El inaccesible pueblo patagónico que figura en pocos mapas pero conserva dos tesoros únicos

“Queremos que vuelva La Trochita”, dice Mario Manquilef desde Río Chico, un pueblo inaccesible en la transición de la estepa y la precordillera en el sudoeste rionegrino. Árido, salvaje, el territorio abraza soledades. La pequeña y aislada localidad no figura en todos los mapas pero tiene dos tesoros únicos en América del Sur: el puente y el túnel de trocha angosta más largo. Fue estación intermedia del legendario Viejo Expreso Patagónico. “Se olvidaron de nosotros”, dice Manquilef, que significa Cóndor Ligero en lengua araucana.

Necesitamos el tren para que nos conecte con los pueblitos vecinos y nos traiga trabajo con el turismo”, dice. En una zona sin servicios, ni caminos pavimentados, una desguarnecida huella es la ruta nacional 1s 40 (paralela la 40) que apenas se destaca entre los coirones y las piedras. El río Chico cruza el caserío de 280 habitantes, donde están los únicos árboles de un mapa despojado de ellos. Llegó a tener hasta la década del 80, 1200 habitantes. Los talleres de La Trochita que están a un costado de la estación, movían a muchas personas; fue una estación intermedia donde se realizaban reparaciones menores. “Todos trabajaban del tren”, dice Manquilef. Había seis locomotoras y toda la esperanza por delante. “El cierre del ramal mató al pueblo y nunca más se pudo levantar”, agrega.

En el pueblo está el único puente de hierro y túnel de trocha angosta de Sudamérica
En el pueblo está el único puente de hierro y túnel de trocha angosta de Sudamérica - Créditos: @Hernan Zenteno

Hasta 1993, la pequeña “Trocha”, como la llaman con sentimiento en el pueblo con su columna de humo negro, quemando petróleo, paró en la estación. Lo que más duele en la localidad es haberse quedado afuera del turismo. Con poco mantenimiento de las vías, el servicio que sale de Ingeniero Jacobacci llega hasta un empalme cercano y regresa. Muy pocas veces en el año turistas extranjeros, especialmente estadounidenses y japoneses, con seis meses de anticipación reservan un servicio costoso que llega hasta Río Chico, pero no tiene regularidad. “Nos gustaría que La Trochita se quede en el pueblo”, dice con resignación Manquilef. Los amantes de los ferrocarriles quieren ver pasar por el tren a través del puente y atravesar la oscuridad del túnel.

Junto al Tren Patagónico son atractivos turísticos que movilizan miles de personas al año; aquel uniendo Viedma con San Carlos de Bariloche, en un viaje épico que cruza toda la estepa hasta llegar al horizonte cordillerano, finalizando el recorrido a metros del lago Nahuel Huapí. En Ingeniero Jacobacci sale La Trochita, una leyenda entre los amantes del universo ferroviario.

Por otro lado, desde Chubut tiene servicios que salen de Esquel hasta Nahuel Pan y luego desde El Bolsón hasta El Maitén. Algunas formaciones llegan hasta Ñorquinco, ya en la provincia de Río Negro.

El túnel penetra la montaña
El túnel penetra la montaña - Créditos: @Hernan Zenteno

Río Chico tiene casas bajas y calles de tierra. Aún late pero sin corazón: la vieja estación vacía tiene las puertas cerradas y se funde con ellas y hacia el atardecer se consagra en una postal melancólica bañada de tonos rojos y purpúreos, los últimos rayos del sol pellizcan las nubes. Algunos vagones de combustible chorrean gotas de petróleo. Detrás, se ven las casas de madera de los ferroviarios. Viejos vagones de madera de más de un siglo de antigüedad, son reliquias que aún pretenden moverse. “Sería todo muy distinto si tuviéramos La Trochita con nosotros”, desea Manquilef.

