“Es inaceptable”: la aprobación exprés de una ordenanza reaviva una antigua polémica patrimonial en La Plata

ESQUINA DE 10 Y 40 DE LA PLATA. EL ADOQUINADO DE LA CALLE TIENE PROTECCION MUNICIPAL. 29/12/98
ESQUINA DE 10 Y 40 DE LA PLATA. EL ADOQUINADO DE LA CALLE TIENE PROTECCION MUNICIPAL. 29/12/98 - Créditos: @MAURO MORA

LA PLATA.– Las propuestas de renovación urbana impulsadas por el gobierno municipal conducido por Julio Alak, que ya abrieron una ardua disputa patrimonial en torno de la remodelación de plazas y otros espacios públicos, reavivaron ahora una añeja polémica existente en la ciudad: qué hacer con las calles empedradas.

En un trámite exprés y con el voto unánime de todas las fuerzas políticas, el Concejo Deliberante local aprobó el jueves pasado un proyecto de ordenanza presentado por el intendente por el cual se establecen siete zonas protegidas, de las cuales solo cinco corresponden al casco urbano fundacional. Al mismo tiempo, la norma deroga la ordenanza anterior que estipulaba una protección integral a todos los adoquines existentes en esta capital. Ahora, salvo las zonas a resguardar definidas, el resto podrá asfaltarse.

La nueva ordenanza crea el llamado “Régimen de Protección del Espacio de Calles con Valor Patrimonial”. El expediente fue votado tras una negociación con la oposición, desde donde se propusieron modificaciones y la posibilidad de incorporación de nuevas zonas a proteger sobre la base de estudios de cada caso. También se da vida a un consejo asesor del que participarán distintas instituciones con incumbencia en la temática patrimonial y que deberá estudiar la situación durante 180 días para luego expedirse sobre la posibilidad de sumar más zonas de protección.

En concreto, el texto de la ordenanza especifica las áreas con calles adoquinadas “en ambientes con características fundacionales de valor patrimonial” que serán protegidas, como la zona de Meridiano V de calles 12 a 22 y de 68 a 72. Otro de los sectores intocables será alrededor del Asilo Marín, de avenida 13 a 15 y de 41 a 43, y la Diagonal 77, de calles 4 a 5, 9 a 11, 41 a 43 y 46 a 48. Las tres nuevas zonas que se incorporaron a partir de la negociación de la intendencia con la oposición son: Barrio Hipódromo, de avenida 1 a 115 y de 32 a 37; Tolosa, de calles 1 a 116 y de 528 bis a avenida 32, calles 1, 2 y avenida 32; y Villa Elisa, en calle 7 de 49 a 51.

A su vez, en la norma se subraya que los adoquines que resulten removidos podrán ser reutilizados, para lo cual se llevara un “Registro para la utilización de los adoquines con valor histórico”. Se trata, apunta la ordenanza, de piezas de granito o granitullo labradas en forma de prisma rectangular o cúbico, incluyendo cordones, que conformaron el adoquinado original de calles previo a 1950.

En la municipalidad esperan que ahora, a partir de la nueva regulación, se pueda destrabar un conflicto judicial que frenó obras de asfaltado sobre adoquines en la Plaza Rocha durante la anterior gestión de Julio Garro, que en tres oportunidades promovió y consiguió la aprobación de ordenanzas para exceptuar ciertas arterias adoquinadas de esta capital sobre las que se colocó una capa de asfalto.

En octubre de 2021, la jueza María Ventura Martínez, titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 4, hizo lugar a una medida cautelar presentada por varias ONG, que paralizó las obras que estaban en marcha en la Plaza Rocha y prohibió que se avanzara en otras hasta tanto presentar un plan de trabajo integral y superador. El planteo vecinal contó con el patrocinio del abogado José María Martocci, director de la Clínica Jurídica en Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata, y se basó en la legislación preexistente que impedía la alteración de los adoquines. Además de esto, se hizo hincapié en que las normas vinculadas con el patrimonio no pueden ser regresivas, es decir que una vez que algo se considera patrimonial no puede dejar de serlo.

