Aranceles de Trump son una carrera contra el tiempo y el posible motivo de rechazo de los votantes

Un racimo de tomates cultivados en Canadá en una cocina doméstica, el 1 de abril de 2025, en East Derry, Nueva Hampshire. (AP Foto/Charles Krupa)

WASHINGTON (AP) — El nuevo y extenso régimen de aranceles que ordenó el presidente Donald Trump revierte una tendencia de varias décadas de reducir las barreras comerciales y, según los economistas, probablemente aumentará los precios para los estadounidenses en miles de dólares cada año, al tiempo que ralentizará drásticamente la economía del país.

La Casa Blanca apuesta a que otros países también sufran lo suficiente como para abrir sus economías a una mayor cantidad de exportaciones estadounidenses, lo que generaría negociaciones para reducir los aranceles impuestos el miércoles.

O bien, la Casa Blanca espera que más empresas —tanto estadounidenses como extranjeras— dejen de recurrir a las cadenas de suministro globales y lleven más producción a Estados Unidos para evitar impuestos de importación más altos.

La pregunta clave: ¿Cómo reaccionarán los estadounidenses?

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Pero una pregunta clave para el gobierno de Trump será cómo reaccionarán los estadounidenses a los aranceles. Si los precios aumentan notablemente y se pierden empleos, los votantes podrían volverse en contra de los aranceles y harán más difícil que se mantengan en vigor lo suficiente para alentar a las empresas a regresar a Estados Unidos.

El Laboratorio de Presupuesto de Yale calcula que todos los aranceles del gobierno de Trump le costarían a una familia estadounidense alrededor de 3.800 dólares adicionales este año. La cifra incluye el impacto del arancel universal del 10% que se anunció el miércoles, además de gravámenes mucho más elevados sobre unos 60 países, así como los impuestos previos sobre la importación del acero, aluminio y automóviles. La inflación podría superar el 4% este año, en comparación con el 2,8% actual, mientras que la economía apenas podría crecer, según estimaciones de Nationwide Financial.

Los inversores reaccionaron negativamente ante los nuevos aranceles, con una caída del 4,8 en el índice S&P 500 al cierre de operaciones, su peor jornada desde la pandemia. El Dow Jones cedió más de 1.600 puntos. El único sector en donde no hubo ventas generalizadas fue el de los productos básicos de consumo, que consiste en empresas que venden alimentos básicos.

Aun así, Trump se mantuvo optimista el jueves, cuando se le preguntó sobre la caída en la bolsa de valores antes de volar desde Washington hacia su club de golf en Florida.

“Creo que va muy bien”, dijo. “Tenemos una operación, como cuando un paciente es operado y es algo grande. Dije que esto sería exactamente así.”

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El arancel promedio en Estados Unidos podría aumentar a casi el 25% una vez que las medidas se implementen en su totalidad el 9 de abril, calculan los economistas, la cifra más alta en más de un siglo y más elevada que los aranceles Smoot-Hawley de 1930, a los que se les atribuye a grandes rasgos el deterioro de la Gran Recesión. Los economistas destacan que el comercio de Estados Unidos es mucho mayor que en aquel entonces.

“El presidente acaba de anunciar la separación de facto de la economía de Estados Unidos de la economía global", dijo Mary Lovely, investigadora de alto nivel del Instituto Peterson para las Relaciones Internacionales. “El escenario está preparado para el aumento de los precios y un crecimiento más lento a largo plazo”.

El secretario de Comercio, Howard Lutnick, dijo el jueves en una entrevista en CNBC que las políticas ayudarán a abrir mercados en el extranjero para las exportaciones estadounidenses.

“Anticipo que la mayoría de los países comiencen a examinar realmente su política comercial hacia los Estados Unidos de América y dejen de meterse con nosotros”, expresó. “Este es el reordenamiento del comercio justo.”

Sentimientos encontrados entre los estadounidenses

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Bob Lehmann, de 73 años, fue el miércoles a Best Buy de Portland, Oregón, para comprar un teclado. Se expresó en contra de los aranceles. “Van a aumentar los precios y hacer que la gente pague más por la vida diaria”, comentó.

Mathew Hall, contratista de 64 años, dijo que pensaba que los aranceles eran una “gran idea” y que los posibles aumentos de precios a corto plazo valían la pena.

“Creo que va a ser bueno a largo plazo”, declaró, agregando que sentía que los demás países se habían aprovechado de Estados Unidos.

Pero un exfuncionario comercial durante el primer mandato de Trump, quien habló bajo condición de anonimato a fin de expresarse con franqueza sobre la situación, dejó entrever que los estadounidenses —incluso aquellos que votaron por Trump— podrían tener dificultades para aceptar los severos aranceles.

