Incorporemos la salutogénesis en la salud pública

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Hacer énfasis en la raíz de los problemas de salud es abrir la puerta a pensar más allá de lo que estamos acostumbrados, es replantear una visión lateral con perspectiva sistémica que no ponga todos los recursos exclusivamente en los servicios de atención médica curativa.

La salutogénesis puede sonar un concepto raro a la hora de mencionarse, pero resulta ser más intuitivo de lo que parece y de suma importancia de su inmersión en la salud pública. Se trata de un modelo que hace énfasis en que el individuo encuentre el origen de la salud y el bienestar en sí mismo. Con ella expone y demuestra que el punto de inflexión en la salud de las personas está en su capacidad de construir experiencias coherentes y satisfactorias en su vida. En pocas palabras, la propuesta se centra en que los sistemas públicos se involucren en la prevalencia de la salud como un hábito, no como una consecuencia de la enfermedad.

BJ Fogg, científico conductual de Stanford University y autor de Tiny Habits, explica que cada vez que tu contexto o entorno cambia, tus hábitos cambian de manera natural. «Así que este es un buen momento para pensar un poco en diseñar los hábitos que deseas», dice. Un enfoque desde la acción individual, según Fogg, es comenzar con una acción pequeña y fácil, por ejemplo, si quieres caminar más, primero establece una intención más pequeña de ponerte los zapatos para caminar cuando termines la cena (pero no necesariamente te comprometas a dar un paseo). «Elige un desencadenante o un ancla para tu nueva práctica»; después, determina dónde puedes incluir tu hábito en tu rutina actual y combínalo con algo que ya haces.

Por otro lado, una política pública orientada a incorporar nuevos comportamientos sería, por ejemplo, el diseñar espacios para que naturalmente el entorno invite a la población a caminar. Desde el punto central de la salutogénesis, en este ejemplo se busca que el entorno urbano motive comportamientos para la prevalencia de la salud. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades consideran la caminabilidad como la idea de cuantificar la seguridad y conveniencia de las rutas para caminar. 1 Esta conceptualización deriva de la evidencia de que caminar puede estimular el metabolismo y mejorar la salud mental. Así, en las últimas décadas diversas investigaciones se han centrado en la caminabilidad como un indicador de bienestar urbano intrínsecamente relacionado con la salud pública, demostrando que la caminabilidad se asocia a la reducción de las tasas de obesidad, diabetes 2 y otras enfermedades crónicas (Lee y Buchner, 2008). Una visión nada despreciable en nuestro contexto, puesto que en México se estima que más del 70 % de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad, además de un 49.2 % hipertensión y el 14 % diabetes. Por este motivo fomentar la salutogénesis en la salud como un hábito de vida en los mexicanos podría marcar la diferencia.

Crear nuevos hábitos incorpora elementos personales, pero también elementos del ambientales, del entorno pues. En un estudio publicado en Management Science, Milkman y colaboradores describieron diversas maneras para cambiar hábitos; una de ellas es modificar tu entorno para hacer ciertas tareas más difíciles o fáciles de hacer. Por ejemplo, si sueles comer bocadillos con regularidad, por ejemplo, mueve las frituras o galletas a un lugar difícil de alcanzar, luego, pon las opciones saludables en primer plano. El caso parece absurdo, pero ha sido el mayor de los casos de éxito para promover los problemas relacionados con las altas ingestas de alimentos ultraprocesados y que ahora conocemos como ambiente obesogénico.

El ambiente obesogénico es la suma de influencias que el entorno, las oportunidades o las condiciones de vida tienen en el fomento de la obesidad en individuos o poblaciones. ¿Has observado cómo en los supermercados o tiendas de conveniencia los productos ultraprocesados son más llamativos y se encuentran en los aparadores más cercanos a las cajas de cobro mientras que los alimentos de mayor calidad nutricional se encuentran más alejados y son menos promocionados o de diseño menos llamativo? Este es un caso de como el entorno motiva comportamientos individuales y colectivos.

La visión salutogénica de la salud pública se centra en monitorear y evaluar comportamientos de riesgo de manera sistémica, incorporando factores individuales, colectivos y del entorno para el impulso de políticas públicas que favorezcan el mantenimiento de la salud y no solo tratar de recuperar la salud pérdida como el modelo biomédico en el que se ha centrado la atención en las últimas décadas.

Los nuevos hábitos se forman más rápidamente si el individuo se siente bien con respecto a ellos y si el entorno motiva que los nuevos hábitos sean fáciles de mantener. La invitación es esa, que la salud pública implemente la salutogénesis como creador y administrador de hábitos saludables para la reducción de los problemas que aquejan a México por medio de estrategias sistémicas, de visión lateral y con herramientas psicológicas comprobables.

* Raquel Bernadet Rodríguez Ávila, originaria del estado de Chihuahua y con 20 años de edad, actualmente es parte de la comunidad universitaria en la licenciatura de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Enfoca su estudio en la ciencia humanista desde el comportamiento humano individual hasta sus relaciones sociales. Sergio Andrade-Ochoa (@rat_inside) actualmente es catedrático-investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua y Líder de proyecto de Estrategia Misión Cero. Ha sido reconocido por la International Youth Foundation, Fundación MAPFRE, la Federación Latinoamericana de Asociaciones Químicas, el Gobierno del Estado de Chihuahua, la Secretaría del Desarrollo Social y Rotary International por sus contribuciones en materia de derechos humanos, salud pública, ciencia y tecnología.

Referencias:

Berthoud, H. R. (2012). The neurobiology of food intake in an obesogenic environment. Proceedings of the Nutrition Society, 71(4), 478-487.

Lee, S. M., Conway, T. L., Frank, L. D., Saelens, B. E., Cain, K. L., y Sallis, J. F. (2017). The relation of perceived and objective environment attributes to neighborhood satisfaction. Environment and Behavior, 49(2), 136- 160.

Lindström, B., & Eriksson, M. (2005). Salutogenesis. Journal of Epidemiology & Community Health, 59(6), 440-442.

Milkman, K. L., Minson, J. A., & Volpp, K. G. (2014). Holding the hunger games hostage at the gym: An evaluation of temptation bundling. Management science, 60(2), 283-299.

 

 

1 Smith, L. (2015). Walkability Audit Tool. Workplace Health & Safety, 63(9), 420-420.

2 Pucher, J., Buehler, R., Bassett, D. R., y Dannenberg, A. L. (2010). Walking and cycling to health: a comparative analysis of city, state, and international data. American Journal of Public Health, 100(10), 1986-1992