, en Miami Beach. D.A. Varela/dvarela@miamiherald.com

Gordon ha enfrentado anteriormente cargos que incluyen allanamiento, posesión de cannabis y “posesión de bebidas”. El año pasado, fue arrestado por un delito menor de lesiones, un caso que resultó en una suspensión de la sentencia. Los registros muestran que ninguno de los arrestos condujo a condenas.

Según Gordon, las cosas se están poniendo cada vez más difíciles para las personas sin hogar. Además de aplicar la ley sobre acampar, la policía se ha centrado en la venta no autorizada de alimentos y bebidas por parte de vendedores mochileros en la playa, una prioridad de la Comisión municipal en los últimos meses.

“Ha hecho mucho más difícil que la gente pueda ganarse la vida a medias”, dijo Gordon.

El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, izquierda, escucha hablar al alcalde de Miami Beach, Steven Meiner, durante un evento en el Rum Room, en Miami Beach, el 2 de febrero de 2024. Jose A. Iglesias/jiglesias@elnuevoherald.com
El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, izquierda, escucha hablar al alcalde de Miami Beach, Steven Meiner, durante un evento en el Rum Room, en Miami Beach, el 2 de febrero de 2024. Jose A. Iglesias/jiglesias@elnuevoherald.com

‘No estoy haciendo nada indebido’

El número de personas sin hogar en Miami Beach ascendió a 154 en enero, 34% menos que el año anterior, según el Miami-Dade Homeless Trust.

El miércoles, varios desamparados de Miami Beach declararon al Miami Herald que entienden el reto que enfrentan las autoridades municipales al tratar de atender a habitantes y turistas y mantenerlos a salvo, sobre todo teniendo en cuenta los problemas de salud mental y adicción de la población desamparada. Pero también dijeron que es injusto que la Policía se dirija a quienes simplemente intentan recuperarse.

Jorge, de 36 años, quien no quiso dar su apellido, dijo que se quedó sin hogar hace aproximadamente un mes tras perder su empleo como cocinero en Miami Lakes y enviar el dinero que le quedaba a su familia en Venezuela. Dijo que aún no ha sido arrestado, pero solo porque ha tenido cuidado con los lugares donde duerme, haciendo todo lo posible por mezclarse con los turistas.

“No estoy haciendo nada malo”, dijo en español. “Todo lo que esta gente intenta es conseguir un empleo, salir adelante y avanzar”.

En Lincoln Road, un hombre que se identificó como “Buda” reconoció que vende drogas en Miami Beach y dijo que ha sido arrestado docenas de veces desde 2016. Dijo que obtuvo una licencia de agente inmobiliario en un esfuerzo por salir de la calle, pero recientemente se ha encontrado sin hogar por tercera vez.

El hombre dijo que ha hecho uso de los servicios para desamparados que ofrece la ciudad. Lo han ayudado a conseguir pasajes de autobús y cupones de comida. Pero afirma que “cada vez es más difícil” ser indigente en Miami Beach. Además de la ley sobre pernoctar al aire libre, señaló una medida reciente de los comisionados para desactivar los enchufes eléctricos en Lincoln Road para tratar de evitar que puedan cargar sus teléfonos.

Funcionarios electos han dejado claro que su intención es dificultar la vida de los indigentes en la ciudad.

“Queremos desincentivar el acampar y pernoctar en lugares públicos”, declaró el comisionado David Suárez durante un debate sobre los enchufes eléctricos celebrado en enero.

El comisionado Joseph Magazine añadió durante el debate que existe una “clara correlación” entre “las ciudades que ofrecen incentivos y facilitan ser indigente y la cantidad de [personas] sin hogar que atraen”.

“Nuestros habitantes han dicho alto y claro que somos una ciudad compasiva, pero permitir que la gente simplemente cargue sus iPhones para vivir en Lincoln Road no es el tipo de ciudad que queremos ser”, dijo.

Funcionarios de Miami Beach han tratado de justificar la ordenanza sobre acampar pregonando $2.7 millones en el presupuesto de la ciudad para un equipo de trabajadores sociales y un centro de acogida para la población sin hogar. Y han argumentado que, si una cama de refugio está disponible pero no es aceptada, el arresto es una alternativa adecuada. (Miami Beach no dispone de camas de albergue, pero tiene camas designadas en instalaciones de la ciudad de Miami).

Tras el asesinato de la mujer transgénero desamparada Andrea Doria Dos Passos el mes pasado mientras dormía frente al Miami City Ballet, el comisionado municipal Alex Fernández declaró al Miami Herald que el objetivo de la ordenanza es “conseguir que las personas vulnerables como Andrea tengan un espacio seguro”.

Pero algunos dicen que las condiciones de los refugios –junto con la falta de viviendas asequibles a largo plazo– pueden hacer que las calles se sientan como su mejor opción. El hombre de Lincoln Road dijo que una noche se alojó en un refugio de Miami y le pareció “horrible”.

“Era peor que afuera”, dijo.

Gordon nunca se ha alojado en un refugio, dijo, porque no cree que sea seguro.

“No voy porque veo a la gente que viene de los refugios”, dijo. “Salen más estresados que cuando entraron”.

El 24 de mayo, alrededor de las 11 p.m., Gordon enfrentó otro arresto por estar tumbado en la arena en South Beach. Fue acusado de allanamiento de morada tras una advertencia —basada en su arresto de tres semanas antes— y de entrar en un parque fuera de horario. Gordon se declaró inocente, al igual que en el caso de la acampada. Ambos casos están pendientes.

Como sigue viviendo al aire libre, Gordon dijo que sabe que es probable que continúe el ciclo de ser arrestado y liberado.

“Es una puerta giratoria que seguirá girando”, afirmó.

D.A. Varela, fotógrafo del Miami Herald, contribuyó a este reportaje.