La indignación de alumnos y padres de una escuela de la zona norte del conurbano por el estado del edificio

Padres y docentes reclaman por las pésimas condiciones de la Escuela Secundaria N°39, situada en Rincón de Milberg, Tigre
Padres y docentes reclaman por las pésimas condiciones de la Escuela Secundaria N°39, situada en Rincón de Milberg, Tigre - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Son las 8.30 de un miércoles. Valentín González tiene 15 años y está en la calle junto a sus compañeros. Todos tendrían que estar en clase, pero en cambio están cortando la ruta 27 y la calle Cebey, en Tigre. ¿El motivo? Las condiciones edilicias de la escuela en la que estudian, que funciona en esa esquina, empeoran día a día y, según expresa la comunidad educativa, la Provincia de Buenos Aires –de la que depende el establecimiento–, junto a la Municipalidad de Tigre, quien está a cargo de llevar las obras, miran para el costado.

“¿Por qué mendigar para estudiar?”, “La Escuela 39 necesita un edificio nuevo”, “No se puede ignorar a tanta gente que pide un cambio”, “¿Y dónde está Zamora [por Julio, el intendente]?”, son algunas de las frases que se leen en los carteles que sostienen los chicos, las familias y los docentes, que también acompañan el reclamo.

Desde el Centro de Estudiantes y Delegados de la Escuela Secundaria N°39 buscan dar luz a la preocupante situación que atraviesa la institución estatal, bajo tutela de la intendencia y el Consejo Escolar de la zona. “Muchos estudiantes estamos cansados de esta situación y consideramos que es urgente tomar medidas para mejorar nuestras condiciones de estudio”, expresaron.

González, presidente del Centro de Estudiantes, describió: “Cada día, al llegar a la escuela, me encuentro con un panorama desolador. Las paredes cubiertas de humedad. Cuando llueve, el pasillo que usamos para ingresar a los salones se inunda, provocando que el agua se filtre en las aulas, dejando charcos que dificultan nuestra concentración”.

El colegio, agregó González, también se inunda en cada sudestada, ya que su ubicación está por debajo del nivel de la ruta. “Esto nos pone en una situación de vulnerabilidad y riesgo constante”, explicó.

Protesta de la comunidad educativa de la Escuela Secundaria N°39, de Tigre, por las severas deficiencias en el edificio
Protesta de la comunidad educativa de la Escuela Secundaria N°39, de Tigre, por las severas deficiencias en el edificio - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Y siguió: “El techo del SUM está en mal estado, lo que nos hace sentir inseguros. La cocina carece de ventanas y los electrodomésticos están en mal estado, lo que afecta la calidad de los alimentos que consumimos. Los baños son un verdadero desastre. El de los varones estuvo clausurado durante un año, hasta hace poco”.

Las grietas se extienden por todo el edificio, y hay áreas que no podemos utilizar debido a su peligrosidad. Además, las estufas no funcionan correctamente y los ventiladores están averiados, lo que hace que sea difícil soportar las temperaturas altas o bajas”, detalló.

Además, recordó que la preceptoría tuvo que ser trasladada a la biblioteca debido a la humedad excesiva en sus paredes. La falta de pizarrones en buen estado y la escasez de libros actualizados también preocupa a alumnos y docentes, ya que limita su capacidad de aprendizaje y desarrollo académico.

“A pesar de todas estas adversidades, los estudiantes nos levantamos cada día con la esperanza de que las cosas mejoren. Creemos en el poder de la educación y merecemos un entorno adecuado para aprender y crecer”, señaló.

Mariana Rodríguez es docente y delegada de la escuela en Suteba-Tigre. Ella apoyó desde un principio el reclamo las familias y los estudiantes. “La escuela sufre varias complicaciones. Por ejemplo, excesivos agrietamientos que están catalogados con peligro de derrumbe en toda la zona de la entrada de la escuela que, actualmente, está en funcionamiento, con movimiento de alumnos constantemente”, denunció.

“La institución decidió clausurar la planta alta porque, con el funcionamiento y la obra que tenemos al lado, más los movimientos de la ruta con los autos pasando, toda la estructura de la escalera vibra como vibran los pisos de la zona de la entrada. En los días de lluvia se suspenden las clases porque brota el agua de las napas. Actualmente, la preceptoría, que da la zona de la entrada, está clausurada porque los preceptores no pueden convivir en un espacio con estas características, sufriendo daños de salud, respiratorios y demás”, añadió.

Tras varios reclamos al Presidente del Consejo Escolar de Tigre, un pequeño grupo de madres decidió hacer carteles y manifestarse en la calle de la escuela, para que los vecinos del barrio pudieran conocer la situación en la que se encuentra.

