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El infame empresario gallego que engañó a 1742 paisanos enviándolos como esclavos a Cuba

La segunda mitad del siglo XIX se estrenó con una crisis que provocó una gran hambruna en Galicia, así como una epidemia de cólera que causó la muerte a miles de personas, todo ello llevó a que muchos gallegos decidieran emigrar hacia otros lugares, con el fin de subsistir y mejorar su calidad de vida, algo que supo aprovechar a la perfección un infame empresario afincado en Cuba para hacer negocio y ganar una buena suma de dinero.

A la izquierda, retrato de Urbano Feijóo de Sotomayor, a la derecha, portada del documento para trasladar trabajadores desde Galicia hasta Cuba (imágenes vía Wikimedia commons y Galiciana)
A la izquierda, retrato de Urbano Feijóo de Sotomayor, a la derecha, portada del documento para trasladar trabajadores desde Galicia hasta Cuba (imágenes vía Wikimedia commons y Galiciana)

Su nombre era Urbano Feijóo de Sotomayor y, a finales de 1853, decidió crear la denominada como ‘Compañía Patriótica Mercantil’, la cual se dedicaría a importar trabajadores a Cuba, con el fin de abastecerla (en aquellos momentos bajo dominio español) de mano de obra barata para la recolección de azúcar, además de ‘blanquear’ la isla caribeña.

En la Península Ibérica se había abolido la esclavitud en 1817, pero muchas eran las posesiones españolas en ultramar en las que todavía se seguía empleando a esclavos para realizar los peores trabajos, como en las plantaciones de tabaco, algodón o azúcar. Los esclavistas seguían comerciando con seres humanos, pero en lugares como Cuba cada vez eran más caros y poco rentable el comprarlos.

La mano de obra local también se había encarecido y eso lo aprovechó perfectamente Urbano Feijóo al utilizar la ‘Compañía Patriótica Mercantil’ para contratar numerosos trabajadores que estaban dispuestos a viajar hasta Cuba a cambio de un techo, comida, ropa y un salario bajo. El comerciante, por su parte, les garantizaba, bajo promesa de honor (que no cumplió), que el viaje les saldría totalmente gratis, se les permitiría que durante tres meses se aclimatasen a la isla (percibiendo un salario acordado) y tendrían una serie de privilegios a cambio de trabajar un mínimo de cinco años (aunque también debían aceptar el hacerlo en condiciones precarias); al cabo de este tiempo serían sustituidos y podrían regresar a España con todo el dinero ahorrado, que se suponía que sería un buen capital para empezar de nuevo.

La oferta de Feijoo convenció a 1742 de sus paisanos, que decidieron dejarlo todo en su Galicia natal y probar suerte en Cuba. Para la mayoría era un sueño hecho realidad. Iban a lo que se denominaba como ‘hacer las Américas’ y estaban convencidos de que regresarían un lustro después como unos auténticos ‘Indianos’ (nombre que recibían aquellos que volvían de América tras haberse hecho ricos).

Entre principios del mes de marzo de 1854 hasta finales de agosto de aquel mismo año, ocho embarcaciones viajaron desde Galicia hasta Cuba, en cada una de ellas iba una media de 300 hombres, hasta completar los mencionados 1742. No todos llegaron vivos, debido a las pésimas condiciones sanitarias de las embarcaciones, falleciendo por el camino varios centenares.

Una vez en la isla nada de lo prometido por Urbano Feijóo de Sotomayor se cumplió y aquellos hombres vieron cómo eran sometidos a unos tratos vejatorios, larguísimas jornadas laborales y unas condiciones que eran prácticamente de esclavitud (además de tenerlos hacinados en barracones y dormir sobre tablas de madera en lugar de camas), motivo por el que un gran número decidió revelarse, recibiendo castigos físicos por parte de los capataces (que eran los mismo que habían estado maltratando a los esclavos hasta pocos años antes).

Algunos trabajadores lograron fugarse, otros fallecieron durante los disturbios y protestas y hubo quien acabó en la cárcel tras ser apresados por robar para poder subsistir.

El sueño americano prometido por el infame Urbano Feijóo fue una perversa mentira, quien en el otoño de aquel 1854 decidió desvincularse del negocio de la ‘Compañía Patriótica Mercantil’ (no sin antes haber cobrado una cuantiosa subvención por parte del Estado español) y viajar de regreso a España.

La compañía quebró y los jornaleros gallegos que hasta Cuba viajaron en busca de un futuro mejor se encontraron abandonados y desamparados por parte de las autoridades. Algunos de ellos decidieron regresar a España tras la pesadilla vivida, otros sin embargo optaron por quedarse en América (un buen puñado en la propia isla caribeña y algunos a otros puntos del continente), con la esperanza de alcanzar sus sueños de prosperidad y con los años un unos pocos volvieron a su Galicia natal como indianos y habiendo ganado un pequeño capital.

Por su parte, tras el regreso a España de Urbano Feijóo de Sotomayor, éste decidió presentarse en las elecciones celebradas el 4 de octubre de 1854 por la circunscripción de Orense, obteniendo el acta de diputado de las Cortes españolas (también la obtendría en 1872 y 1881).

Aunque hubo una queja formal en el Parlamento por parte de otras formaciones políticas contra el abuso ejercido por el empresario gallego (y en ese momento parlamentario) Feijóo salió indemne de toda culpa y responsabilidad.

Fuentes de consulta e imagen: lavozdegalicia/ rtve/ xenealoxia.org/ bbc / galiciana/ Wikimedia commons

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