Cómo la India logró hacer historia en la carrera espacial con un programa low-cost

Pragyaan, en el polo sur de la Luna
Pragyaan, en el polo sur de la Luna

AHMEDABAD, India.- La India se convirtió esta semana en el último miembro de un club muy selecto de países. Tras una exitosa misión no tripulada, que se remonta quince años atrás, la nación más poblada del mundo plantó bandera en la Luna el miércoles 23 de agosto a las 18.04 (hora india), un hito que sólo habían conseguido hasta entonces Estados Unidos, China y la extinta Unión Soviética. Con este triunfo a cuestas, el gigante del sur de Asia no sólo demostró que está listo para sentarse a la mesa chica sino que redobló la apuesta al alunizar en un lugar al que nadie ha llegado jamás: el polo sur lunar.

“Este es el grito de victoria de una nueva India”, celebró el primer ministro Narendra Modi mientras ondeaba una pequeña bandera nacional en Johannesburgo, donde asistía a la cumbre de los Brics, en la que, entre otras cosas, Nueva Delhi buscaba alzarse como la voz más potente del Sur Global. “¡Hacia nuevos horizontes y más allá!”, se regodeó el mandatario en su cuenta de Twitter, en donde agradeció a cada una de las felicitaciones de los líderes mundiales.

Llegar al polo sur suponía desafíos adicionales ya que el área está llena de cráteres y profundas zanjas. De hecho, en 2019, la misión india fracasó durante las maniobras de alunizaje. Otros que lo han intentado, como Israel, Japón y Emiratos Árabes Unidos, también fallaron. Más recientemente, una nave rusa, Luna-25, que se dirigía en esa dirección y que se estimaba que llegaría primero, perdió el control al aproximarse y se estrelló el domingo, dejando a la India en una emocionante carrera en solitario.

Personas festejan el alunizaje exitoso del Chandrayaan-3 en el Planetario Nehru en Nueva Delhi, India, el 23 de agosto de 2023. (Foto AP/Manish Swarup)
Personas festejan el alunizaje exitoso del Chandrayaan-3 en el Planetario Nehru en Nueva Delhi, India, el 23 de agosto de 2023. (Foto AP/Manish Swarup) - Créditos: @Manish Swarup

Con todas las expectativas encima, la India finalmente lo consiguió. Todo sucedió como estaba previsto; el jueves 17 de agosto la sonda Vikram se separó de la nave Chandrayaan-3, y menos de una semana después se posó sobre la superficie lunar coronando un largo proceso que cobró impulso en 2008 con el lanzamiento del primer cohete, el Chandrayaan-1, que descubrió la presencia de moléculas de agua en la reseca superficie lunar y estableció que la Luna tiene atmósfera durante el día.

La India tiene ahora la oportunidad única de explorar territorio desconocido. Durante dos semanas terrestres (menos de un día lunar), un vehículo de 26 kilos, llamado Pragyaan, tomará imágenes y muestras hasta quedarse sin energía en sus baterías solares. Los expertos estiman que el agua congelada en la zona más austral de la Luna podría ser una fuente de oxígeno, combustible y agua para futuras misiones lunares o una colonia lunar más permanente.

Austeridad

Pero más allá del valor científico de la misión, la hazaña supone un espaldarazo al colosal esfuerzo que está haciendo la India para elevar su perfil internacional al de una superpotencia, con la tecnología y la ciencia como sus apuestas principales. Tal como dijo a LA NACION un ingeniero de la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) durante una exhibición de un panel de control en la base de Ahmedabad sobre el objetivo de la misión: “Queremos demostrar que podemos”.

El propio Modi lo expresó sin titubear al son de los vítores desde lo alto de la torre del Fuerte Rojo durante el acto del 76° aniversario de la independencia del dominio británico: “Esta India es imparable, esta India es incansable, esta India no jadea y esta India no se rinde”.

Pero a pesar de sus aspiraciones de grandeza, la India, con más de 200 millones de pobres, sigue siendo un país en desarrollo y, por lo tanto, elaboró un programa espacial a medida; uno “low cost”. El Gobierno gastó unas 6100 millones de rupias (aproximadamente 75 millones de dólares) en la nave Chandrayaan-3, menos de la mitad del presupuesto de la película de ciencia ficción Interestelar, y muy por debajo de los 4000 millones de dólares que cuesta cada misión Artemis de la NASA.

Ilustración del rover Pragyan tras bajar por la rampa del módulo de aterrizaje Vikram de la misión lunar Chandrayaan 3 de la India
Ilustración del rover Pragyan tras bajar por la rampa del módulo de aterrizaje Vikram de la misión lunar Chandrayaan 3 de la India - Créditos: @ISRO

La frugalidad es parte de la filosofía de ISRO prácticamente desde su fundación en la década de 1960. En esa época las misiones a la Luna y a Marte no estaban en la agenda, ni siquiera en un futuro lejano, y el personal solía llevar conos de cohetes en bicicletas hasta el lugar de lanzamiento.

La industria aeroespacial india ha dado un salto espectacular desde entonces, pero el concepto de austeridad aún prevalece. Por ejemplo, aunque el gobierno asignó el equivalente a 1660 millones de dólares para el departamento espacial para el año fiscal que terminó en marzo, éste gastó alrededor de un 25% menos de lo estipulado. El presupuesto para el año fiscal actual es incluso menor: 1520 millones de dólares. En contraste, la NASA tiene un presupuesto de 25.000 millones de dólares para el año en curso, según informó Reuters. Esto significa que el aumento anual en el presupuesto de la NASA de 1300 millones, fue más de lo que la ISRO gastó en total.

Con su programa de bajo costo, la India demostró que el espacio exterior también puede ser un lugar para los países menos desarrollados y también una enorme oportunidad de negocio. El tamaño del mercado aeroespacial global fue valorado en más de 286.000 millones de dólares en 2021, siendo Estados Unidos responsable de casi la mitad del total, y está en posición de crecer a una significativa Tasa de Crecimiento Anual Compuesta (CAGR) del 8.6% durante el período pronosticado de 2022 a 2028, según la Asociación de Industrias Aeroespaciales (AIA).

Próximos pasos

Y el alunizaje del Chandrayaan-3 es tan sólo el principio. El Aditya-L1, el primer observatorio espacial de la India dedicado a la investigación solar, se está preparando para su lanzamiento la primera semana de septiembre en el principal puerto espacial del país en Sriharikota.

La nave espacial, cuyo nombre es sol en hindi, será la primera sonda solar de la India en el espacio. Su objetivo es estudiar los vientos solares, que pueden causar perturbaciones en la Tierra y se observan comúnmente como “auroras”. A largo plazo, los datos de la misión podrían ayudar a comprender mejor el impacto del sol en los patrones climáticos de la Tierra.

Además, en octubre, comenzarán los ensayos para llevar a cabo la primera misión tripulada espacial, prevista para 2024/2025. Y en los planes de la India también figuran expediciones no tripuladas a la órbita de Venus y luego a Marte, así como el intento de llevar al primer astronauta indio a la Luna dentro de 25 o 30 años. El último hombre en pisar la Luna fue el astronauta norteamericano Eugene Cernan en 1972.