Primero se manifestaron cinco madres y luego se sumaron otras; también el Centro de Estudiantes comenzó a involucrarse en el reclamo, así como más familias, más alumnos y más docentes.

Tras los cortes y las manifestaciones, el 3 de este mes se realizó una asamblea plenaria en la que participaron varias familias, alumnos, docentes, directivos y también funcionarios de la provincia de Buenos Aires y representantes del municipio de Tigre, como el presidente del Consejo Escolar, Adrián Pintos.

“Allí se comprometieron a hacer un nuevo edificio para la Secundaria N°39. Nosotros no confiamos absolutamente en nada que nos hayan dicho, porque ese mismo día dijeron que iban a hacer arreglos inmediatos que eran necesarios (por ejemplo, arreglar una cadena para poder tirar el agua en los baños), pero muy poco fue lo que hizo la empresa, que vino ese mismo día de la reunión”, contó Rodríguez.

El deteriorado techo del SUM genera preocupación por la seguridad de los alumnos
El deteriorado techo del SUM genera preocupación por la seguridad de los alumnos - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Y lamentó: “Esta empresa, con el aval de Pintos, dejó la escuela sin tornillos en los picaportes y cerraduras. Nos faltan ventanales en el SUM y el comedor. El jueves pasado se encontró, nuevamente, excremento de ratas, producto de la falta de ventanales. También tenemos pérdidas de gas en dos estufas”.

LA NACION intentó comunicarse con Adrián Pintos para conocer su postura al respecto, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.

En diálogo con LA NACIÓN, el Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires confirmó que el pasado 3 de octubre el personal de la municipalidad de Tigre y el equipo de infraestructura de la Dirección General de Escuelas y Cultura bonaerense se reunieron con los padres y la comunidad educativa de la escuela para explicar el plan de obras.

“Se iniciará finalizado el ciclo lectivo porque requiere hacer demoliciones en las que no pueden estar los alumnos en la escuela y será financiado a través del fondo educativo del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires”, aseguraron.

María González tiene tres sobrinos que concurren a esta escuela. Uno cursa primer año; otra, segundo, y otro, tercero. Además, su hija, que dentro de un año pasará a la secundaria, quiere asistir a la misma escuela que sus primos. Dijo sentir impotencia: “Tigre es un partido que creció mucho y cuenta con los recursos para mantener las escuelas públicas como corresponde, pero el abandono y el desinterés es muy grande”, destacó.

Sin embargo, la mujer tiene esperanzas de que el año próximo el establecimiento pueda estar en condiciones. “Como le advertimos a Infraestructura de la Provincia y del municipio, si tenemos que salir a reclamar todos los días, lo vamos hacer. Esta escuela tenía que ser reconstruida hace mucho tiempo”, sostuvo.

“Nos dijeron que supuestamente tenían un plan de obra desde hace un año, que supuestamente se venía trabajando con el antiguo director, pero no entendemos por qué si había un plan de obra no se realizó. Además, ya en 2012, cuando el edificio pertenecía a la Escuela Primaria N°21 y ya tenía problemas, el intendente Zamora prometió que lo iba a remodelar para alojar la secundaria, pero eso no sucedió”, contó, indignada.

Belén Marin es madre de una alumna de primer año y un alumno de tercero: “Genera mucha frustración haber elegido una escuela y que sea así. Todos hacen como si nada pasara, nos toman el pelo tratándonos de ignorantes. Da tristeza tener que exponernos y manifestarnos en la vía pública. En el último corte a una alumna de la escuela y a mí casi nos atropellan”, comentó.

Una estudiante de 15 años, que cursa el cuarto año en la Escuela N°39, aportó su testimonio, pero de manera anónima: “La situación de nuestra escuela es aún peor de lo que se puede describir. Las condiciones son asquerosas, incómodas e inseguras para nosotros, los alumnos”.

“Como madre me enoja ver el abandono de ese colegio, porque los chicos se merecen un lugar digno y una institución en buen estado para poder estudiar y poder terminar el colegio como tiene que ser: sin faltar, sin pasar frío, teniendo los materiales didácticos, teniendo algo tan básico como ventanas”, expresó Karina Castro, madre de un chico de 12 que cursa primer año.

Inés Valenzuela tiene dos hijos, uno de 15 y otro de 17. Ella siente miedo por los chicos cada vez que concurren a la escuela. “Los chicos necesitan un lugar digno, un lugar que les genere ganas de ir a estudiar. En el estado que está la escuela, ni los profesores ni los alumnos quieren estar ahí”, cerró.