La localidad forma parte de la región más pobre de la rica provincia de Río Negro, también donde se halla el 80% de las comunidades de pueblos originarios. Está dentro de la llamada “Línea Sur”, pueblos que se formaron por el ferrocarril. Por un lado, los que integran hacia el centro de la provincia el Tren Patagónico, que corre paralelo a la inconclusa ruta 23, más aislados se hallan los que formaron la red del Viejo Expreso Patagónico (La Trochita). El sueño que nació en 1922 y que unió con trocha angosta desde Ingeniero Jacobacci a Esquel.

Río Chico es la estación olvidada de La Trochita
Río Chico es la estación olvidada de La Trochita - Créditos: @Hernan Zenteno

Sabemos que es muy costoso traer el tren, pero lo necesitamos”, dice Manquilef. Los pueblos que rodean a Río Chico son un muestrario de la desolación: Ojos de Agua, Fruta Ruín, Mamuel Choique, Aguada Troncoso y Río Chico, entre todas ellos no suman 400 habitantes. Los caminos que los unen cruzan ríos que suelen desplazar puentes, badenes, piedras y en ningún lugar existe señal telefónico o de Internet. “Si te llega a pasar algo, tenés que esperar muchas horas a que pase alguien, o pasar la noche en el auto”, dice Manquilef.

Construcción épica

La construcción de La Trochita fue épica. Se hizo a partir de la iniciativa del Ministro de Obras Públicas Ezequiel Ramos Mexia, en 1908 sancionó la Ley 5559 de Fomento de los Territorios Nacionales, que potenció la idea de unir los pueblos patagónicos con el tren. En 1917, llegó a Ingeniero Jacobacci y desde aquí se creó el proyecto de la Trochita, unir esta localidad con Esquel, en Chubut. Las obras comenzaron en 1922, y se hizo sin maquinaria: más de 1000 obreros trabajaron a pico, masa, pala y dinamita en el tendido de los 402 kilómetros de trocha de 0,70 centímetros. Pasaron fríos glaciales y veranos abrasivos y secos. Fue una empresa humana titánica. Muchos de los obreros terminaron viviendo en los pueblos que hoy conforman la “Línea Sur”.

Mario Manquilef, vecino de Río Chico
Mario Manquilef, vecino de Río Chico - Créditos: @Hernan Zenteno

Mítico, ya una leyenda entre las formaciones de trenes más importantes del mundo, el Viejo Expreso Patagónico comenzó a funcionar en 1945, pero los primeros cinco años fueron de carga. En 1950, comenzó a trasladar personas y su función social fue crucial para el desarrollo de los catorce pueblos que unía entre las cabeceras. Declarado Monumento Histórico Nacional, su fama se hizo internacional cuando en 1978 el escritor Paul Theroux publicó la novela The Old Patagonian Express. Allí puso a La Trochita en el radar planetario. Un dato la vuelve aún más sugerente para los aventureros: es uno de los trenes más australes del mundo, junto con el servicio de Río Gallegos Río Turbio y el ferrocarril de Ushuaia, que usaban los presidiarios de la cárcel del fin del mundo, hoy turístico.

Inevitable, las viejas locomotoras de 1922, una de ellas, la más vieja es de 1890, dejaron de completar el ramal completo y el cierre se proyectó por el eslabón más débil, el de las pequeñas localidades. En 1993, se cerró pero tanto del lado de Chubut como del rionegrino, lo reactivaron, pero con una visión empresarial. “Vieron que podían cobrar el pasaje en dólares, y entonces nuestra ‘Trocha’ quedó para los europeos”, cuenta Manquilef. En la última provincia la empresa estatal Tren Patagónico administra el ramal.

En Río Chico viven 280 habitantes, prácticamente aislados
En Río Chico viven 280 habitantes, prácticamente aislados - Créditos: @Hernan Zenteno

“Lo llamamos el puente de la tranquilidad”, dice Manquilef. A unos kilómetros del caserío, la estructura metálica parece desafiar el tiempo. De hierro fundido y con durmientes de madera duros y solidos como el mármol, sus remaches parecen haber sido puestos hace algunos días. Maravillas de la ingeniera. Fue construido en 1933 proyectado por el ingeniero italiano Guido Jacobacci bajo la dirección de Bruno Thome. Tiene 110 metros de largo, al igual que el túnel que está cuando este termina. Ambos tienen el mismo largo y no existen otros iguales en toda Sudamérica. “Son un tesoro, muy pocos los conocen”, cuenta Manquilef. A lo lejos, la entrada del túnel se asemeja a una monstruosa boca de algún ser fabuloso. “Parece que la montaña te comiera”, agrega.