En junio de 2023 la polémica por los adoquines históricos platenses llegó a la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, donde se realizó una audiencia entre los funcionarios de la gestión de Garro y la organización no gubernamental SOS Adoquines Platenses, que se opone sepultar bajo asfalto las calles con ese empedrado. En aquella ocasión, los jueces escucharon a las partes y realizaron preguntas en función de los argumentos vertidos.

Distintas posturas

Mientras para las autoridades y las distintas fuerzas políticas se trata de una medida que contempla un trabajo de relevamiento para poder proteger y preservar adecuadamente los adoquines y establecer criterios al respecto, los grupos proteccionistas tienen sus recaudos y consideran que puede implicar un nuevo avasallamiento –de una serie que ya lleva años– contra el patrimonio de la ciudad.

En La Plata, el histórico empedrado de granito fue protegido en 1998 por una ordenanza que lo consideró parte del patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad
En La Plata, el histórico empedrado de granito fue protegido en 1998 por una ordenanza que lo consideró parte del patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad

El presidente del Concejo Deliberante, Marcelo Galland, consideró que con la ordenanza aprobada en las últimas horas se busca proteger las áreas con valor urbanístico, histórico, artístico y ambiental; este marco normativo “apunta a una ciudad innovadora, con tránsito seguro, conectividad y movilidad sostenible, y que defiende y pone en valor su patrimonio”.

Para Ezequiel Aldazábal, del grupo Al Rescate del Patrimonio, es importante poder analizar lo que fue aprobado y que trabajemos para explicar que esto no se reduce a una discusión entre asfalto o adoquines, sino que el fondo del asunto es saber cuál es el plan integral que se piensa para la ciudad y qué se hace con el acervo patrimonial.

Por su parte, desde SOS Adoquines, Betina Galarza consideró que “la nueva ordenanza protege solo ciertas calles y desprotege las demás. Es inaceptable desproteger un patrimonio cultural en una ciudad inundable donde los adoquines son pavimento permeable y absorbente, mitigan las islas de calor, controlan la velocidad de los autos, entre muchos otros beneficios”, señaló.

En efecto, a los grupos proteccionistas les preocupa que sean tan pocas las zonas a conservar y ponen de manifiesto todo lo que ya se ha perdido. Según los cálculos de los vecinos, de las 2500 cuadras que hay en el casco urbano solo quedan 170 empedradas y, de ellas, con la ordenanza actual solo se protegería a menos de la mitad, explica Aldazábal.

Según la postura vecinal, “se sabe a nivel mundial que los adoquines son sustentables, requieren mínimo mantenimiento, regulan el tránsito porque ralentizan la velocidad, absorben el agua de lluvia por tener lecho de arena y están colocado a un nivel adecuado respecto de las bocas de tormenta actuales”.

Antecedentes de protección

En La Plata, el histórico empedrado de granito fue protegido en 1998 por una ordenanza que lo consideró parte del patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad. A través de la ordenanza 9008, ahora derogada por el Concejo Deliberante, se prohibió afectar o destruir y los adoquines y garantizar su conservación en su estado originario. Solo se los podía intervenir para realizar reparaciones en caso de deterioro y estos arreglos no podían consistir en parches con capas asfálticas, sino a un trabajo de recolocación de las mismas piedras mediante personal capacitado y usando materiales apropiados.

Al año siguiente, mediante el decreto 1308 de noviembre de 1999, se declaró al casco fundacional de La Plata como “Bien Histórico Nacional” en la tipología de “Centro Histórico”, por impulso de la Comisión Nacional de Monumentos, Museos y Lugares Históricos. La iniciativa, que lleva la firma del entonces presidente Carlos Menem, sostiene que “el diseño planificado responde, en el ‘arte urbano’ y la arquitectura neoclásicos, a un patrón de avanzada para su época, que articula los elementos significantes” entre los cuales se incluye a las “avenidas, calles, veredas, redes de infraestructura de servicios” todo lo cual constituye, se indica, “un sistema ordenado y jerárquico”. Por entonces, el intendente Alak que en ese momento ocupaba el mismo cargo y aspiraba a que la ciudad fuera designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, celebraba la medida que implicaba la imposibilidad de avanzar sobre cualquier tipo de alteración de los espacios públicos.