Los estadounidenses “nunca han enfrentado aranceles como estos”, dijo el exfuncionario el jueves. “El impacto en las tiendas de ropa y calzado va a ser bastante significativo. Así que tendremos que ver cómo ven esto los votantes de Trump... y cuánto tiempo dura su apoyo a estas políticas”.

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El jueves, el fabricante de automóviles Stellantis, dueño de marcas como Jeep, Citroen y Ram, dijo que suspenderá temporalmente la producción en una planta en Canadá y otra en México en respuesta al impuesto del 25% de Trump sobre los automóviles importados. La reducción en la producción también significa que la empresa despedirá temporalmente a 900 trabajadores en sus plantas en Michigan e Indiana.

Algunos exportadores en el extranjero podrían reducir sus precios para compensar algunos de los aranceles, y los minoristas estadounidenses también podrían absorber parte de los costos. Pero la mayoría de los economistas anticipan que buena parte de los aranceles se traduzcan en precios más altos.

Ropa, zapatos, muebles podrían costar más

Los aranceles tendrán un impacto particularmente significativo en muchos países asiáticos como Vietnam, donde los impuestos sobre las importaciones aumentaron a 46%, e Indonesia donde los aranceles alcanzaron el 32%. Los aranceles sobre algunas importaciones chinas ahora podrían alcanzar el 79%. Esos tres países son las principales fuentes de importación de calzado en Estados Unidos.

El año pasado, Nike fabricó alrededor de la mitad de sus zapatos y la tercera parte de su ropa en Vietnam.

El Laboratorio de Presupuesto de Yale calcula que todos los aranceles de Trump provocarán que los precios de la ropa aumenten este año un 17%.

El jueves, la Asociación de Muebles para el Hogar, que representa a más de 13.000 tiendas de muebles en Estados Unidos, pronosticó que los aranceles aumentarán los precios entre un 10% y un 46%. Vietnam y China son los principales exportadores de muebles a Estados Unidos.

Según la asociación, los fabricantes en Asia compensarán algunos de los costos con descuentos sobre sus productos y reducciones en las tarifas de flete marítimo, pero eso no será suficiente para evitar aumentos en los precios. Incluso los muebles que se fabrican en el país a menudo dependen de componentes importados, indicó la asociación.

“Si bien muchos en la industria están a favor del objetivo a largo plazo de reubicar la manufactura, la realidad es que llevará al menos una década escalar la producción nacional”, dijo Shannon Williams, CEO de la Asociación de Muebles para el Hogar. “Los permisos, la capacitación de fuerza laboral calificada y la gestión de los costos más altos de fabricación en Estados Unidos son obstáculos significativos.”

La Asociación de Marcas de Consumo, que representa a grandes compañías de alimentos como Coca-Cola, General Mills, Nestle, Tyson y Del Monte, así como a fabricantes de productos de consumo como Procter & Gamble y Colgate-Palmolive, dijo que sus empresas ya fabrican la mayoría de sus productos en Estados Unidos.

Pero hay ingredientes e insumos críticos, como la pulpa de madera para papel higiénico, que deben importarse debido a la escasa disponibilidad nacional. La canela se cosecha de árboles que no pueden sobrevivir en Estados Unidos, por ejemplo. La producción nacional de café y cacao también es limitada.

“Animamos al presidente Trump y a sus asesores comerciales a afinar su enfoque y eximir ingredientes e insumos clave para proteger los empleos de fabricación y prevenir una inflación innecesaria en las tiendas”, dijo Tom Madrecki, vicepresidente de resiliencia de la cadena de suministro de la asociación.

Fuera de una tienda Tractor Supply en Castle Rock, un pueblo al sur de Denver, dos miembros de una familia en lados opuestos del espectro político debatían sobre los aranceles.

Chris Theisen, un republicano de 62 años, se mostraba entusiasmado con los aranceles y argumentó que podrían traer empleos a Estados Unidos. “Siento que viene un buen cambio, siento que va a ser difícil, pero no vas al gimnasio y sales diciendo, ‘Dios, me siento genial’”, expresó.

Nayen Shakya, demócrata y sobrino nieto de Theisen, dijo que el aumento de precios ya es un problema. En el restaurante donde trabaja, los precios del menú subieron en las últimas semanas para compensar el mayor costo de los ingredientes, específicamente el arroz.

“A veces es realmente fácil decir algunas cosas con las que todos pueden estar de acuerdo, pero que, definitivamente, son más complejas”, dijo Shakya. “La peso del aumento de precios ya recae en el consumidor”.

Tras escuchar a su sobrino, Theisen añadió: “Entiendo también ese lado”, comentó. “No tengo una bola de cristal. Espero que todo salga bien”.

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Los periodistas de la AP Paul Wiseman, Jesse Bedayn, Dee-Ann Durbin, y Claire Rush contribuyeron a este despacho. Rush informó desde Portland, Durbin desde Detroit y Bedayn desde Colorado.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.