Dice Manquilef que las vías en la década del 60 sufrieron deterioro y que en algunos tramos recién ahora las están arreglando. Algunas zorritas pasan para relevar el estado de las vías. El pasado 11 de noviembre una formación descarrilló entre los pueblos Manuel Choique y Ñorquinco, en junio y septiembre pasado también había tenido inconvenientes. “Es muy costoso el mantenimiento”, argumenta Manquilef, pero también reconoce que es necesaria una decisión política.

El cartel detalla la historia y las características del puente colgante y del túnel
El cartel detalla la historia y las características del puente colgante y del túnel - Créditos: @Hernan Zenteno

El descarrilamiento produjo heridos, todos ellos estadounidenses. La primera reacción fue la de suspender por razones preventivas temporalmente el funcionamiento del ramal hasta que se conozcan las razones del descarrilamiento. La empresa Tren Patagónico consultada por LA NACION, no respondió acerca de los pormenores del accidente y sobre la posibilidad de incluir a Río Chico en todos los paquetes turísticos.

“Tenemos historia y fuimos custodios de La Trochita, debería volver a Río Chico”, dice Manquilef. “Es una cuestión sentimental, los viejos pobladores las pocas veces que llega, salen a verla”, cuenta.

El puente vehicular solo resiste el paso de autos chicos
El puente vehicular solo resiste el paso de autos chicos - Créditos: @Hernan Zenteno

Los jóvenes que nacieron después de su cierre, no crecieron con el tren y no muestran interés. Sin embargo, en el pueblo el trabajo no abunda, el turismo sería una actividad vital. “Cuando viene algún chárter ofrecemos nuestros productos: tortas fritas, pan casero y artesanías”, cuenta Manquilef.

“Estamos aislados”, confirma Manquilef. Están a 150 kilómetros de Pilcaniyeu, el pueblo con servicios más cercano, y con él, la ruta 23 que tiene aún tramos sin asfaltar a pesar que hace más de 30 años que la están haciendo. Unos puntos digitales gratuitos distribuidos en algunas esquinas dan una débil señal de internet. “A cada punto le cargan 10 megabytes, y dura lo que dura”, dice Manquilef.

El Viejo Expreso Patagónico comenzó a funcionar en 1945, pero los primeros cinco años fueron de carga
El Viejo Expreso Patagónico comenzó a funcionar en 1945, pero los primeros cinco años fueron de carga - Créditos: @Hernan Zenteno

Al gas lo tienen gratuito, por un convenio con el Estado provincial y las empresas petroleras. Cada casa tiene una “chancha” con un metro cúbico de gas. Dura alrededor de dos meses, cuando se vacía, la recargan. Aunque todo depende del estado del camino. Sin tren, con poco trabajo, la posibilidad de salir del pueblo se aleja. Viedma, la capital provincial, está a 740 kilómetros, un viaje de 12 horas. “Para nosotros es otro planeta”, cuenta Manquilef.

La Trochita suena a quimera, aunque también a la única posibilidad que Río Chico tiene para recuperarse de su realidad baldía en un mapa olvidado. Tímidamente algunos emprendimientos se animan a nacer, como el trabajo que hacen “Las Huerteras”, mujeres que producen verdura en invernáculos. “Para nosotros, tener lechuga propia es un milagro”, confiesa Manquilef.

El túnel por el que circulaba La Trochita
El túnel por el que circulaba La Trochita - Créditos: @Hernan Zenteno

La Fundación Cruzada Patagónica también está presente con talleres de oficios. El puente y el túnel, aguardan en silencio la llegada del tren por el cual fueron construidos. “Somos nostálgicos, esperamos que vuelva el tren”, concluye Manquilef.